Ricard Parés, presidente del Consejo de Veterinarios de Catalunya: "Locales y espacios públicos estarán cada vez más adaptados a los animales"

Licenciado en medicina veterinaria por la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), Ricard Parés preside desde el 2019 el Consejo de Veterinarios de Catalunya, actividad que combina con la docencia en la universidad como profesor asociado en el Departamento de Ciencia Animal y Alimentaria de la Facultad de Veterinaria de la UAB y en el Campus de Alimentación y Nutrición de Torribera de la Universidad de Barcelona (UB).

Con motivo de la aprobación de la Ley de Bienestar Animal, este 29 de septiembre, Parés se atreve a vaticinar cómo será el futuro de nuestras mascotas o, mejor dicho, cómo será nuestro futuro con las mascotas, habida cuenta de que en España había en 2021 más de 29 millones de mascotas (de las que 9,3 millones eran perros) y solo 6,73 millones de niños menores de 15 años. Y la brecha no deja de aumentar: los animales domésticos cada vez son más, mientas que la natalidad decrece.

-¿Es positiva para las mascotas la nueva Ley de Bienestar Animal? La Ley de Bienestar Animal tiene mucha complejidad. El contenido de algunas exigencias de la ley, entre ellas el seguro obligatorio para perros, no se ha podido concretar. No es algo nuevo: en Catalunya, por ejemplo, existe una ley de 2003 que todavía tiene puntos que no se han puesto en práctica porque no se ha hecho ningún reglamento para aplicarla. Y eso es lo que pasa con esta ley: que no se ha podido aprobar un desarrollo reglamentario específico.

-¿Quiere decir que, al menos de momento, no será obligatorio tener a un perro asegurado? Eso es. La realidad es que, ahora mismo, una persona no está obligada a tener un seguro para perros. Pero tarde o temprano será obligatorio y, además, tener un seguro para perros actualmente es muy barato, apenas cuesta 20 euros. Y cubre daños a terceros, que no solo es que el perro muerda a alguien, sino que una persona vaya en bicicleta y, al ladrarle nuestro perro, se asuste y se caiga: eso estaría cubierto por el seguro obligatorio a terceros que, como digo, todavía no es obligatorio.

-¿Ve usted necesaria la ley? Bueno, veo necesario exigir más a los propietarios. Hay que concienciar a la gente de que tener un animal es una responsabilidad. Por tanto, deben llevarlo mínimo una vez al año al veterinario, independientemente de las vacunas que precise. Hay que tener a los animales correctamente desparasitados e identificados con un chip. Y no se les puede dejar solos. Hay que tener conciencia social: si tienes a un animal, lo tienes hasta el final de sus días. También es necesario actuar, por ejemplo, contra la cría ilegal de animales en casas particulares. Por otra parte, el curso obligatorio para los dueños de perros que recoge la ley debería ser una formación en positivo, algo sencillo para que la gente se dé cuenta de qué no puede hacer y por qué. La formación, que podría ser sencilla, en forma de cuestionario online, debería empezar con los perros -como está pensado con la nueva ley- pero hacerse extensible a todos los animales: cada especie tiene sus características y cada animal tiene unas necesidades. En todo caso, esa formación deberían impartirla los veterinarios.

-¿Los veterinarios? Sí, el papel de los veterinarios es fundamental. No solo para los animales, sino también para la salud humana y el medioambiente. El futuro común, de animales y personas, pasa por lo que se conoce como 'One Health', que no es otra cosa que la conexión entre la salud de los animales, las personas, las plantas y el medio ambiente. Los humanos no existimos de forma aislada, sino que somos parte de un ecosistema vivo común, que nos engloba. La prevención de enfermedades, que siempre es preferible al control de las mismas, requiere de la interacción, de un trabajo interdisciplinar. Se vio, por ejemplo, con el covid: el veterinario Quim Segalés formó parte del equipo de control del covid en Catalunya, como asesor, para determinar las estrategias de control del mismo. Cabe recordar que hay muchas enfermedades que, como el covid, son zoonóticas [se pueden transmitir entre animales y humanos] y los animales pueden transmitir algunas enfermedades que ellos no han desarrollado. De ahí la importancia del veterinario como garante de la salud pública general, sobre todo si los animales conviven con niños.

-¿Cree que ese nivel de interacción se trasladará en un futuro no muy lejano a la vida cotidiana? Por supuesto. Los espacios públicos cada vez se adaptarán más a nuestras mascotas. De hecho, ya lo están haciendo, no es ninguna novedad. Ya hay muchos espacios donde los perros, que son las mascotas que salen de casa y comparten los espacios públicos con los humanos, no van atados. Y compañías aéreas que permiten que los animales vuelen al lado de los dueños, alojamientos 'pet friendly'... Todos los espacios públicos estarán cada vez más adaptados a la presencia de los animales, y el hecho de que un perro no pueda entrar en una tienda, por ejemplo, dentro de pocos años no será habitual: los locales y espacios públicos estarán cada vez más adaptados a la presencia de los animales, que podrán moverse libremente por cualquier espacio.

-¿Qué piensa del consumo de insectos? ¿Cree que será una práctica extendida, como ya lo es en muchos países asiáticos? Creo que el consumo humano de insectos será una realidad en un futuro. Sí. De hecho, los insectos son una fuente de proteína muy rica. Cada alimento aporta sus nutrientes y los insectos tienen un porcentaje muy alto de nutrientes; es un potencial futuro alimento. Además, es fácil criarlos, porque una granja de insectos es viable. Pero, en realidad, yo creo que será más como ingrediente, mezclados con la comida, más que una comida en sí. Sin embargo es un tema complejo a nivel normativo, porque actualmente no existe una legislación clara y completa al respecto. En todo caso, cuando exista legislación, será a nivel europeo; no creo que los países regulen por su cuenta.