Sorteo de Navidad

Alegría por el segundo premio en Sant Joan Despí: "Mi abuela me ha regalado el máster"

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Elisenda Colell

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Laura Sánchez mira emocionada a su hermano Dani a las puertas de la administración número 1 de Sant Joan Despí (Baix Llobregat). Corre el cava y no es para menos. Les ha tocado un décimo del segundo premio de la Lotería de Navidad, valorado 125.000 euros, que su tío compró hace apenas unos días a Montse Giménez, la lotera. "Cada Navidad los tres nietos nos partimos un número con nuestra abuela María ¡y nos ha tocado, estamos que no nos lo creemos!", cuenta Laura, de 23 años. La madre, y nuera, los mira alucinados. "Sabía que estas iban a ser unas buenas navidades, pero no tanto", dice con una sonrisa de oreja a oreja.

Montse se ha pasado toda la mañana enganchada al televisor, siguiendo el sorteo de la Navidad. "Esta administración era de mi madre, y luego ha sido mía... y mi sueño era poder dar un premio antes de jubilarme", explica la lotera, de 63 años y con muletas, afectada de poliomielitis. Pasada la una del mediodía, los niños de San Ildefonso han cantado el 58.303, al que correspondía el segundo premio: 1,25 millones de euros por serie. Pedro Sánchez, vecino del barrio, se ha acercado hasta el mostrador para comprar un número de la Primitiva. Pero Montse ya no ha podido atenderle. De repente el teléfono ha colapsado. "Así me he enterado de que había vendido una serie del segundo premio, yo no tenía ni idea", cuenta la lotera.

Ante el alboroto, Sánchez regresa a casa. "He ido a mirar el décimo que había comprado para mi madre, porque recordaba que terminaba en tres". Efectivamente, su décimo era el premiado. "Mi madre siempre me pide que le compre un número para los tres nietos, y esta vez le pedí a Montse que terminara en tres", cuenta, emocionado. La abuela María, de 94 años, está que no da crédito. "La hemos ido a ver y estamos todos que no nos lo creemos, no somos conscientes de que nos ha tocado", sigue Dani, el nieto.

Vecinos de Les Planes (Sant Joan Despí) celebran el segundo premio de la Lotería de Navidad repartido por la administración lotera del barrio.

Vecinos de Les Planes (Sant Joan Despí) celebran el segundo premio de la Lotería de Navidad repartido por la administración lotera del barrio. / Manu Mitru

Laura sabe que con este dinero podrá cursar el máster de cirugía odontológica que quería. "Por fin lo podré hacer, mi abuela me ha regalado el máster", grita, eufórica, la chica. "Estábamos pensando en pedir un préstamo porque no podemos pagar el dineral que cuesta", añade su madre, que acaba de superar un cáncer de pecho. El hermano les ha dicho a sus padres que hagan lo que quieran con su parte, pero ellos se niegan. "Este dinero será para sus estudios o para lo que necesite, que la vida es muy larga", responde el padre. El chico acaba de cumplir 18 años.

Vecinos arropando a la lotera

Pedro, el tío que convive con la anciana, sigue emocionadísimo. Los vecinos del barrio les besan y les felicitan la suerte. "Al menos ha tocado a gente que lo necesita, somos un barrio humilde", explica Fani, una vecina. Montse lo sabe bien: ella ha vendido personalmente los 10 décimos premiados a los vecinos. "Somos los de toda la vida, y este año, con la subida de los precios, la gente lo necesita más que nunca".

"¿Y yo qué hago ahora con este dinero?", se pregunta Juana, otra mujer mayor premiada que se ha acercado a la administración de Montse. Le ha dado las gracias por la suerte y se ha ido, rehuyendo a los medios. De hecho, apenas había agraciados entre la cincuentena de vecinos que descorchaban botellas de cava en la administración. "Nos alegramos por ella, es muy buena persona y no ha tenido una vida fácil. Aunque no nos haya tocado, estamos muy contentos por ella", explica José, otro vecino. "A ver, lo estaríamos más si nos hubiera tocado, claro, pero es un buen día y una buena noticia", segue Fani, empapada en cava, camino a casa.