El feminismo antes del feminismo

«El feminismo es una forma de vida, la de las mujeres que luchan todos los días por la igualdad efectiva». La frase de Laura Montilla Díaz, una lectora de EL PERIÓDICO que vive en Vacarisses, resume a la perfección el espíritu del 8M Todo el Año. Saben que es la apuesta editorial del diario en favor de la igualdad, que se repite mes a mes de forma ininterrumpida desde hace casi dos años ya, con la participación de toda la redacción y con el inquebrantable aliento de la subdirectora Carol Álvarez (autora de la newsletter semanal Con Letra de Mujer) y de mí misma.

La lucha por la igualdad no nació ayer y es responsabilidad de la sociedad visibilizar y reconocer a todas aquellas mujeres que, a lo largo de la historia, sin querer ser feministas, lo fueron y mucho. Rompieron los papeles que debían desempeñar, que habían sido escritos por hombres y para hombres, y se convirtieron en las protagonistas de sus propias vidas. El feminismo antes del feminismo.

Para entender más la contribución tan medular que realizaron estas pioneras del empoderamiento de la mujer, hay que revisitar la figura de Mercè Rodoreda, la escritora catalana más universal, autora de La plaça del Diamant. La obra, que narra el recorrido vital de una joven pastelera de Barcelona, está actualmente en cartel en el Teatre Nacional de Catalunya. Dirigida por Carlota Subirós, demuestra que un clásico como este, ambientado en la España que discurre durante la Segunda República, la Guerra Civil y la primera década de la posguerra, puede y debe tener una mirada feminista. La defensa de la igualdad de la protagonista, aun alejada del feminismo tal y como lo conocemos hoy, es universal, conecta con las generaciones más jóvenes y desnuda algunas conductas machistas que todavía hoy están muy vivas.

En este contexto, es esencial investigar la memoria histórica femenina y reconocer a las mujeres de las que nuestra lectora de Vacarisses estará orgullosa.

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