Los menores de Badalona, carne de campaña

La redacción de EL PERIÓDICO es un ser vivo que, cuando respira a pleno pulmón, es imbatible. Así ha sucedido en los últimos siete días en los que el diario se ha volcado en las agresiones sexuales entre menores en Badalona. El director Albert Sáez propuso que una de las principales coberturas de la semana tenía que centrarse en las violaciones grupales ocurridas en la ciudad y en el centro comercial Màgic. El objetivo era entender más el goteo de casos desde una perspectiva policial, de servicios sociales y ciudadana. No hubiera hecho falta pedirlo, porque las responsables de las áreas de Sociedad y Barcelona (Montse Baraza, Núria Marrón y Txell Pauné) ya habían hecho de ello el eje de su semana, con los periodistas Guillem Sánchez, Elisenda Colell y Gerardo Santos sobre el terreno. 

El resultado, más que brillante, culminó ayer con la triple mirada de Colell, que recogió las voces de los niños de la calle de Badalona -de los mismos círculos que los presuntos agresores, de otras víctimas de los menores investigados y de los adultos.

El deterioro económico y social del Màgic y los barrios de su entorno que ha constatado nuestra radiografía no es extrapolable al cien por cien a otros territorios, como tampoco lo es la raíz gitana de algunos de los menores. Pero sí existen patrones que se repiten y que cabe abordar.

La crisis desatada invita a una reflexión política, social, familiar, educativa, vecinal, urbanística, policial y cultural con la máxima participación posible. Que sirva para avanzar en prevención, sobre todo, pero también para consensuar cuál es la mejor forma de actuar cuando se llega tarde. Quizá deba revisarse la Ley del Menor y su inimputabilidad en determinados casos.

Esa reflexión equilibrada, que tendría que huir del maniqueísmo entre el buenismo o la mano dura con los menores, no llegará a corto plazo porque Pedro Sánchez ha jugado al adelanto electoral. Los menores y sus agresiones serán carne de campaña. Lástima.

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