'HIT' DEL VERANO

Padre no hay más que uno 2': las 5 razones por las que ha arrasado en taquilla

Santiago Segura salva las salas de cine en este verano pandémico triunfando a lo grande con la segunda entrega de la comedia 'Padre no hay más que uno'

Santiago Segura, en los cines Ocine de Badalona, el pasado día 6 de agosto.

Santiago Segura, en los cines Ocine de Badalona, el pasado día 6 de agosto. / periodico

Beatriz Martínez

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

En su primer día de exhibición, 'Padre no hay más que uno 2: La llegada de la suegra', recaudó más de 460.000 euros y aglutinó el 70% de los espectadores, disparando los ingresos en un 150% con respecto a la semana anterior. A los cinco días, ya había sido vista por 3000.000 espectadores y había acumulado 2 millones de euros. A estas alturas, ya ha rebasado los 4,6 millones, y subiendo. Y todo eso en plena pandemia, con la paranoia de rebrotes, con el 20% de las salas cerradas y con limitaciones de aforo. ¿Quién dijo que iba a ser imposible salvar el cine español este verano? Santiago Segura ha llegado dispuesto a demostrar que el público estaba deseando volver a las salas, pero necesitaba la película adecuada. Estas son las razones que explican su éxito.

Un movimiento de alto riesgo

Las salas de cine necesitaban un milagro. Después de meses cerradas, de soportar constantes cancelaciones de títulos muy esperados que provocaban una enorme falta de contenido en la cartelera, las cifras de recaudación parecían indicar una crisis en el sector muy preocupante. Hasta que 'Padre no hay más que uno 2. La llegada de la suegra' vino al rescate. Segura y Atresmedia se atrevieron a adelantar su fecha de estreno (del 7 de agosto al 29 de julio) a pesar de que en ese momento las salas de Barcelona permanecían cerradas. Era un movimiento kamikaze, casi suicida, pero Segura decidió que era el momento de tomar decisiones arriesgadas y demostrar lo importante que es en estos momentos involucrarse de verdad y <strong>apoyar el sector de la exhibición</strong> para seguir estimulando por un lado la industria, y por otro, el amor por el cine en pantalla grande


La comedia como catarsis

Al mal tiempo, buena cara, y alguna que otra carcajada. Qué mejor revulsivo para canalizar nuestros miedos y ansiedades en estos momentos de incertidumbre que reírnos de nuestras propias miserias. La comedia española ha sabido sacar partido de la realidad para utilizarla como elemento de humor y crítica desde Berlanga a Mariano Ozores. 

Santiago Segura siempre ha demostrado su amor por un género que se ha encargado de renovar en varias ocasiones, tanto a través de sus interpretaciones como en su faceta como director. Con 'Torrente' optó por un registro incómodo, casi tóxico, pero en todo caso subversivo, sacando a relucir los peores vicios del pensamiento retrógrado y convirtiendo a un auténtico escombro humano en icono de la degradación moral que pervive en las cloacas de nuestro país. 

Ahora, en su díptico 'Padre no hay más que uno' el antihéroe es un padre de familia numerosa asfixiado por las responsabilidades. Segura practica un humor en las antípodas de su antigua franquicia, blanco y respetuoso, enfocado a las necesidades de un público que abarca todas las franjas de edad para que pueda ser disfrutado por niños y adultos. Al fin y al cabo, él se considera, más que un cineasta, un 'entretenedor'.


Enfoque familiar y televisivo

Si 'Padre no hay más que uno hubiera sido una serie de televisión, también se habría convertido en un éxito masivo de audiencia. Quizá porque comparte muchas similitudes con otras ficciones como 'Los Serrano' o 'Padre de familia' que forman parte ya de nuestro imaginario colectivo catódico a la hora de hablar de las vicisitudes y ansiedades que genera el choque entre padres e hijos. Santiago Segura ha adaptado estos esquemas a la actualidad a la hora de hablar de las diferencias generacionales, el uso de las nuevas tecnologías, las presiones que impone la sociedad a la hora de la crianza, la tarea titánica de la conciliación y el desgaste inevitable de las relaciones de pareja dentro de esa complicada tela de araña.

Otras series recientes también se han acercado a estas inquietudes, como 'Mira lo que has hecho', de Berto Romero, pero desde una perspectiva diferente, en este caso metarreferencial. Segura recoge la tradición española (en la cabeza siempre está presente 'La gran familia') y la mezcla con productos también infalibles como Los padres de él, sobre todo en esta segunda parte, además de referencias tan brillantes como la de la familia Von Trapp de 'Sonrisas y lágrimas' en la primera. 


La eficacia de un buen reparto

Uno de los mayores hándicaps a los que se enfrentó Segura en 'Padre no hay más que uno' fue encontrar a los actores infantiles adecuados para encarnar a su particular 'troupe'. Para los papeles de la responsable Carlota y a la pequeña Paulita, con problemas de dicción, recurrió a sus propias hijas, Calma y Sirena. La 'youtuber' Matina D’Antiochia se convirtió en la adolescente Sara y Carlos González Morollón en el revoltoso Dani. Luna Fulgencio, que interpreta a Rocío, es sin duda la más experimentada del grupo. Con nueve años ya ha participado en películas como 'Durante la tormenta' y en series como 'El embarcadero', 'El ministerio del tiempo' o 'La valla'.  Todos se meten al público en el bolsillo con su frescura y su desparpajo y en realidad son los auténticos protagonistas de la función, aunque no hay que quitar mérito al propio Segura y a los demás actores adultos profesionales, entre los que encontramos a Toni Acosta (la madre), Leo Harlem (el hermano de Javier) y Silvia Abril (la cuñada). 

En esta segunda parte hay una invitada que captura toda la atención, Loles León en el papel de la suegra, que vendrá a ayudar a su hija y a mantener un 'tour de force' con su yerno a la hora de tomar las riendas de la casa.  


Santiago Segura, un valor en sí mismo

Hay pocas figuras tan queridas en la actualidad como Santiago Segura. Primero se metió al público en el bolsillo con sus interpretaciones en las películas de Álex de la Iglesia (en especial su icónico José María en 'El día de la bestia'), después se convirtió en un auténtico fenómeno sociocultural gracias a su saga Torrente para terminar transformándose en un auténtico 'showman' de la pequeña pantalla.

Sus apariciones en el programa de televisión 'Tu cara me suena' contribuyeron a acercar a los espectadores a un Santiago Segura capaz de metamorfosearse en cualquier artista y hacer suyo el escenario con muchas dosis de desparpajo y cachondeo. Su ingenio y capacidad para la palabra justa en el momento adecuado revestida de humor caustico como jurado del espectáculo terminaron por convertirlo en el 'amiguete' de todos.

Suscríbete para seguir leyendo