Pantallas

Horas razonables

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Mikel Lejarza

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El pasado 28 de mayo, el Gabinete de Estudios de la Comunicación Audiovisual (GECA) publicó  un estudio en el que se informaba de que, “si en la temporada 1994/95 las grandes apuestas programáticas de las cadenas arrancaban de media a las 21.45 horas, en la de 2000/2001 lo hicieron a las 22.05; en la de 2010/11, a las 22.15, y en la actual los telespectadores han de esperar hasta las 22.49 horas para que comiencen sus series, ‘realities’ o programas de entretenimiento preferidos“. Es decir, el arranque del ‘prime time’ se ha retrasado en un cuarto de siglo una hora.

El arranque del 'prime time' en España se ha retrasado una hora en los últimos 25 años

El hecho es la gran diferencia del modelo televisivo español con el resto del mundo y además incluye una peculiaridad: el momento de consumo televisivo más alto del día se produce a las 22.36 horas, con lo que las apuestas más relevantes se ofrecen al público casi un cuarto de hora después. Es como si los grandes centros comerciales no abrieran cuando más consumidores están dispuestos a ir a ellos, sino que lo hicieran más tarde.

En la mayoría de los países, el ‘prime time’ en el que se incluyen sus programas de televisión estelares se encuentra entre las 20.00 y las 22.00 horas. La respuesta fácil para explicar nuestro desfase horario es acudir a la climatología, puesto que tenemos más horas de sol y buena temperatura. Es cierto, pero la verdadera razón es el asentamiento de programas creados como acceso al ‘prime time’ que, debido a su éxito, se han convertido en los auténticos reyes de las parrillas.

Excelentes ideas como ‘El Informal’, ‘Escenas de Matrimonio’ o el actual ‘El Hormiguero’ nacieron para servir de lanzadera de las series y programas que competirían por el horario más preciado para televidentes y anunciantes. Pero al convertirse en éxitos se han transformado en el auténtico ‘prime time’ y en los programas más vistos, siendo menos costosos que la mayor parte de propuestas a las que preceden. Porque en ese detalle radica el secreto. Programas de ‘prime time’ con coste de ’access’. Como si el concierto lo dieran los teloneros a petición del público. Una de las razones que explican la alta rentabilidad de las cadenas españolas.

Entre las 21.00 horas y la medianoche se han perdido en los últimos seis años 1,4 millones de espectadores

Pero no todo son ventajas. El ‘prime time’ de EEUU dura unas tres horas, en las que se emiten un mínimo de tres programas. El nuestro son dos programas y, en ocasiones, uno solo. Esto supone un menor coste para los emisores; pero también una oferta con menos variedad de productos, al tiempo que los formatos tienen una duración inusual. Esto dificulta su exportación a países con modelos de programación diferentes.

Vivimos en una época en la que los espectadores deciden dónde y cuándo ver los productos que fabrica la televisión. Pero la eficaz fórmula que ha contribuido a hacer de la tele en España un negocio próspero del que todo el sector audiovisual se ha beneficiado parece estar agotándose. En el 2018 se alcanzó el peor dato de consumo de la década (20 minutos menos que en el 2012). La bajada se concentra entre las 21.00 y medianoche, donde se han perdido en los últimos seis años 1,4 millones de espectadores. Y es que ahora el público tiene a donde ir en busca de contenidos interesantes pudiendo irse a dormir a horas razonables.