‘The Telephone’

La adicción al móvil llega a Peralada

 El Festival ampurdanés propuso una actualizada versión escénica de la ópera de cámara ‘The telephone’, de Gian Carlo Menotti

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La Ópera 'The Telephone' en el Festival Perelada

La Ópera 'The Telephone' en el Festival Perelada / EPC

Pablo Meléndez-Haddad

Pablo Meléndez-Haddad

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El Festival Perelada, que este 2023 estrenó su primera edición de Pascua en Semana Santa, ha programado para su 37ª edición de verano con una oferta reducida al no contar con su tradicional escenario desmontable en los jardines del castillo debido a la construcción de un espacio teatral permanente, definitivo y dotado de la adecuada tecnología. Por eso la única obra escenificada que ha podido plantearse este año ha sido una pequeña joya de cámara muy poco programada: ‘The Telephone, o L’Amour à trois’, ópera cómica en un acto con música y libreto en inglés de Gian Carlo Menotti estrenada en 1947 junto a la ópera sería ‘The Medium’, del mismo compositor.

De una media hora de duración, en esta propuesta la obra se extiende unos diez minutos más gracias al ‘Grand Nonet para viento y cuerda en Fa mayor, Op. 31’, de Louis Spohr que, a modo de preámbulo, ayuda a crear ambiente antes del abrupto comienzo de esta ópera cargada de ironía que trata de la dependencia que Lucy England, la protagonista, tiene del teléfono a tal punto que se transforma en un obstáculo para su comunicación con el resto del mundo representado por su pareja, Ben Upthegrove. Visionario, Menotti vio ya antes de la década de 1950 cómo el avance tecnológico que representa el aparato se transformaba en un fenómeno que ahora, en pleno siglo XXI, es absolutamente vigente dada la dependencia que la sociedad tiene del móvil y de la tecnología que conlleva.

El primer proyecto de María Goiricelaya

La propuesta escénica se estrenó en marzo producida por el Festival Musika-Música que organiza cada año el Ayuntamiento de Bilbao; se trata del primer proyecto operístico de la dramaturga y directora teatral María Goiricelaya. En el montaje queda clara la tendencia de la protagonista a ignorar a su pareja en favor del teléfono, trasladando la acción a un gimnasio con Lucy y Ben en plena sesión de entrenamiento. Como la propia ‘regista’ reconoce, ha querido llevar la acción a un espacio en el cual “un montón de personas entrenan pero no se comunican, porque allí también se llevan el móvil y cada uno va a lo suyo. Es un lugar donde el teléfono es innecesario, pero se lo llevan”.

Al actualizar la ópera de Menotti, sin embargo, se pierden algunos detalles muy ingeniosos del libreto, ya que un móvil actual es muy diferente del teléfono con cable del libreto original, al cual Lucy protege como a un niño, evitando que en un momento Ben le corte ‘el cordón umbilical’ con unas tijeras como si se tratara de un infanticidio o, ya en el final, cuando ella expresa su miedo de que él olvide no su rostro ni sus caricias, sino su número de teléfono.  

El Festival Perelada se vio obligado a amplificar la obra (¡horror!) al montarse en un espacio sin la acústica adecuada –sala del Mirador del Castillo–, consiguiéndose un sonido casi radial y de gran presencia en la orquesta, aunque modulando las voces, afortunadamente, con mejores resultados. Se contó, por otra parte, con los mismos intérpretes del estreno bilbaíno, con la impecable concertación musical de Iván Martín desde el piano y ante un eficaz Galdós Ensemble en los atriles. Una profesional y entregada Ruth González hizo suyo el personaje protagonista superando todos los escollos, junto al más que sobrado Ben del espléndido barítono Jan Antem, la otra estrella de la velada, ambos secundados en escena por un grupo de infatigables actores que dotaban de vida al gimnasio al que se traslada la acción.

La propuesta contó con una segunda parte, el ecléctico concierto ‘Ticket To Ride: The Beatles y Bowie’ a cargo de la gerundense GIO Symphonia dirigida por Francesc Prat junto a la actriz y cantante Elena Tarrats, con transcripciones para orquesta de cámara de ambos símbolos de la cultura pop, algunas de ellas con arreglos de Luciano Berio y otros tantos firmados por Lucas y Tomás Peire.

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