NUEVA VISITA DE UN RUTILANTE SECUNDARIO DEL PUNK-ROCK

El chicano de la guitarra grasienta

Kid Congo Powers, escudero de The Cramps y Nick Cave, sobrevive con su destartalado rock de serie B

Figura de culto 8 El 'punk-rocker' Kid Congo Powers.

Figura de culto 8 El 'punk-rocker' Kid Congo Powers.

NANDO CRUZ
BARCELONA

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Hay guitarristas que se forjan un prestigio gracias a su digitación pristina, a su velocidad con las seis cuerdas o a su habilidad para inventar nuevas escalas. Kid Congo Powers no responde a ninguno de estos perfiles y, sin embargo, tiene algo de guitarrista estrella. En caso contrario, no lo hubiesen requerido The Cramps en 1980 para reforzar su sucio psychobilly ni se hubiese enrolado después en los Bad Seeds para remover el ponzoñoso y grasiento repertorio de Nick Cave.

Californiano de origen mexicano, Kid Congo Powers es garantía de grasa y electricidad. También lo es de veneración a la vertiente más espinosa y pantanosa de cualquier género. La guitarra de este punk-rocker de bigote cantinflesco suena siempre sucia pero orgullosa, destartalada pero desafiante. Como un vagabundo con aires de dandy, lleva calcetines agujereados y el pelo engominado.

Amante de la serie B en su más rutilante y mugrienta expresión, en Dracula boots (2009) dedicó una canción a La Llorona, el personaje que aterroriza a los niños mexicanos, y otra a las mujeres peludas como el Yeti. Dos meses después de actuar en La [2] junto a Julee Cruise y Khan, Kid Congo Powers regresa con su banda, The Pink Monkey Birds, para presentar Gorilla Rose (2011), disco con el que rinde homenaje al difunto artista y performer californiano de igual nombre que removió el underground punk de final de los 70. De figura de culto a figura de culto.