EL FINAL DE UNA ETAPA

Razones de un despido: Xavi, el entorno y las bajas (Lewandowski y João Félix) de la discordia

Xavi cree que "no se ha valorado" su trabajo en el Barça

Fermín brinda el gol y el abrazo para despedir a Xavi en una convulsa Sevilla (1-2)

Laporta fulmina a Xavi y se entrega a Flick

Xavi, con gesto serio, en el banquillo del Sánchez Pizjuán durante el Sevilla-Barça.

Xavi, con gesto serio, en el banquillo del Sánchez Pizjuán durante el Sevilla-Barça. / Jorge Guerrero / Afp

Marcos López
Joan Domènech
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El sábado, horas después de su despido, estuvo elegante, diplomáticamente elegante. Dolido, pero elegante para intentar explicar algo que Xavi no entiende. ¿Por qué ya no es entrenador del Barça? Tan solo se limitó a su condición de "hombre de club", pero emplazó a pedir los argumentos de su despido -primero a cámara lenta; luego, fulminante- a quien corresponde.

"Las razones son suyas, no mías", dijo antes de medirse al Sevilla en alusión a Joan Laporta, el presidente, y Deco, el director deportivo. El domingo, tras ganar en el Sánchez Pizjuán con esa imagen –el abrazo de Fermín después de marcar el 1-2 definitivo- que sintetiza mejor que nada su legado (la apuesta por los jóvenes), Xavi elevó el tono, lamentando que "no se haya valorado" su trabajo y anunciando que el paso del tiempo lo hará más valioso.

Fermín se abraza a Xavi tras marcar el 1-2 al Sevilla en el Sánchez Pizjuán.

Fermín se abraza a Xavi tras marcar el 1-2 al Sevilla en el Sánchez Pizjuán. / Marcelo del Pozo / Reuters

Fue un mensaje reivindicativo, compartiendo su incomprensión por la salida que no esperaba hace un mes. En una sola noche dejaba, y muy a su pesar, de ser entrenador del Barça –"nosotros queríamos seguir, pero son decisiones que no controlas tú"- para integrarse ya en el entorno culé. Ese entorno, calificado como "cruel y desagradable que te hace sentir muy pequeñito", como ha venido denunciando desde el pasado mes de enero cuando anunció su dimisión en diferido.

Peleas internas

La única duda es saber el papel que adoptará el ya extécnico azulgrana en ese complejo mundo resumido en una palabra ("entorno"), inventada por Cruyff en Praga (1992), que oculta, en realidad, una lucha por el poder además de una exigencia mediática cada vez más difícil de controlar.

Johan se refería, sin embargo, al interior del club, a su pulso sin fin con Josep Lluís Núñez, el presidente que luego lo despidió de mala manera a dos jornadas del final (mayo 1996), y Anton Parera, su gerente de entonces y contrapoder crítico siempre con el holandés.

Xavi Hernández, cabizbajo en el Sánchez Pizjuán.

Xavi Hernández, cabizbajo en el Sánchez Pizjuán. / Afp

Xavi amplía esa definición a lo que ocurre fuera del club, a pesar de que la batalla que ha perdido de verdad es la del ‘intorno’, palabra que se inventó, precisamente, Txiki Begiristain –fue el primer y único secretario técnico que tuvo Laporta desde el 2003 al 2010- para analizar lo que ocurre en los despachos de la ciudad deportiva. Ahí, en las tinieblas de Sant Joan Despí, el entrenador trasladó una planificación de la próxima temporada, según ha informado La TDT de Catalunya Ràdio, que fue el origen de su marcha.

Lewandowski y João Félix fuera; el club no quiso

Esas diferencias en el proyecto futuro fueron decisivas porque Xavi quería, al menos, cinco bajas fijas para la próxima temporada. El número no era elevado, pero sí el valor de las dos piezas que se quería cobrar, tal y como informó Ricard Torquemada.

Eran Lewandowski, a quien el técnico ha sustituido en seis de los siete últimos partidos, como mensaje y aviso, y João Félix, a quien no quiso el verano pasado, a pesar de que lo terminó aceptando, lo que implicó la cesión de Ansu Fati al Brighton. Marcos Alonso y Oriol Romeu eran operaciones de sí o sí, quedando la cesión de Vitor Roque como un elemento de menor fricción.

Lewandowski celebra el 0-1 al Sevilla en el Sánchez Pizjuán.

