Lleno solidario en la Rambla y comida china para Harrison Ford

El pasado lunes por la tarde llovía mucho en Barcelona y, además, jugaba el Barça en Montjuïc. Sin embargo, ninguno de estos dos inhabituales hechos impidió que el teatro Poliorama presentara un espectacular 'sold out'. Algunos, como Joan Manel Serrat, llegaron con la americana empapada, otros, como Sandro Rosell y su esposa Marta Pineda, fueron más previsores y llevaron un paraguas para cada uno. Para no tratarse de un estreno teatral, la entrada fue un constante desfile de caras conocidas. Personajes solidarios como el mayor de los Mossos d’Esquadra Josep Lluís Trapero, el expiloto Pedro Martínez de la Rosa y la nadadora Ona Carbonell, el presidente de la Cambra de Comerç, Josep Santacreu, el empresario Jan Andreu, los periodistas Carles Cuní y Laura Duran, el arquitecto Juli Capella, el productor Quique Camín, el banquero Juan Verdaguer o los exmiembros de la directiva de Rosell en el Barça Oriol Tomàs, Jordi Mestre, Marc Ingla y Claudia Vives Fierro.

Pues sí, todos ellos asistieron al teatro para arropar a Marina Portabella y felicitarla por la labor de su ONG, Dream Nepal. Marina y un grupo de voluntarios luchan desde hace ocho años por sacar a niños que viven con sus madres presas en las cárceles del Nepal. No es un trabajo sencillo, pero resulta impagable para muchas familias. Durante este tiempo ya han rescatado a más de 75 niños y niñas y han logrado que cuatro ingresen en la universidad. En sus palabras, Portabella, agradeció la presencia, la implicación y el apoyo constante del presidente honorifico de Dream Nepal, Xavier Trias, que siempre tiene tiempo para causas como estas, y de Pau Relat, Maria Antonia Rodríguez, Albert Ollé, Bea Nogareda  de los ya citados Serrat, Tomàs, Pineda y Santacreu.

El acto solidario lo presentó la modelo Martina Klein y el Mag Lari. Este último no dejó títere con cabeza. No hay otro mago en el mundo capaz de reírse en la cara de uno y que encima le aplaudas. La gente se lo pasó en grande con sus constantes pullas. Eso sí, las risas aumentaron cuando actuaron Txabi Franquesa, José Corbacho y Carles Sans. Fue divertido observar lo bien que se maneja un tipo como Corbacho, nacido en l'Hospitalet, entre tantos barceloneses de Sarrià. Y es que la fusión del humor con una buena causa resulta imbatible. Por cierto, si lo desean, pueden apadrinar esta fundación con donaciones a partir de cinco euros. No se lo piensen. Vale mucho la pena.

Algo más que un libro

El chef chino-catalán Josep María Kao presentó esta semana un excelente libro sobre su historia familiar y su legado en forma de algunas de las recetas que se pueden degustar en el Shanghái o en el Kao. Lo hizo junto a sus hijas Meilan y Nayan. El libro narra su historia desde que sus padres se desplazaron desde China a Barcelona a causa de la revolución de Mao Tse Tung. Al llegar, trabajaron en un restaurante chino que, con el tiempo, Jose María, junto a su esposa Mercedes y su hermano Luis, lo fueron renovando hasta convertirlo en el mejor restaurante chino de España. Tanto es así, que fue galardonado con una estrella Michelin.

La idea de dejar constancia de la vida de los Kao surgió de la creativa e insistente Meilan. Luego, junto a su hermana, se volcaron en recuperar anécdotas, vivencias de sus abuelos y en reconstruir viejas recetas caseras. El prólogo es de dos de sus clientes más habituales. Me refiero a Sergio y Javier Torres, los populares chefs catalanes más conocidos como los hermanos Torres.

El restaurante Shanghái se fundó en 1976 y por él han pasado personalidades de todo el mundo. Desde Harrison Ford a Pep Guardiola. Ahora, es habitual encontrarse a empresarios de la ciudad o deportistas como Pau Gasol, Ona Carbonell, Xavi Hernández o Carles Puyol.

Por su parte, el Kao Dim Sum es el proyecto que las hermanas Kao pusieron en marcha hace 11 años y quien acude siempre repite. Actores, periodistas, empresarios y políticos se dan cita habitualmente en este moderno y acogedor local.

En fin, que el libro se titula 'KAO, La mejor cocina china' (Planeta Gastro) y en la portada luce el símbolo de la doble felicidad china. Han tardado dos años y medio en producirlo y vale mucho la pena. Tanto como toda la familia Kao. 

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