El sector teatral

Si los políticos nos dejan

Abrir al 100% de la ocupación es la única manera de que las productoras y los teatros puedan sobrevivir

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Marta Buchaca

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Ya hace algunas semanas que estamos en lo que han llamado 'nueva normalidad'. La incertidumbre es global, pero hay sectores que se mueven especialmente en arenas movedizas. Nos han hecho creer que el futuro depende de la evolución del virus, pero realmente de lo que depende es del sentido común de los políticos y políticas. Y, en lo que respecta a las artes en vivo, han demostrado tener muy poco.

Las artes en vivo están en la cuerda floja desde que empezó la pandemia. Los que tenemos proyectos la temporada que viene lo contamos con la boca pequeña y siempre con la misma coletilla: “Si el virus nos deja”. Pero viendo el papelón de nuestros gobernantes en este tema, lo que deberíamos decir es “si los políticos nos dejan”.

Si insisten en cerrar teatros cuando hay rebrotes es, sin lugar a dudas, porque no se han molestado en comprobar cómo es la experiencia de ser espectador en tiempos de covid. No se preocupen, que yo se lo cuento:

Las posibilidades de pillar el virus en un teatro son casi  inexistentes

Antes de entrar, el espectador facilita su DNI para que, en caso de que algún miembro del público tenga síntomas, se puedan rastrear fácilmente las personas que vieron la función. Evidentemente, no se entra en la sala sin haber pasado por la dosis de gel hidroalcohólico al que tanto nos hemos acostumbrado. El acceso y la salida son escalonados y controlados. El espectador se sienta en una silla separada de las otras (en algunos teatros las sillas que no se usan están tapadas con plásticos, una imagen desoladora pero también bonita metáfora de la realidad profiláctica que nos toca vivir). La mascarilla, complemento imprescindible durante toda la representación para los espectadores. Por suerte, los actores, que se someten a tests, no deben llevarla. O sea, la posibilidades de pillar el virus en un teatro son prácticamente inexistentes. ¿Pero, saben qué pasa? Que a nuestros políticos la cultura les importa poco. Por suerte, a muchos ciudadanos sí. La prueba es que el Festival Grec ha cerrado con un 91,3% de ocupación, el Festival Internacional de teatro de Mérida ha tenido muy buenas cifras y la comedia 'Padre no hay más que uno 2' ha llevado a más de 1.250.000 espectadores a las salas de cine hasta el momento.

Señores políticos y políticas: hay urgencia, hay ganas y hay necesidad de cultura. No hay excusas. Les aseguro que estos días no me he sentido más segura en ningún sitio que en un teatro. En el AVE, por ejemplo, venden el 100% de los billetes. Así que te pasas tres horas de viaje codo con codo con tu compañero de al lado. Si pillo el virus lo haré antes en un tren, un autobús o en el metro (donde siguen habiendo aglomeraciones en hora punta), que en un teatro. Por no hablar de las playas, llenas hasta la bandera y con chiringuitos desbordados donde los clientes se sientan unos al lado de los otros sin mascarilla.

Desde aquí aplaudo la valentía de los teatros que han abierto tras el estado de alarma. Algunos de los que lo han hecho son: la Biblioteca de Catalunya (que suspendió la última función de 'Assedegats' siguiendo las recomendaciones del Govern debido al aumento de casos de coronavirus en Barcelona), el Mercat de les Flors, el Teatre Lliure, el TNC, la mayoría formando parte de la programación del Festival Grec, el Aquitània y la Sala Beckett, que también ha hecho el Obrador d’Estiu con clases presenciales y lecturas dramatizadas al aire libre que han tenido una gran afluencia de público.

Hay urgencia, hay ganas y hay necesidad de cultura. No hay excusas

Ya que los políticos suelen ser amantes de las estadísticas, les daré una: ¿saben cuántos contagios de coronavirus se han producido en un teatro? 0. Así que espero que la temporada que viene podamos abrir al 100% de ocupación y que tengamos la temporada teatral que nos merecemos después de tantos meses de abstinencia. Insisto en la necesidad de que sea al 100% ya que es la única manera de que las productoras y los teatros puedan sobrevivir. Abrir con menos ocupación es inviable y si no se permite volver a la normalidad pronto serán muchas las productoras y los artistas que se quedarán en el camino.

Confieso que fui la primera que me vine arriba cuando se acabó el estado de alarma. Ya está, ya pasó, pensé sentada en la butaca de un teatro por primera vez en meses. Desgraciadamente ni está, ni pasó. Pero pasará y, mientras no sea así, seguiremos yendo al teatro porque las emociones, el impacto, las historias, el arte y el talento no los mata ningún virus. Así que, “si los políticos nos dejan”, iremos al teatro, estrenaremos obras y llenaremos este mundo gris y pandémico de arte y talento, que buena falta nos hace.

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