Lewandowski celebra el 0-1 al Sevilla en el Sánchez Pizjuán. / Marcelo del Pozo / Reuters

El club, a través de Deco, le hizo saber que Lewandowski, el goleador que le dio la Liga a Xavi junto a Ter Stegen, y el portugués, cedido por el Atlético, eran jugadores que no debían salir. A partir de ahí, comenzaron las fricciones, ampliadas luego a los casos de Araujo y Raphinha, los dos futbolistas con más cartel en el mercado europeo, capaces ambos de dejar grandes cantidades de dinero para invertir en los refuerzos que consideraba prioritarios.

Jugadores que, según Xavi, son imprescindibles para que el Barça diera el salto de calidad necesario: un medio centro como punto de partida, ya fuera Kimmich (Bayern) o Zubimendi (Real Sociedad), el primer y viejo deseo de Xavi.

Araujo y Raphinha, en el mercado

Tampoco ahí se puso de acuerdo Deco con el técnico, lo que provocó el mensaje que desató la tormenta final. Aquel discurso realista que dijo el entrenador antes de viajar a Almería indicando que el culé debía saber y estar preparado para asumir que su equipo no podía competir con el Madrid, que juega la final de la Champions este fin de semana antes de recibir a Mbappé, ni tampoco con los grandes clubs europeos.

Xavi Hernández antes de dar salida al terreno de juego a Joao Félix, Pedri y Araujo

Xavi Hernández antes de dar salida al terreno de juego a Joao Félix, Pedri y Araujo / JORDI COTRINA

Laporta se enfadó y no viajó a Andalucía, mientras al director deportivo el estallido definitivo de la crisis le pillaba en Portugal. Por cierto, Araujo y Raphinha fueron informados de las intenciones del entrenador, lo que desencadenó más tensión en el vestuario. El central no jugó ni un minuto en el Sánchez Pizjuán; el brasileño, tampoco.

Almería queda ya documentado para la historia culé como el origen de la tormenta que ha terminado con Xavi despedido. Laporta le ‘abandona’, mientras el técnico se siente desprotegido, desorientado y hasta traicionado por personas que le eran fieles en el club. El presidente le da largas, no lo quiere ni ver. Cuando le coge el teléfono es solo para citarlo al final de Liga, mientras activa el fichaje de su sucesor: el alemán Hansi Flick.

A él, en cambio, no le daban explicaciones de nada, mientras el club se sostiene en que Lewandowski y João Félix, un jugador del agrado de Laporta, representado además por Jorge Mendes, agente de máxima confianza, que también tutela la carrera de Lamine Yamal, no abandonarán el Barça.

"Los motivos no importan. La decisión está tomada. Es una lástima, queríamos continuar"

Xavi

— Técnico del Barça

Pero todo se quebró de forma absoluta cuando en aquella breve reunión, que se realizó tras el triunfo sobre el Rayo en Montjuïc, el presidente instó al técnico a que se dedicara a sacar y mejorar el rendimiento del equipo porque la planificación deportiva corresponde al club.

Entorno ¿activo o pasivo?

Esas discrepancias resultan, por lo tanto, irresolubles, precipitándose el despido definitivo apenas 48 horas antes del duelo contra el Sevilla. Es cuando Xavi envía un whatsapp al presidente y este no lo responde, sino que se presenta de inmediato en la ciudad deportiva de Sant Joan Despí para anunciarle que el del domingo, y pese a tener contrato hasta 2026 y haber sido ratificado hace apenas un mes, sería su último partido en el banquillo.

Un pensativo Xavi antes de empezar el partido, su último como entrenador del Barça, en el Sánchez Pizjuán ante el Sevilla.

Un pensativo Xavi antes de empezar el partido, su último como entrenador del Barça, en el Sánchez Pizjuán ante el Sevilla. / Fermín Rodríguez / Ap

"Los motivos no importan. La decisión está tomada. Es una lástima, queríamos continuar", dijo Xavi tras ganar en el Sánchez Pizjuán, lanzando un último mensaje, a preguntas de los periodistas, a su sucesor. “Lo único que salvará al nuevo entrenador será ganar”, afirmó ya ubicado en otro lugar del universo azulgrana.

Antes de abandonar la sala de prensa en Sevilla, y en la penúltima pregunta como aún técnico del Barça, dejó, además, un último mensaje. “Se me ha mirado mucho con lupa y se han generado unas expectativas por ser miembro de la mejor etapa del Barça, que me han jugado en contra”, afirmó Xavi, traspasando ahora la barrera para ser un personaje del entorno. Falta saber si será entorno activo o pasivo.