Una ‘Novena’ con prólogo de estreno

Beethoven y Fábregas triunfan en el Palau

La ‘Sinfonía Coral’ de Beethoven se escuchó en el Palau tras el estreno absoluto de la 'Oda a la fortalesa', de Elisenda Fábregas

La 'Sinfonía N° 9, 125, Coral', de Beethoven, interpretada por la OSV.

La 'Sinfonía N° 9, 125, Coral', de Beethoven, interpretada por la OSV. / Palau de la Música

Pablo Meléndez-Haddad

Pablo Meléndez-Haddad

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Asistir al estreno absoluto de una obra de un compositor del país resulta ser un edificante compromiso con la cultura. Más todavía si la aventura corre por cuenta de una entidad como la Simfònica del Vallès (OSV), pionera en mil aspectos artísticos y administrativos y que conoce de cerca las dificultades de un conjunto de sus características, sobre todo financieras.

El caso es que, con la colaboración del Palau de la Música Catalana, la OSV ha podido llevar a cabo el estreno absoluto de la 'Oda a la fortalesa', obra de encargo de ambas instituciones a Elisenda Fábregas, compositora invitada de la temporada del auditorio modernista. El poema sinfónico de 12 minutos de la pianista y profesora, escrito para soprano, mezzosoprano y coro de mujeres, fue presentado minutos antes del concierto como un "homenaje de la autora a las mujeres del pasado y como un impulso a las mujeres del futuro". Exigente, vibrante desde los primeros compases, colorista, atmosférica y de líneas melódicas identificables, la 'Oda a la fortalesa' –con texto en catalán de la misma compositora– explora con eficacia tanto en la tímbrica de la instrumentación como en la vocalidad femenina, utilizando a ambas solistas en un interesante contraste con la masa orquestal y el coro para dar lugar a un diálogo de efectivos recursos expresivos y dramáticos. Con su mensaje reivindicativo, "endavant sense por, som persones primer, dones després”, la obra fue muy bien recibida por un público atento y receptivo.

Andrés Salado llevó a los intérpretes con equilibrado entusiasmo, sin fagocitar a las voces y obrando pequeños milagros teniendo en cuenta la estrecha pauta de ensayos. La sección femenina de la Coral Càrmina que lidera Daniel Mestres aportó voces empastadas y atentas a las solistas, la soprano Rita Morais, que cantó con seguridad y aplomo, fraseando con generosidad y vitalidad, en adecuada complicidad con la eficaz mezzo Mariona Llobera, quien también participó en la obra que culminaba la velada.

El reclamo principal del programa era, sin embargo, la 'Sinfonía N° 9, 125, Coral', de Beethoven, que llenó el Palau hasta la bandera. Tanto el 'Scherzo' como el 'Adagio' resultaron lo más conseguido, ya que la inmensa obra maestra del genio de Bonn –que este año cumple 200 años– es siempre una prueba de fuego para cualquier conjunto; la OSV demostró suficiente acción de conjunto y minimizó errores, respondiendo a los cambios de agógica y con solistas en metales y maderas solventes en sus muchas partes clave. El experimentado tenor Roger Padullés impuso su canto noble y una notable dicción germánica, mientras que el barítono Ferran Albrich aportaba graves justos y agudos suficientemente poderosos. La timbrada voz de Laura Brasó brilló en los agudos, completando un 'Finale' más eufórico que aseado que acabó ovacionado. 

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