Esperando al líder popular

La oportunidad de Rajoy

Cospedal y Camacho, ayer en la inauguración de la convención popular.

Cospedal y Camacho, ayer en la inauguración de la convención popular.

NEUS TOMÀS
BARCELONA

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El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, tiene hoy la oportunidad de demostrar que su voluntad de diálogo es algo más que una declaración de intenciones y que su propósito es rebajar la tensión con Catalunya. En privado y en público se lo han pedido los apellidos más influyentes de la economía catalana. Sirva de ejemplo el presidente de CaixaBank, Isidre Fainé, banquero poco dado a aparecer en los medios para opinar de política, pero que hace un par de semanas reclamó un «gran acuerdo» que ayude a tirar adelante el conjunto del país. «Catalunya, por supuesto, y también España», subrayó. Él, como otros, ha pasado por la Moncloa y por el Palau de la Generalitat para intentar que ambos gobiernos se avengan a buscar una salida a un conflicto cada vez más enconado. Incluso el Cercle d'Economia, antes de que el poco sospechoso de ser independentista Josep Piqué cediese el testigo a Antón Costas, se mostró partidario de la celebración de una «consulta legal». Sí, legal. Pero, consulta, por más que PP y PSOE sigan negándose a negociarla. Desde entonces, y ya ha pasado un año, la desazón en los círculos empresariales no ha hecho más que aumentar.

INQUIETUD / El exdiputado popular Manuel Milián Mestre, buen conocedor de lo que inquieta en estos sectores, asegura que entre los empresarios existe «mucha preocupación». «La única salida que ven es la de un pacto. Los problemas territoriales solo se resuelven con diálogo», diagnostica. Y advierte al Gobierno del PP de que el inmovilismo puede jugar en contra de sus intereses.

El presidente de la Cambra de Comerç, Miquel Valls, insiste en la misma idea. Preguntado por qué pasos debería dar el líder del PP para evitar el choque de trenes, Valls no duda: «Diálogo, diálogo y diálogo».

El presidente de las cámaras catalanas añadió ayer en declaraciones a este diario que el Gobierno central debería garantizar un «trato fiscal equitativo» para Catalunya así como cumplir con la disposición adicional tercera del Estatut. Si el Estado saldase esta deuda  con la Generalitat, la Administración catalana dispondría de 4.000 millones que, según Valls, permitirían, por ejemplo, reactivar la B-40 (conocida como el cuarto cinturón) así como mejorar la red viaria y ferroviaria.

Por su parte, el presidente de la patronal Foment del Treball, Joaquim Gay de Montellà, defiende que sería «oportuno» que el Gobierno central se prestase a hablar del blindaje de ciertas competencias. Eso mismo es lo que le han reclamado, incluso los adversarios políticos al jefe de gabinete del presidente, Jorge Moragas, que hoy también participará en la convención del PPC. Entre los que, en privado, le han pedido a la mano derecha del presidente que el Gobierno mueva ficha está incluso el primer secretario del PSC, Pere Navarro.

PALO Y ZANAHORIA / Rajoy empieza hoy a desplegar su «plan» para Catalunya, con una estrategia que, según fuentes populares, busca combinar la apelación a los sentimientos con la firmeza de las cifras. Dicho de otra manera, destacar la importancia de este territorio para el conjunto de España y a la vez alertar de todos los males que, casi a modo de plaga bíblica, se cernirían sobre una Catalunya independiente.

La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, se encargó ayer de preparar el terreno: « Una Catalunya independiente nacería en quiebra». A eso le añadió que Catalunya ha recibido del Estado 32.000 millones  en «solo» un año y medio (Lo que no dijo es lo que has aportado los catalanes con sus impuestos a  la caja común) .

Aunque en el programa inicial no figuraba, Rajoy estará acompañado por la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, que, aunque no tiene previsto intervenir en la convención, se desplazará a Barcelona para hacer más visible la implicación del Ejecutivo con Catalunya.  Los empresarios, pero también Artur Mas, estarán hoy muy pendientes del discurso del presidente. En sus manos está aprovechar la oportunidad. H