Felicidad en el bar Las Tapas de Granollers: "¡Este año, todo, la Lotería y el jamón!"

La administración 10 de Granollers (Vallès Oriental), la agraciada, está en la céntrica avenida de Sant Esteve, a dos pasos de la estación de tren, pero el ambiente de verdad está en la cercana calle de Àngel Guimerà, a escasos metros. El popular bar Las Tapas es este 22 de diciembre una fiesta. El 41.147, uno de los cuartos premio de la Lotería de Navidad, era el número que llevaba este bar de barrio. Un negocio con una parroquia fiel a su barra y a su número que ha querido celebrar en comunidad el premio. 20.000 euros por décimo que en este local frecuentado principalmente por trabajadores -o extrabajadores, no son pocos los jubilados- se ha celebrado como si hubiera sido el Gordo a juzgar por el número de abrazos y brindis y por las caras de felicidad. No es de extrañar: los 33 millones de euros caídos conforman la mitad de lo ganado en Catalunya con los grandes premios.

No sé leer ni escribir, pero iba apuntando los números en cuanto salían por la tele hasta que he visto el 41.1147, ¡el 41.147!

Julia Vizcaíno

— Granollers

Francisco López, vestido todavía con el uniforme fluorescente tras acabar la jornada a las seis de la mañana, sale eufórico con la enorme panera de Navidad del bar, que también le ha tocado. "¡Este año, todo; la Lotería y el jamón!", exclama, feliz, tras la voluminosa cesta que le tapa la cara. Sus amigos –los de siempre y los ganados hoy gracias a la hermandad que provoca siempre la celebración– ríen y le hacen bromas. La felicidad es generalizada en este bar al que siempre van "los mismos".

"Me ha ido de maravilla, me ha tocado en el peor momento, cuando más falta me hacía", dice Juan antes de abrazar a Tania, su pareja, en la puerta del bar, al lado de Francisco. A Juan y a Tania les ha tocado el único décimo que llevaban. 

Tres veces ha estado a punto de tocar, tres; tenía que acabar tocando; mi hija ya me lo decía

Conchi Muñoz

— Granollers

También está feliz, y no poco, la señora Julia Vizcaíno, de "casi" 85 años. "Los cumpliré en febrero, pero los cumpliré, ¿eh?", bromea, sonriente. La octogenaria se ha querido acercar a su administración "de toda la vida" arrastrando su andador para celebrar su suerte con el barrio. "No sé leer ni escribir, pero iba apuntando los números en cuanto salían por la tele hasta que he visto el 41.147, ¡el 41.147!", explica la mujer, quien lleva años jugando ese mismo número todos los jueves y los sábados. "Cuando me voy de vacaciones a Extremadura, me lo guardan", añade.

Fieles al 41.147

Son también fieles al 41.147 Carmelo, Amadeu, Doris, Elena y Gerard, dos matrimonios y el hijo de uno de ellos, también agraciados. Y Conchi Muñoz, su vecina, que se acerca por detrás y abraza a Julia. La mujer ha acudido a la administración acompañada de su hijo, quien tras dejarla en casa baja a Las Tapas a la espontánea celebración popular. "Tres veces ha estado a punto de tocar, ¡tres!, tenía que acabar pasando; mi hija ya me lo decía", cuenta Conchi.

Soy un hombre afortunado, ya me tocaron una vez dos millones de pesetas en un bingo

Miguel Ángel Cura

— Granollers

En Las Tapas charla con uno y con otro Miguel Ángel Cura La Cruz –"me llamo así, de verdad, ¿te enseño el DNI?"–, quien celebra con cervezas el premio junto con sus compañeros de barra y agradece su suerte a su amigo Xavi. "No lo iba a comprar, la Lotería de Navidad no sale a cuenta, es muy cara y toca poco, pero él casi me obligó a hacerlo y mira", recuerda, eufórico y agradecido a su compañero de quintos. "Soy un hombre afortunado, ya me tocaron una vez dos millones de pesetas en un bingo", rememora el tipo, quien se define como "muy jugador". "Cada semana me gasto 13 euros, ¡las hijas de mi pareja me dicen que estoy destinado a que me toque más!", zanja entre risas.