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Carme Portaceli: ‘La Natàlia de ‘La plaça del Diamant’ podría ser cualquiera de nosotras’

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Carme Portaceli.

Carme Portaceli. / Manu Mitru

Carol Álvarez / Gemma Martínez

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“Ahora es el momento de Rodoreda”. La directora artística del Teatre Nacional de Catalunya Carme Portaceli no ahorra elogios y se emociona cuando defiende la apuesta de programación del clásico de la escritora catalana más universal, ‘La plaça del diamant’, estos días en la Sala Gran del TNC. Presume orgullosa de la apuesta teatral desplegada por Carlota Subirós y Ferran Dordial, acompañada de la instalación ‘Flors i Viatges’, de Cabosanroque y también inspirado en el libro ‘Viatges i flors’ de Rodoreda y en la obra de Svetlana Aleksiévich sobre la guerra. El TNC también llevará a escena pronto otra de las obras de Rodoreda. 

¿Por qué ‘La plaça del Diamant’?

Es un clásico universal. ‘La plaça del diamant’ es una novela que ha sido tantas y tantas veces adaptada al teatro que yo creo que ya es una obra de teatro, y esta que ofrecemos ahora es una versión extraordinaria, un encargo del TNC y el Festival Grec a Carlota Subirós, que nos pareció la persona idónea. Como se ha demostrado, aporta una mirada que hace unos años era impensable. Yo fui la primera mujer que montó un espectáculo en la Sala Gran del TNC, y eso no fue hasta 2010. Este año, nuestra programación está dedicada a la memoria: la falta de memoria histórica es un crimen moral y un crimen histórico, y a mí me gusta llevar al escenario aquellas pequeñas historias que van creando la gran historia y que al mismo tiempo son a las que debemos un mundo mejor. Son estas pequeñas historias, y una de estas es la de Natàlia, mal llamada Colometa por el imbécil de Quimet. Las mujeres somos el 52% de la humanidad, y tenemos pequeñas historias de las que nadie ha oído hablar nunca. 

Esta versión de la obra da una mirada muy feminista..Nos han preguntado si en la adaptación de la novela habíamos tocado algo sobre el personaje de Quimet, el marido de la protagonista, y no, no hemos tocado nada. Solo ofrecemos una mirada: Quimet parece un hombre simpático, gracioso y divertido pero resulta que es un abusador, es un ‘señoro’, y la visión que damos sobre su personaje está anclada en nuestros tiempos. Pasa con ‘La plaça del diamant’ y su lectura de la guerra y el franquismo  como con la ‘Terra Baixa’ que montamos el año pasado, y que se fue de gira llevando nuestro patrimonio histórico sobre el nacimiento del anarquismo en Catalunya. En ‘Terra Baixa’ también dábamos la visión de la dura relación entre la protagonista, Marta, y Sebastià. Cuando la protagonista de la obra cuenta que con 14 años Sebastià, de 30 años, la sentaba en su regazo. Hoy vemos que eso era un abuso.Todas estas miradas cambian con el paso del tiempo, por eso aportamos nuestra vivencia de personas del siglo XXI. 

La mujer sale muy mal parada en ese retrato.

Hace poco escuché la que para mí es la mejor definición de lo que significa ser una mujer, y es que todo aquello que sientes y piensas no importa a nadie. La frase es de Miriam Toews en ‘Ellas hablan’. Es la mejor definición que leí nunca. Y es cierta, pero las mujeres no estamos dispuestas a mantener este silencio, porque no es justo ni democrático. Estamos juntas en ello, y por eso han sucedido cosas históricas como la revolución en el fútbol del ‘Se acabó’. Es un problema para quienes no quieren que cambie el mundo, yo siempre digo que el mundo se divide entre señores, señoras y ‘señoros’, y hay muchos y muchas ‘señoros’, aunque también hay muchos hombres que se han unido a nuestra causa porque les parece justa. Por eso es tan importante seguir realizando esta tarea.

La Natàlia de ‘La plaça del diamant’ también dice ‘se acabó’ en algún momento de la obra.

A mí me gusta mucho la escena que interpreta Màrcia Cisteró, cuando cuenta cómo decide comprar la botella de salfumán para acabar con sus hijos porque no puede más, porque está la represión franquista, porque es una mujer, sola, sin trabajo, sin nada. Intenta comprarla y el tendero le ofrece de repente un empleo. Aquí arranca una historia muy bonita para las mujeres. Simone de Beauvoir tiene una frase que me gusta recordar que dice así: “El día que una mujer ya pueda no amar con su debilidad, sino con su fuerza, no escapar de sí misma sino encontrarse, no humillarse sino afirmarse, ese día será para ella como para el hombre fuente de vida y no un peligro mortal”.

¿Descubre una forma mejor de amar?

