Quico Palomar: «Soy una combinación de David Bowie y Xesco Boix»

Estamos en medio de la calle y llueve. «¿Qué quiere que toque?», dice sacando una flauta de émbolo en forma de loro que parece salida de un bazar chino. No se lo pongo fácil: «¿ConoceMemory,del musicalCats?» Enseguida suenan los primeros acordes:Amanece / mira el rocío sobre el girasol / y la rosa que se marchita... Me ha hecho sonreír y le compro por dos euros (es una fotocopia) un magnífico dibujo de La Rambla en versión psicodélica. En un gesto que conmueve por su austeridad, Quico enrolla el folio y lo sujeta cuidadosamente con un sobrecito de azúcar vacío rasgado por los extremos.

-¿Qué hace buscándose la vida en la calle?

-Nací en Moià y cuando llegué a Barcelona, en los 70, hacía encuestas, pero estaba harto de molestar a las señoras hablándoles de compresas. Como se me daba bien dibujar, mandé imprimir 500 copias de un dibujo y los vendía a cinco duros. Vendí a Manolo Vázquez Montalbán, a Adrià Puntí, a Maruja Torres... Quería dar a entender que el arte no tiene por qué ser un lujo, sino algo asequible; que cualquiera tiene el potencial de ser genial; quería desmitificar el arte.

-No lo ha conseguido.

-Lo único que he desmitificado ha sido mi bolsillo.

-La línea entre el éxito y el fracaso, el anonimato y el reconocimiento, es muy fina. Usted es el fundador más desconocido de La Fura dels Baus.

-El nombre de La Fura se me ocurrió a mí y como el resto el grupo proponía Els Baus se quedó La Fura dels Baus. Ellos querían seguir un poco los pasos de Els Comediants, pero yo iba más de cantautorsomiatruites.

-No ha cambiado mucho.

-Soy romántico, medievalista, antisistema, anticonsumo y antiindustrial. Reivindicar el ruido, el mundo urbano y las máquinas no me interesaba; o sea que no me puedo quejar si no he pasado a la historia.

-Si pudiera volver atrás...

-¿Y seguir con La Fura haciendo ver que aquello de romper coches me gustaba? Si una persona tiene unas ideas y para triunfar tiene que bajar del burro y hacer algo que no le gusta también tiene que ser triste.

-¿No le deprime la calle?

-¿Y trabajar en una fábrica no deprime? Cuando sabes que no serás nunca nadie, que es un trabajo que podría hacer cualquier otro... No he dejado de ser idealista porque lo contrario no me convence: «¡La pela, la pela! ¡mío, mío!» [imita a Gollum diciendo «mi tesoooro» enEl señor de los anillos]. Estoy satisfecho con mi vida porque al menos he podido ser yo.

-¿Cómo es usted?

-Soy una combinación de David Bowie y Xesco Boix [cantante folk que marcó la infancia de varias generaciones de catalanes]. He actuado con mi mandolina en El Molino, en el Palau d'Esports con La Tribu de Santi Arisa, en la tele, en el metro, en bodas, en festivales de rock, enfocs de camp... Quería ser un aventurero, un libertador, un héroe, un personaje.

-Es un personaje: el último hippy.

-Soyhippy,cristiano, idealista, anarco, cantamañanas, predicador... Es duro darse cuenta de que sigues viviendo como en los años 70, cuando imaginábamos que entre todos arreglaríamos el mundo, y en cambio ves tantas cosas a tu alrededor que ofenden las sensibilidad de una persona con sentimientos.

-¿Qué le duele más?

-¡Que voy a cumplir 62 años y aún no me han descubierto! [sonríe]. Tengo la casa llena de dibujos y toco en bares y fiestas, pero cuando no me alcanza para vivir pienso que el que sobra en esta sociedad soy yo. Para mí el artista es como un pastor que lleva a la gente hacia su terreno. Mi padre era pastor de ovejas y yo me considero pastor de personas. Mi misión es hacer reír a la gente, emocionarles, alejarles de esta ciudad decrépita y transportarles a un mundo de fantasía. Pero ellos me ven de otra manera: ven a un tío gordo y calvo que pide dinero para emborracharse.

-Pare, o nos deprimirá a todos.

-Soy realista.

-¿Pues no era humorista?

-Estaré perdiendo facultades... o es que es muy temprano y empiezo a pensar en losilluminatique nos gobiernan y más que reír me dan ganas de matar.