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La Molina estrena un sistema pionero para producir nieve artificial que usa "menos agua y energía"

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Un final de la temporada de esquí prematuro

estación esqui FGC

estación esqui FGC / ACN

EFE

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El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC), entidad que gestiona seis estaciones de esquí, han presentado el proyecto a tres años en que trabajan para producir nieve de forma más sostenible a la actual.

Se trata de la iniciativa Laboratorio de Nieve que debe probarse ahora en condiciones reales después del éxito de las primeras pruebas, llevadas a cabo por uno de los científicos titulares del CSIC en el Instituto de Ciencias de Materiales de Barcelona, Albert Verdaguer, y por el equipo de la firma TechnoAlpin. 

De esta forma se producirá nieve en menos tiempo, con menos agua y menos energía. El siguiente paso es trasladar la tecnología a estaciones de FGC y comprobar que, en situación real, el sistema, que simula el proceso natural de mineralización del agua y lo reproduce a pequeña escala, también actúa con éxito.

A diferencia de la tecnología aplicada hasta ahora, que utiliza exclusivamente agua como materia prima para crear nieve en los centros de esquí, ésta, que emplea la mineralización, consigue un núcleo que facilita la formación del copo de nieve más rápidamente, con más consistencia y a más temperatura.

Según han explicado los expertos, la atmósfera no solo cuenta con gotas de agua, sino que también hay partículas en suspensión de sales del mar, minerales o polen sobre los que se condensa el agua para dar lugar a las nubes y a las nevadas.

El nuevo material utiliza minerales del grupo de los feldespatos, que son inocuos al medio ambiente y recurso natural abundante en la tierra, ya que son una de las partículas principales de la atmósfera que interactúan con las nubes e inducen la precipitación, con lo que no alteran químicamente la composición del agua.

El proyecto estudiará el uso de la nueva tecnología en todas las situaciones reales posibles para determinar la viabilidad y beneficios en términos de ahorro energético, de agua y capacidad de innivación.

El objetivo es obtener un sistema que se pueda utilizar en cualquier estación de esquí tanto de España como del resto del mundo. La tecnología implementada por FGC genera un ciclo cerrado a partir de los lagos de la zona en que se ubican las estaciones y que se provén de lluvia o deshielo, en lo que desde esta empresa se define como un "ejemplo de economía circular del agua".

Con ese agua almacenada en las bases de las estaciones, se produce la nieve que se reparte por las pistas en invierno y, con la llegada de la primavera, se funde y se interna en el torrente que alimenta a la balsa de la instalación de esquí más próxima.

El ciclo se completa con la llegada del frío, cuando este agua vuelve a las pistas en forma de nieve, por lo que el consumo para FGC se circunscribe al ámbito de la energía, que es verde en su caso en su totalidad.

Las pruebas con la nueva tecnología comenzarán esta temporada en las estaciones de La Molina (Girona) y Boí Taüll (Lleida) y se implementarán en el resto de instalaciones de FGC durante los tres próximos años.