Parets aprueba una moción contra el Rey gracias a la abstención del PSC

Los socialistas temían salir salpicados por la avalancha de mociones republicanas. Al calor de la resolución aprobada por el Parlament en contra de Felipe VI (recurrida por el Gobierno ante el Tribunal Constitucional) y de otra posterior que salió adelante en el Ayuntamiento de Barcelona, Izquierda Unida anunció a finales de octubre que presentaría en todos los municipios iniciativas para exigir un referéndum sobre la jefatura de Estado. Por eso el PSOE mandó a todas las agrupaciones un escrito. "No queremos que haya fugas", señalaban en la dirección del partido. Pero apenas dos semanas después se han encontrado con la primera piedra en el zapato en Parets del Vallès, que ha aprobado una moción pidiendo la abolición de la monarquía gracias a las ocho abstenciones del PSC.

"Todos los grupos municipales del PSC conocen cuál es la posición del partido: que este es un partido de valores republicanos pero que consideramos que no es el momento de abrir el debate de la jefatura del Estado. A partir de aquí, cada grupo municipal actuará como considere", ha comentado Salvador Illa, secretario de Organización, que no ha señalado que tengan previsto tomar medidas específicas para evitar que esta situación se vuelva a reproducir en el futuro.

La agrupación del PSC en Parets ya había generado anteriormente incomodides a la dirección del partido por sus afinidades con los independentistas. Los socialistas tenían un pacto de gobierno con el PDECat hasta hace un año, cuando la salida del único concejal posconvergente les dejó en minoría en el consistorio, con ocho de los 17 concejales. "Nos hemos entendido perfectamente, pero la política del PSOE no nos permite mantener el pacto", explicó el presidente local del PDECat, Jaume Grau, que destacó entonces que el gobierno municipal que formó con el PSC condenó en bloque la actuación policial del 1 de octubre y el encarcelamiento de Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, y también rehusó la aplicación del artículo 155. De hecho Sergi Mingote, por entonces alcalde socialista de Parets, escribió un artículo en su blog personal en el cual rechazaba sin paliativos la aplicación del 155 "por respeto a Catalunya, a los catalanes y a nuestras instituciones".  Mingote, reconocido alpinista, cedió la alcaldía en mayo a su mano derecha, Francesc Juzgado, para prepararse para intentar subir tres picos de ocho mil metros en un solo año.

Institución "caduca y antidemocrática"

La moción, de Ara Parets ERC, ha sido aprobada gracias a los votos de Sumem Parets, NOPP, PDECat y los propios republicanos y las ocho abstenciones del PSC. Solo ha habido un único voto en contra, el de Ciudadanos. El texto, como ya se ha hecho en otros ayuntamientos o en el Parlament en las últimas semanas, pide la abolición de la monarquía por ser una institución “caduca y antidemocrática”. Además se condena "el posicionamiento del rey Felipe VI y su intervención en el conflicto catalán, así como su justificación de la violencia por parte de los cuerpos policiales del 1 de octubre". Asimismo insta a todas las instituciones de la Estado "garantizar la convivencia, la cohesión social y la libre expresión de la pluralidad política".

También propone la reprobación "de todos los actos represivos contra la ciudadanía" y condena "las amenazas con la aplicación del artículo 155, de la ilegalización de partidos políticos catalanes, la judicialización de la política y la violencia ejercida contra derechos fundamentales".

Los cuatros argumentos del PSOE

El argumentario que el PSOE mandó a sus agrupaciones ofrecía cuatro razones para evitar caer en tentaciones republicanas. Consideraba que la iniciativa, que se debatirá en más de mil ayuntamientos, no se presenta en un buen "momento", al coincidir con una "campaña" del "soberanismo catalán contra la Monarquía". Tampoco se debatirá en el "lugar" apropiado, porque los ayuntamientos no son competentes para decidir la forma de Estado. Y no es ni "mayoritaria", porque "los españoles aprueban la gestión" del Rey, ni "viable", ya que para poner fin a la Monarquía es necesaria una reforma agravada de la Constitución.

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