El descafeinado ‘Fidelio’ del siglo XXI

Que la OBC regrese a la programación del Grec es una alegría, más todavía si lo hace para poner música a una ópera, género al cual el festival de verano barcelonés suele darle la espalda, por no hablar de la zarzuela. Pero esta vez la conjunción se pudo dar y la orquesta catalana regresó a Montjuïc para dar vida a una obra lírica gracias al estreno en España, el sábado, y tres años más tarde de lo previsto, de ‘Prisoner of the State’, del compositor David Lang. Se trataba del encargo de diversas entidades musicales internacionales –entre ellas el Auditori de Barcelona– para la conmemoración, en 2020, del 250º aniversario del nacimiento del Ludwig van Beethoven (1770-1827). Para ello Lang decidió repensar, en clave contemporánea y humanitaria, la única ópera compuesta por el genio de Bonn, ‘Fidelio’, de la que toma parte de su inspiración dramática, aunque Beethoven se centrara más en el triunfo del amor por sobre los conceptos libertarios, políticos y de derechos humanos, que también los tocaba, y con una maestría sin igual.

Al compositor alemán su ópera le llevó mil dolores de cabeza y la retocó durante años para conseguir, finalmente, un resultado que no le dejó satisfecho.

Por el contrario, pareciera ser que ‘Prisoner of the State’ tuvo una génesis más espontánea. Con un libreto simplista del propio compositor sobre un entramado musical con alguna escena melódicamente interesante pero siempre sobre un soporte armónico ‘minimal’ y reiterativo –tanto como el texto–, impresiona que el Barbican de Londres, el De Doelen Concert Hall de Róterdam, la Sinfónica de Bochum, el Concertgebouw de Ámsterdam, la Ópera de Malmoe, la Filarmónica de Nueva York y el Auditori barcelonés decidieran rendir homenaje a uno de los compositores capitales de la historia coproduciendo una obra como esta, episódica y cercana al ‘musical’. Estrenada en 2019 en Nueva York y en 2020 en Inglaterra, ‘Prisoner of the State’ es la penúltima pieza lírica de Lang –en enero estrenó su ópera de cámara ‘Note to a Friend’– en la que se adentra en temas como el abuso de poder o la supresión de los derechos individuales de una manera tan sencilla, que haber sido concebida para público infantil y escolar.

En su estreno barcelonés la interpretación fue impecable y acabó ovacionada, a pesar de la sensación de música enlatada que ofrecía la amplificación. La sencilla puesta en escena de Elkhanah Pulitzer, condicionada por el escenario del Grec, se mostró clara y funcional, y Ludovic Morlot, titular de la OBC, no tuvo el más mínimo problema en concertar esta obra con un gran peso en la rítmica. El coro de hombres del Cor Jove del Orfeó Català y las voces masculinas del Cor de Cambra del Palau resultaron siempre eficaces, alcanzando incluso momentos espléndidos, junto a una excelente labor de los solistas Claron McFadden, Davóne Tines y Jarrett Ott, a quienes se unió un algo titubeante Alan Oke.

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