El acierto de Pedroche

La mesa estaba más vacía este año, por el covid de nunca acabar y la gripe A que te contagia con solo mirarte. Aun así, la cena de Nochevieja supo a gloria. Por el reencuentro con la familia inmune; por el menú temprano y personalizado de mamá; por el cancionero del más pequeño de los nietos (que a sus 11 años cambió el móvil por un micrófono karaoke); por el regalo de Reyes anticipado; por el brindis con cava traído desde Barcelona... Aguantar despiertos hasta las campanadas se convirtió en el reto de la noche, sobre todo haciéndolo de espaldas a la televisión, como tantas otras familias en España. Así se explica que en 2023 el consumo de televisión tradicional fuera el más bajo de las tres últimas décadas, con 181 minutos por persona y día, y que las propias campanadas, ese reducto al que fue imposible resistirse, solo fueran vistas por algo más de 15 millones de espectadores. Los esfuerzos de las cadenas generalistas interesaron a un millón de personas menos que el año anterior.  

Como en la mayoría del país, las 12 uvas o los 12 conguitos en casa Martínez se tomaron en compañía de Antena 3 y Cristina Pedroche. Porque el mando a distancia así lo quiso y porque el vestido-mensaje de la presentadora volvió a ser el mejor imán para la atención. Pedroche, duela a quien duela y con todos los matices que se quiera hacer del fondo y la forma, es mucho más que una mujer ‘viral’ que se desnuda por Nochevieja desde hace una década. Su vestido, en esta ocasión una alegoría sobre la importancia del agua realizado de la mano de Greenpeace, es un acierto en estos tiempos de calentamiento global y sequía extrema. Como también lo es que Televisión Española se sumara a las campanadas con mensaje, con el 'Se Acabó' de Jenni Hermoso haciendo compañía a Ramón García y Ana Mena y situándose como las segundas por audiencia. Los dos momentos reconfortaron y culminaron una gran noche, a pesar de que la mesa estuviera más vacía y de que la tele ya no es lo que era.

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