Los efectos del cambio en la Casa Blanca

Las trampas de Trump

Creará más riqueza en EEUU, pero cabe dudar de que se reparta más justa y equitativamente para lograr corregir las crecientes desigualdades

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JAUME GINÉ DAVÍ

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El millonario Donald Trump se presentó con su 'America First' como un defensor de las clases medias y trabajadoras y martillo del 'establishment' que se benefició de una globalización que ha incrementado las desigualdades económicas y sociales en EEUU. Hoy, es un presidente bendecido por Wall Street. Y ha nombrado un equipo gubernamental 'pro-business', sin apenas experiencia política, constituido por banqueros, empresarios, exgenerales, millonarios, familiares cercanos y amigos fieles.

Tump derogará o modificará algunas reformas políticas y sociales realizadas por Barack Obama. Y sin inmutarse, podría dar un revolcón a las bases del vigente orden internacional. Cabe inquietarse por lo que hará en política exterior un hombre de negocios que admira a los hombres duros como Vladímir Putin. En pocas semanas ha demostrado ser nada o poco diplomático al provocar las quejas de China en relación a la sensible cuestión de Taiwán. Trump será un presidente 'sui generis' que incluso critica a la CIA por un informe sobre los ciberataques perpetrados por Rusia en EEUU. Y si el Congreso no lo controla, se inmiscuirá en el normal funcionamiento de las instituciones estadounidenses.

JÚBILO EN LOS MERCADOS

Los mercados financieros, tras apostar mayoritariamente por Hillary Clinton, reaccionaron inmediatamente para jugar oportuna e interesadamente la carta Trump. Wall Street celebró con subidas históricas la anunciada bajada de los impuestos, el gigantesco plan de inversiones en infraestructuras, la desreglamentación de los sectores financiero y energético, el impulso de la industria armamentística y otras medidas que beneficiarán principalmente a los grandes grupos empresariales. También atraerá a los capitales estadounidenses hoy situados en el exterior y a otros procedentes de los países avanzados y emergentes. Mucho más si el dólar se aprecia frente al euro y las demás divisas extranjeras.

La paridad dólar-euro es prácticamente un hecho. Un euro bajo impulsará las exportaciones europeas pero encarecerá la factura a pagar por las importaciones energéticas. Y la subida de los tipos de interés en EEUU en el 2017 repercutirá en el precio del dinero en la UE y encarecerá la financiación de los países y las empresas más endeudados en dólares. La economía estadounidense se relanzará a corto plazo pero, a medio y largo plazo, pueden surgir riesgos políticos y económicos en un mundo cada vez más inestable. 

La globalización, hoy contestada en EEUU y Europa, se adecuará a la compleja realidad internacional y seguirá su curso. Xi Jinping afirmó en Davos que China mantendrá su apuesta por la globalización y firmará más acuerdos comerciales de ámbito regiona para seguir penetrando en todos los mercados exteriores.

CONTROL DE CAPITALES

El comercio exterior ha sido siempre el gran motor de la economía mundial. Y la actual crisis no se superará  levantando otra vez las barreras al libre comercio. Tampoco cerrando la libre circulación de las personas. En cambio, urge un control estricto de las malas prácticas en la libre circulación de los capitales. Las grandes fortunas y empresas multinacionales no pagan los impuestos pertinentes en los estados donde operan efectivamente y logran sus altos beneficios. Unos paraísos fiscales que Trump conoce muy bien.

He aquí una de 'las trampas de Trump'. Se presenta como un proteccionista comercial que entierra el Acuerdo Transpacífico (TPP) y el Acuerdo Transatlántico (TTIP). Pero, a la vez y aunque parezca contradictorio, impulsará una desreglamentación o mayor liberalización del sector financiero. Y sitúa en puestos clave del futuro Gobierno a Steven Mnuchin como secretario del Tesoro y a Gary Cohn para dirigir el Consejo Económico Nacional, personas vinculadas a Goldman Sachs, una entidad financiera protagonista del inicio de la crisis financiera de EEUU en el 2007. Trump dice que China manipula la cotización del yuán, pero utilizará el exorbitante poder financiero de EEUU basado en la primacía mundial del dólar para intentar imponer sus reglas e intereses en los mercados financieros internacionales. Y tal vez lo hará sin escuchar a la UE.

Trump creará más riqueza en EEUU. Pero cabe dudar que se reparta más justa y equitativamente para lograr corregir las crecientes desigualdades. Para esto le votaron millones de estadounidenses. Pero muchos empleos industriales difícilmente se recuperarán. No todo es culpa de China. También se debe a los grandes avances tecnológicos como la robotización, impulsados por y desde EEUU.