'Detrás del telón', de Ana María Moix: cronista brillante, lectora excepcional

Decía Maurice Blanchot que ningún escritor debería releer lo que ya ha escrito. Desoyendo los consejos del teórico francés, Ana María Moix recorrió su trayectoria como escritora en un taller que impartió en julio del 2012, apenas dos años antes de fallecer, y cuyos materiales utilizados permanecieron hasta ahora inéditos. 'Detrás del telón' rescata los materiales de este seminario así como una serie de textos en torno al fútbol –era grande la afición de Moix por este deporte- que fueron escritos para ser leídos en Catalunya Ràdio. Los textos aquí reunidos no solo nos permiten una nueva aproximación a la obra de una autora cuya literatura todavía hoy es poco estudiada, sino que nos devuelven a una cronista que, con una mirada atenta y extraordinariamente perspicaz, fue capaz de adelantarse a su tiempo y poner sobre la mesa cuestiones, por entonces, marginales como puede ser la necesidad de promover el fútbol femenino o la corrupción de las distintas federaciones. Su mirada perspicaz, crítica e irónica no solo se limita a las crónicas futboleras, sino que impregna todos los textos utilizados a lo largo de aquel taller y que permiten una relectura del mito de gauche divine: Moix advierte que, en lugar de poner el acento en Bocaccio, para hacer una historia de dicho grupo habría que recurrir a Isabel Bohigas y Montse Esther, dueñas de la tienda Saltar y parar, así como  al archivo del doctor Ramón Vidal Teixidor.

'Ya te llegará', de Margo Glanz y Tamara Kamenszain: cartas de vida y literatura

El hecho de que no se haya seguido el consejo de Moix muestra las carencias de un relato cultural que ha preferido quedarse con el mito y explica la superficialidad con la que se ha acercado a la figura de Moix, a la que se suele describir  “como ‘musa’ de la gauche divine, niña precoz, hermana de Terenci”, apunta en la introducción Nora Catelli, que añade: “si se transita por la bibliografía universitaria, se la ve reunida con otras escritas –en muy pocos casos se la observa en compañía de escritores- y se analizan más sus temas que su escritura”. Aquí descubrimos a una Moix que, a la vez que hace una crónica histórico-cultural de la Barcelona de los 60 y 70, reconstruye su formación cultural, deteniéndose en esos precursores  que forjaron su escritura, unos precursores que van desde Ana Maria Matute hasta Gil Albert, pasando por Rosa Chacel, cuya novela 'La sinrazón' jugará un papel clave para Moix a la hora pensar 'Walter, ¿por qué te fuiste?', en la que, como señala Catelli, observamos una “variación torrencial, cerca del monólogo interior, del diálogo sin marcas, de la exaltación lírica, casi faulkneriana, casi a la Carson MacCullers. La obra de Moix entronca con la gran literatura del siglo XX –'Vals negro' debe mucho a Gil Albert, pero también a Saint Simón y a Joseph Roth. Su labor como traductora fue clave en su formación lectora, como también lo fue Pere Gimferrer: De su mano llegó a la Generación del 27, a las vanguardias, a Octavio Paz y a Ezra Pound. De “l’art pour l’art” que tanto amaba Gimferrer a la literatura más comprometida –Sartre, De Beauvoir, Moravia- que tanto interesaba a Terenci. Y, entre medio, la poesía, la leída y la compartida con sus compañeros “de la coqueluche” -Carnero, Gimferrer, Molina-Foix, Azúa- y con Panero, “que era el mejor poeta joven, el más inteligente”.

'Caparazón', de Lisa Ginzburg: la ilusión de curar el pasado.

Más allá de las anécdotas personales, de los amigos y de los recuerdos que salpican el texto, lo interesante de “Detrás del telón” es que nos descubre a una lectora brillante que, revisando su propia obra, relee la gran literatura en la que se forjó como escritora, observando divergencias y confluencias, deteniéndose en elementos aparentemente nimios pero absolutamente significativos, sin obviar el contexto. Un brillante ejercicio de crónica, de crítica literaria y de crítica cultural vehiculado por un yo que sabe que no debe ser el protagonista.