Dos miradas

Fatiga catalana

Lo único que nos puede sacar de este atolladero es buscar asideros comunes. Y, de paso, orillar las dinámicas hueras, pero agotadoras. Véase ese Consell per la República que solo con mucha fe o con mucho cinismo puede defenderse

Carles Puigdemont interviene a través de videoconferencia en el acto de presentación del Consell per la República, en el Palau de la Generalitat.

Carles Puigdemont interviene a través de videoconferencia en el acto de presentación del Consell per la República, en el Palau de la Generalitat. / ELISENDA PONS

Emma Riverola

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Parece ser que el mito de que el 80% de los catalanes está a favor de un referéndum sobre la independencia ha caído. La encuesta del GESOP realizada para EL PERIÓDICO expone unos datos bastante adecuados a la lógica actual. El 42,4% de los entrevistados apoyan la consulta independentista. El 27,2% prefiere votar por una mayor autonomía. Y el 26,5% rechaza cualquier referéndum. Unos porcentajes que se aproximan bastante a los dos bloques que, punto arriba, punto abajo, marcan la política catalana de los últimos años. El 52,8% de los entrevistados en la misma encuesta se declaran contrarios a la independencia, mientras que el 45,9% apoyan la secesión, un resultado prácticamente calcado al 47,49% que votó el 21-D a partidos independentistas.

De acuerdo, el mito del 80% ha caído, pero cabe resaltar que un 69,6% apoyan un referéndum, sea de independencia o sea para mejorar el autogobierno. Es decir, una clara mayoría de catalanes no se sienten cómodos con el actual marco de relación entre Catalunya y el resto del Estado. Por tanto, nadie ha ganado y todos vamos perdiendo. Lo único que nos puede sacar de este atolladero es trabajar para buscar asideros comunes. Y, de paso, orillar las dinámicas hueras, pero agotadoras. Véase ese Consell per la República que solo con mucha fe o con mucho cinismo puede defenderse. Al fin, la fatiga será el único elemento que vamos a tener en común todos los catalanes.