Clásica en el Empordà

Un De Tomasso pletórico en el Festival Perelada

El tenor británico inauguró, en plenitud de facultades, el gran certamen clásico del verano

Freddie de Tommaso   Peralada inaugural

Freddie de Tommaso Peralada inaugural / Miquel Gonzalez/Shooting

Pablo Meléndez-Haddad

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El Festival Perelada, que desde este año deja atrás su antiguo nombre (Festival Internacional Castell de Peralada), inauguró su edición de verano con el tenor Freddie De Tommaso, uno de los grandes nombres de la lírica de hoy. Entre otras autoridades asistieron a la velada Miquel Brugat, alcalde de Peralada; Salvador Alemany, presidente del Patronato del Liceu; el director general del Gran Teatre, Valentí Oviedo (más tarde, en la cena, ambos recibieron, en nombre del coliseo barcelonés, la Medalla de Honor del Festival por el 175° aniversario liceísta); además de Edgard García, director de Institut Català de les Empreses Culturals de la Generalitat.

La cita tenía algo de 'déja vu' ya que este mismo intérprete clausuró la primera edición de Pascua del certamen ampurdanés. El programa, en todo caso, no tenía puntos en común con el que en abril pasado conquistó al público del Festival, ya que ahora optó por un monográfico Verdi sin caer, afortunadamente, en el repertorio más trillado.

Acompañado desde el piano por Audrey Saint-Gil, expuso esas dotes que le han convertido en poseedor de un consolidado prestigio. Una voz de precioso esmalte, gran proyección, naturalidad en el fraseo y colores siempre al servicio de la expresión, convierten su canto en heredero de una estirpe que parecía estar en vías de extinción. Gracias a un talento inmenso hace lo que quiere, dándolo todo y entregándose por entero.

Paseo belcantista

Con “La mia letizia infondere”, de 'I Iombardi', arrancó una velada que acabó en ovaciones con el tenor defendiendo a Riccardo de 'Un ballo in maschera'.

Tras su paseo belcantista como Oronte continuó con el aria de 'Il Corsaro', escena que exige poderío y facilidad en el agudo, superando el reto sin problemas. Con 'La seduzione' siguió un momento de recogimiento con “Ah! Sì, ben mio”, de "Il Trovatore", aria en la que el tenor dibujó un Manrico de ensueño.

La popular 'Stornello' se escuchó con gracia y a la antigua, aunque con partitura, antes de impresionar por la intensidad en el fraseo en “Il foglio dunque?… Quando le sere al placido”, de 'Luisa Miller'.

El joven tenor, que todavía no cumple 30 años, comenzó la segunda parte con un modélico Alfredo interpretando “De miei bollenti spiriti”, de 'La Traviata'. El programa innovaba con el aria “Sotto il sol di Siria ardente” de 'Aroldo', la revisión de 'Stiffelio', en la que el tenor estuvo siempre cómodo. De Tommaso interpretó después tres de las tempranas '6 Romanze' (de 1838, un año antes del debut operístico del compositor) para concluir el recital de manera brillantencon la escena “Forse la soglia attinse... Ma se m’ è forza perderti”, del 'Ballo'.

Saint-Gil se lució sobre todo en las piezas para piano solo, ya que como acompañante no se mostró muy empática, con un sonido a ratos exagerado. En las propinas, Puccini y una napolitana.