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Coco Constans: “Salí llorando de mi primera clase de pilates”

La joven se ha convertido en una de las 'influencers' más exitosas del país tras crear un método proopio: el FfitPilates

Cocó Constans durante una sesión de Ffitpilates.

Cocó Constans durante una sesión de Ffitpilates. / @Reebok

Begoña González

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Toma un solo café al día. Habitualmente por las mañanas, mientras disfruta de un momento para sí misma y se organiza los quehaceres de la jornada. Lo comparte a menudo en sus redes sociales, y muchas veces lo saborea tras haber impartido una clase, bien pronto por la mañana, de su propio método: el ffitPilates. Ella es Coco Constans (Barcelona, 1994), y es una de las 'influencers' más famosas del país. 

Es una chica esbelta, con un aire muy natural y de apariencia tremendamente ‘aesthetic’ -un concepto aplicado en las redes sociales para definir aquellos perfiles que tienen ese toque entre fotogénico y con armonía de revista. Transmite calma cuando habla y se nota que lo que explica es verdaderamente lo que siente o piensa. Es sincera y no duda en desmarcarse de la etiqueta de ‘la influencer healthy perfecta’. “Fíjate que no me gusta la bebida de avena, ni el brócoli y tomo las infusiones con leche”, afirma entre risas. Va algo más allá. “Salí llorando de mi primera clase de pilates. Pensé, ‘esto no es para mí’”, recuerda. Mucho ha llovido desde entonces.

Ffitpilates

Su método, que creó hace siete años y comparte a diario con sus seguidores en Instagram y su propia página web, es una adaptación de las enseñanzas de Joseph Pilates al siglo en el que vivimos. Consta de bloques, en forma de pequeñas cápsulas de entrenamiento, con las que semanalmente, Coco propone en su perfil prácticas de mayor o menor intensidad y duración en función del día y que, de hecho, pueden unirse o realizarse de forma individual al gusto del practicante. “Lo que busco es que cuando acabes la sesión tengas la sensación de haber tonificado y mejorado tu postura, y sobre todo que ese buen rollo que nos da hacer deporte nos acompañe hasta el próximo entreno”, afirma Coco. 

“Desde los 15 años tenía una rutina más o menos estable de gimnasio, pero nunca llegué a encontrar la disciplina que encajaba a la perfección conmigo”, recuerda. Un día su madre la invitó a acompañarla a una clase. “Asociaba el pilates a la gente mayor, a los problemas de espalda y tal, pero mi madre llegaba a casa con una paz y un brillo en los ojos después de entrenar que decidí darle una oportunidad”, rememora. En su caso, no fue "amor a primera clase", pero decidió seguir intentándolo. 

“Aunque no acababa de enamorarme, no era lo que me esperaba, pero decidí seguir con la formación en pilates porque pensé que más adelante seguro encontraba la forma de escuchar lo que me pedía el cuerpo. Y por suerte así fue”, explica Coco. “Ffitpilates es un pilates más cañero inspirado en las secuencias básicas del método original que buscan igualmente la concentración y la precisión así como el control y el centro que emana del método de Joseph Pilates”, resume. 

Prueba y error

Y es que, este método, es el resultado de años de prueba y error. “Antes de la pandemia alquilaba una sala para dar clase los miércoles e invitaba a 15 chicas que quisieran venir a entrenar conmigo. Ahí empecé a experimentar y crear lo que ha sido mi base hasta ahora, pero está en constante desarrollo y evolución”, asegura. 

Después de la pandemia y el consiguiente crecimiento exponencial de las ofertas de clases online, Coco ha ido modificando sus clases. “Hace cinco años que entreno en casa y con el confinamiento, muchas personas entendieron que se puede entrenar incluso mejor en la intimidad del salón que en un gimnasio. Ahí tú eres la dueña de tu cuerpo, tu entreno y tu tiempo. Eso es la leche”, afirma. 

Son sesiones ‘totalbody’, que se pueden hacer desde cualquier sitio y sin material, en las que mediante la combinación de grupos musculares en cada bloque acaba trabajándose todo el cuerpo. “Enfoqué mi método al cuerpo de la mujer, con mucho trabajo de musculatura interna”, afirma Coco. El 97% de las personas que siguen sus cursos son mujeres y aunque no era su principal objetivo, se siente cómoda con ello. “Los hombres no aguantan mis clases”, bromea. “Todavía muchos hombres creen que trabajar glúteos es una cosa exclusiva de las mujeres. ¡Qué equivocados están!”, añade. 

“Me hace sentir orgullosa saber que a través de mi perfil, mi método y mis consejos, haya personas que se hayan decidido a cambiar sus vidas y hayan optado por la alternativa saludable y activa”, asegura. “Yo fui una de ellas”, afirma. “Cuando me abrí el instagram de ffitcoco lo anuncié bien claro. ‘Chicas, no tengo ni idea, pero quiero compartir mi camino hacia una vida saludable’”, recuerda.