Al contrataque
Rebelión por convicción
Las convicciones son las ideas éticas y políticas más potentes
Sílvia Cóppulo
Periodista y psicóloga.
Licenciada en Psicología y Doctora en Comunicación. Profesora de Comunicación en la Universitat de Barcelona
SÍLVIA CÓPPULO
Oriol levanta la mano rápidamente, se mueve inquieto y grita: «Yo, yo lo sé». Está contento y quiere soltar la respuesta. Sentado con sus compañeros de quinto de primaria de la escuela Antoni Brusi de Barcelona en el patio de butacas del estudio 1 de Catalunya Ràdio, viene de visita. Como cada mediodía, ahí hacemos La Vida, y ahora Empar Moliner les explica que un tribunal de Justicia ha citado al presidente a declarar. Pregunto a los niños: ¿Por qué el presidente deberá ir ante los jueces? Oriol dice, micrófono en mano, convencido:
-Porque ha hecho un referéndum ilegal.
-¿Cómo lo sabes, Oriol?
-Porque lo han dicho en la tele. Oriol ha contestado «referéndum ilegal» con la misma seguridad que me habría dicho que el otoño empieza el 21 de septiembre. Me sorprende la respuesta contundente expresada sin sentimiento alguno. Se hace el silencio. En el razonamiento infantil, si a alguien el juez le llama a declarar es que algo feo ha hecho o al menos lo parece, y hay que analizar por qué sí o por qué no. ¿Quién cita a declarar? Quien tiene poder para hacerlo y quiere. No hay matices. El razonamiento infantil es el que utiliza el Gobierno español influyendo a los tribunales. Ir a declarar como imputado confiere el carácter de sospechoso al president. La conclusión funciona porque es simple. Oriol no sabe que el 9-N no se organizó un referéndum que podría haberse realizado de haberse querido; y, en cambio, al sustantivo referéndumle ha añadido el adjetivo ilegal. El mantra funciona. Si a la palabra referéndum hubiese la costumbre de añadirle el adjetivo democrático, él lo habría incorporado mentalmente como un todo: referéndum democrático.
DEMOCRACIA Y LEY
En el mismo estudio hace pocas horas estaba sentado ese caballero que el día 15 de octubre prestará declaración ante el juez. Un Artur Mas distendido dice: «Me confieso democráticamente rebelde ante el Estado por no dejarnos poner las urnas». Democráticamente, la rebelión toma cuerpo de acción. 9-N. Casi 2.400.00 personas depositaron el voto en una urna de cartón. Un símbolo. Se rebelaban ante la prohibición por parte del Gobierno español de organizar un referéndum o una consulta, aunque el resultado no fuera vinculante. No es fácil explicarle a Oriol que la democracia es anterior a la ley. Es un argumento conceptual con matices. En cambio, el del Gobierno funciona porque no los tiene, es simple: la ley dice que no. Y ya está. Mas continúa hablando serenamente. Le empuja lo que más cuesta de vencer: la convicción. Las convicciones son las ideas éticas y políticas más potentes. Otorgan autoridad y no se pueden derrotar a golpe de ley o de sentencia. Por eso, quien fue la vicepresidenta, Joana Ortega -imputada también-, ha escrito un tuit con la etiqueta #hotornariaafer (lovolveríaahacer).
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