Hay una concepción del amor que ya despreciaba Charlotte Brönte, que odiaba ganarse la vida yendo a los institutos de mujeres por las tonterías que les enseñaban y las estupideces que le tocaba explicarles, pobres bobas que estudiaban para bobas y para quedarse siempre así. El tendero que ofrece trabajo a la protagonista es un hombre que no puede tener sexo y aquí comienza una gran historia de amor que ella no valora, al principio: lo ve como simple compañía aunque atiende a sus hijos y la quiere. Solo cuando Natàlia empieza a entender lo que tiene lo aferra para no perderlo. No hablo de sexo, hablo de decir basta a pensar que te quieren si te hacen callar, y eso no es tan antiguo. 

No hemos cambiado tanto.

Tenemos un encargo para la dramaturga Daniela Feixas de escribir un texto para adolescentes sobre el consumo de pornografía y las consecuencias en la sexualidad de la gente que la está descubriendo y son tremendas. Hay chicos de 17 años que han de tomar Viagra, porque si no golpean a su novia no tienen una erección. Y ellas empiezan a estar como nuestras abuelas, que no sabían lo que era el orgasmo. Es muy preocupante, porque por un lado tenemos el “Se acabó” y por otro lado, tenemos más muertes y más asesinatos que nunca. Tenemos verdaderos motines de mujeres que reclaman la presencia de más voces femeninas en foros de decisión y por otro lado, vivimos un intento de retroceso acompañado por la extrema derecha y por la derecha que deja hacer. Por eso el ‘basta’ para mí es este, el del amor de la pareja. Ahora programaremos ‘La madre de Frankenstein’ de Almudena Grandes, donde hay un momento en que un personaje recuerda cuando se  quejaba de que iba mal con el trabajo y los niños y su marido le replicaba que no hacía falta que trabajara, que él lo hacía por los dos. Pero ella no quiere, ¡con lo que le ha costado llegar a ser enfermera!,...lo que podría hacer su marido es ayudarla con los niños. Cuando el tendero de ‘La plaça del Diamant’ le da un trabajo a Natàlia, le está dando el estatus de un ser humano con derecho a ganarse la vida.

¿Qué más se puede hacer para plantar cara al machismo?

Muchos jóvenes piensan que el maltrato es tirarte una silla a la cabeza, pero el maltrato ya viene de mucho antes.El día de la bofetada es después, ya es el último paso. Hace falta aún mucha pedagogía, y los temas de mujeres no gustan.A Amelia Valcárcel le dijo un compañero, también filósofo, ‘¿qué queréis ahora las feministas?’ Y ella le respondió: ‘la mitad de todo’. Cuando a Amelia le dieron la cátedra en la universidad no tenía ni despacho, y harta de esperar que le asignaran uno, montó una mesa en el pasillo para atender a sus alumnos. El feminismo es la lucha de las mujeres por conseguir los mismos derechos que los hombres y no los tenemos, no. 

¿Tiene el TNC alguna otra propuesta pensada en clave de mujer?

El 5 de diciembre organizaremos una serie de actos contra la violencia machista, no podemos no decir nada, hay más asesinadas que nunca. También tenemos un proyecto precioso, que hacemos fuera del teatro, que se llama 365 mujeres. Encargamos una obra de una autora invisibilizada de cualquier época, que son muchísimas, y este año se lo dedicamos a Marina Ginestà. Antes lo hicimos con Ana María Martínez Sagi, con Aurora Bertrana… organizamos dos lecturas y unos talleres con aficionados al teatro, que luego, en lo que llamamos reverberaciones, llevan estas lecturas a nuevos escenarios. Este año ya contamos con  70 lecturas de Ana María Martínez Sagi. El fenómeno ha sido brutal, y más necesario que nunca.

¿Por qué era necesaria esta nueva adaptación de ‘La plaça del diamant’?

Porque la versión de Carlota Subirós con Ferran Dordal nos explicará una historia de nuestro país como no nos cuenta nadie y porque vemos a una Natàlia que podría ser cualquiera de nosotras incluso hoy en día, por desgracia. Hasta hace cuatro días, tener ciertas ideas, ser feminista, era lo peor. Continúa siendo igual, ahora se usan otras etiquetas como ‘feminazi’ para despreciar las reivindicaciones, pero los nazis y los machistas son quienes son, y nosotras reivindicamos el derecho a existir como ser humano.

La obra tiene prevista una gira.

‘La plaça del diamant’ fue una de las obras que se incluyeron en la primera edición del TNC Weekend Pro - International Meeting, unas jornadas que buscan dar impulso a las producciones catalanas y nuestra manera de hacer teatro y que reúnen a un nutrido grupo de programadores europeos para cerrar posibles giras, quedaron encantados. Tenemos suerte de tener una conselleria de Cultura completamente alineada con nosotros y trabajando codo con codo, en sintonía absoluta, que nos permite hacer estas giras. Teníamos programada gira en Valencia y Baleares, además de una coproducción con Andorra, pero ahora no sabemos cuál será el futuro de su programación, con los cambios de gobierno: el TNC lideró la iniciativa de unificar todos los territorios de habla catalana en la programación teatral, de hecho esta temporada ya contábamos con dos compañías mallorquinas y dos valencianas, tal y como nosotros giramos con ‘La plaça del diamant’, esperamos que siga en pie.

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