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La salud mental ya era un problema

Minuto de silencio en Sallent por el caso de las gemelas

Minuto de silencio en Sallent por el caso de las gemelas / MAR MARTÍ / ACN

Albert Sáez

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El equipo de sociedad de EL PERIODICO lleva meses avisándonos de que estamos viviendo una auténtica epidemia de salud mental que afecta especialmente a los jóvenes y adolescentes. Les llegan datos tanto desde los centros educativos como de los sanitarios así como los testimonios de muchas madres y padres. Aquí van algunos:

Los jóvenes con problemas mentales se han cuadriplicado en la pandemia

El 18% de las chicas de 15 y 16 años piensa en morirse casi a diario

Los intentos de suicidio en menores de edad se triplican

Las autolesiones de adoslescentes se disparan y el 45% admite haberse cortado

El 8,8% de los adolescentes dice tener ganas de morirse 

Son solo algunos ejemplos de lo que estamos publicando. 

Frente a la explosión de esta realidad contrasta la falta de recursos para tratarla a pesar del compromiso que reiteran periódicamente tanto Pedro Sánchez como Pere Aragonès

España afronta sin recursos un pico histórico de suicidios infantiles

La falta de psiquiátras y psicólogos acentúa la desigualdad territorial en materia de salud mental

Los adolecentes quedan semiabandonados al dejar el hospital de día

Algunos han descubierto este problema a raíz de la investigación del caso de las gemelas de Sallent que saltaron desde un tercer piso. Unos hechos ante los cuales la policía está pidiendo prudencia porque la realidad de esa familia era muy compleja y los dimes y diretes de los vecinos no hacen más que generar ruido. Y ahora exigen soluciones mágicas. Es evidente que padecemos una epidemia de salud mental entre nuestros adolescentes y nos pilla con un sistema sanitario que no está preparado. Pero también es cierto que la atención médica debería ser el último recurso y antes hay muchas posibilidades de intervención que van desde aspectos culturales hasta la educación en la familia y en la escuela pasando por las ofertas de ocio. Algunos ejemplos: ¿no debemos replantearnos los padres ese presupuesto educativo según el cual el individuo tiene derecho a ser y hacer lo que quiera que está en la base de muchas frustraciones? ¿el respeto a la identidad de los adolescentes pasa por no husmear en su intimidad para saber qué está pasando en sus cabezas? ¿por qué el tiempo libre de los jóvenes ha dejado de tener una oferta fuera del circuito comercial? Hacen falta más psicólogos y terapeutas, hacen falta más programas de detección, hacen falta más recursos. Pero también hacen falta muchas otras cosas que no dependen de las administraciones. 

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