Música clásica

Con Victoria de los Ángeles en el recuerdo

El Festival Perelada rinde homenaje a Victoria de Los Ángeles con un emotivo recital de Núria Rial en el año del centenario del nacimiento de la legendaria cantante

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Pablo Meléndez-Haddad

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El Festival Perelada ha querido rendir homenaje a una de las intérpretes españolas más destacadas de la segunda mitad del siglo pasado, la barcelonesa Victoria de los Ángeles, de quien en noviembre se celebra el centenario de su nacimiento. Célebre por su particular afinidad con algunos roles fundamentales del repertorio operístico, una parte importante de su trayectoria la vinculó estrechamente al ámbito del 'Lied', la canción de cámara, sentando cátedra a nivel mundial por su virtuosismo y talento.

El Festival ampurdanés ha mirado hacia este aspecto de la carrera de Victoria y por ello decidió apostar por dos auténticos expertos en el estilo, la soprano Núria Rial y el pianista Rubén Fernández Aguirre, ambos curtidos en programas similares a los que inmortalizó la legendaria cantante. A canciones propias de De los Ángeles, como son las creaciones de Mompou (incluyendo el desconocido 'Vocalise a Victoria', inédito), Schubert, Brahms, Granados, Fauré o Montsalvatge, en 'Cantar del alma' —como se tituló la velada—, se incluyó además 'Victoria', de Bernat Vivancos (1975), obra inspirada en uno de los poemas escritos por la recordada soprano catalana.

Núria Rial, que acaba de publicar un nuevo disco (espléndido, con obras de Benedetto Marcello), aportó ya desde el comienzo un canto detallista y brillante, matizado hasta la última nota y construyendo un fraseo digno del legado de Victoria. A su canto no le falta ni le sobra nada, utilizando reguladores, ornamentos y colores según las necesidades expresivas de cada pieza. Lo dejó claro ya en esa difícil 'Cantar del alma' de Frederic Mompou, casi a 'cappella'. Además, su delicada vocalidad le va como anillo al dedo a la acústica de la iglesia del Carmen.

Rubén Fernández Aguirre (que también ha presentado nuevo disco junto a Sabina Puertolas) demostró una vez más su poderío en todos los estilos, de digitación impoluta, perfecto equilibrio sonoro y que sabe como pocos lo que significa hacer música de cámara en perfecta comunión con la cantante.

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