Relaciones trasatlánticas por reparar

Banderas de la Unión Europea ondean frente al edificio de la Comisión Europea, en Bruselas.

Banderas de la Unión Europea ondean frente al edificio de la Comisión Europea, en Bruselas. / periodico

Eliseo Oliveras

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A raíz de los sondeos, la mayoría de los líderes de la Unión Europea (UE) esperaba una gran victoria de Joe Biden y del Partido Demócrata en las elecciones norteamericanas para comenzar a reparar las maltrechas relaciones trasatlánticas tras cuatro años de presidencia de Donald Trump. Pero el ajustado recuento de votos y los buenos resultados de un Partido Republicano ‘trumpificado’ indican que los ejes de la política de Trump -que han cavado un abismo entre Europa y Estados Unidos- están profundamente arraigados en la sociedad norteamericana.

Aunque finalmente gane Biden, la UE se expone a encontrarse con una nueva Administración que escucha a sus aliados, pero absorbida por los problemas internos de un país polarizado, poco inclinada a asumir compromisos a nivel internacional y rehén del nacionalismo económico reinante en el país.

El América primero, el unilateralismo, el repliegue internacional, el nacionalismo económico agresivo y la concepción mercantilista de la política exterior representados por Trump han recibido el respaldo de prácticamente la mitad del electorado de EEUU. Trump ha obtenido siete millones más de votos que en el 2016, pese a la acumulación de escándalos y mentiras bajo su presidencia ya la deficiente gestión de la pandemia de coronavirus con 235.000 fallecidos.

Extrema preocupación en la UE

Las repetidas e indocumentadas denuncias de fraude electoral realizadas por Trump son percibidas con extrema preocupación en la UE, porque dañan internacionalmente la credibilidad de la democracia en Estados Unidos y por extensión en Occidente. Esto resulta muy grave ahora que regímenes autoritarios se postulan como un modelo político alternativo más eficaz que la democracia liberal occidental y que se han desarrollado incluso dentro de la propia UE, como Hungría y sus imitadores, todos admiradores de Trump.

La UE aspira a que, si Biden gana, pueda restablecerse una cooperación trasatlántica y que EEUU deje de sabotear las organizaciones internacionales en las que descansa el orden mundial. Bajo la presidencia de Trump, EEUU ha abandonado la Unesco,el Consejo de Naciones Unidas sobre Derechos Humanos y el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático, este año ha iniciado la salida de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y ha amenazado con abandonar la Organización Mundial de Comercio (OMC). Asimismo, Trump ha retirado a EEUU de tratados fundamentales de control de armamentos, como el Tratadode  Fuerzas Nucleares de Alcance Medio (INF), el Acuerdo Nuclear iraní y el Tratado de Cielos Abiertos.

Pese a la apuesta electoral de Biden por la cooperación y el multilateralismo, el control que el Partido Republicano parece que mantendrá sobre el Senado y la menguante mayoría demócrata en el Congreso limitarán la capacidad de actuación de la nueva Administración. No obstante, como la salida de la OMS y del Acuerdo de París se basan en decisiones ejecutivas de la presidencia, si Biden gana, podría anularlas sin dificultad.

Relaciones comerciales

Estados Unidos es el principal destino de las exportaciones de la UE: 384.000 millones de euros en el 2019 (18% del total). Para EEUU, la UE es su segundo mercado mundial después de Canadá, con unas exportaciones de 237.000 millones (16% del total). La UE espera que si Trump deja la Casa Blanca las relaciones comerciales puedan encauzarse por vías menos conflictivas, después de la acumulación de sanciones arancelarias norteamericanas contra el acero, el aluminio y multitud de productos europeos y la multiplicación de amenazas contra compañías europeas por invertir en proyectos o países que no son del agrado de Washington. Alemania incluso quiere revitalizar la negociación de un acuerdo de libre comercio.

Nuevas tensiones, sin embargo, pueden agravar la actual guerra comercial trasatlántica debido a la autorización de la OMC para que la UE penalice con 3.400 millones de euros productos norteamericanos por los subsidios ilegales de Boeing y el plan europeo de cobrar una tasa digital a los gigantes tecnológicos norteamericanos GoogleAppleFacebook y Amazon para contrarrestar su evasión fiscal.

Europa puede esperar, si Biden gana,que la nueva Administración reafirme el compromiso de EEUU con la OTAN y se abandone la agresividad verbal de Trump hacia los aliados europeos. Pero eso no alterará la presión de Washington para que los países europeos gasten más en defensa, que se inició bajo la presidencia de Barack Obama, ni que la prioridad estratégica norteamericana sea China y el Pacífico, un giro iniciado también bajo Obama en el 2011.

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