Conflicto en Oriente Próximo

Israel sigue atacando Gaza y Cisjordania ajeno a la presión internacional

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Humo sobre Rafah tras un bombardeo israelí, este martes.

Humo sobre Rafah tras un bombardeo israelí, este martes. / MAHMUD HAMS / AFP

Andrea López-Tomàs

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La presión internacional aumenta sobre Israel. A medida que crecen los llamamientos de los funcionarios de Naciones Unidas para detener el "infierno en la tierra" en que se ha convertido la Franja de Gaza, el Ejército israelí los ignora concentrado en su campaña de bombardeos indiscriminados sobre el poblado enclave que suma 67 días. A todas horas, los ataques contra los gazatíes se suceden, ya sea con bombardeos como el que ha matado a 22 personas, entre ellas una docena de niños, la noche del lunes al martes en Rafah, al sur del enclave, o con disparos de artillerría, como los que tienen lugar en hospitales como el de Kamal Adwan en el norte y que ponen en riesgo las vidas de los médicos y pacientes. Además, la violencia en la Cisjordania ocupada va en aumento con una nueva incursión de casi 17 horas en el campo de refugiados de Yenín, donde seis palestinos han sido asesinados.

Desde el sur del enclave palestino, el jefe de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), Philippe Lazzarini, ha denunciado este martes que la precaria situación humanitaria de los palestinos es "cada vez más profunda" y la ha calificado de "un infierno en la tierra". "La gente está en todas partes, vive en la calle, necesita de todo, suplican por seguridad y por el fin de este infierno en la tierra", ha tuiteado en X (antes Twitter), acompañando el mensaje de fotos desde el interior de Gaza. Este martes las fuerzas israelíes han hecho volar por los aires un edificio escolar de la UNRWA en Beit Hanoun, en el norte de la Franja, entre vítores y aplausos de los reclutas. Según Israel, este lugar, que miles de desplazados habían usado como refugio después de que el Ejército hiciera desaparecer sus hogares, habría sido utilizado por Hamás como puesto de avanzada.

Según el último informe de la UNRWA, alrededor de 1,9 millones de personas –más del 85 % de la población en la Franja de Gaza– han sido desplazados una o más veces debido a las operaciones militares de Israel por aire, mar y tierra. De estos, casi 1,3 millones de desplazados internos se refugian en 154 instalaciones de UNRWA en las cinco gobernaciones de la Franja de Gaza, incluidas en el asediado norte y en la ciudad de Gaza. Asimismo, más de 1,1 millones de estos desplazados se encuentran en casi un centenar de instalaciones de la agencia de Naciones Unidas en el sur del enclave, donde Israel está intensificando sus operaciones y empujando a los palestinos hacia las localidades fronterizas con Egipto. La magnitud de la tragedia es tan inabarcable que ni las cifras tienen la capacidad de explicarla.

"Una gota en el océano"

La ayuda humanitaria entra al enclave solo a través del cruce de Rafah, que une Gaza con la península del Sinaí, pero la ONU y varias oenegés denuncian que la asistencia que ingresa a la Franja solo representa "una gota en el océano de las necesidades" de la población. Tras dos meses de presiones de la comunidad internacional, la embajadora israelí ante la ONU en Ginebra, Meirav Eilon Shahar, ha asegurado este martes que la ayuda humanitaria que entra en Gaza se incrementará desde este martes con la apertura de un segundo punto de control de seguridad para ésta en Kerem Shalom. Según las últimas cifras del Ministerio de Salud de Gaza, en los últimos dos meses, al menos 18.412 personas han sido asesinadas en una de las peores ofensivas israelíes sobre el enclave palestino en años. Al menos 50.100 han resultado desde el 7 de octubre, mientras aumentan las enfermedades infecciosas entre aquellos que quedan con vida. La Organización Mundial para la Salud (OMS) ya ha denunciado que estas enfermedades podrían matar a más personas que las bombas, ya que el enclave se encuentra, a su vez, sometido al asedio israelí.

También en las últimas horas, está teniendo lugar una extensa incursión del Ejército israelí en el campo de refugiados y la ciudad de Yenín, al norte de la Cisjordania ocupada. Al menos seis palestinos han muerto, cuatro de ellos en un ataque con drones. Vehículos del ejército israelí están estacionados frente a todas las entradas de los hospitales de Yenín. Los soldados impiden el paso a los residentes e inspeccionan las ambulancias que intentan llegar a las instalaciones. "El Ejército nos está rodeando por todos lados", denunciaba un residente del campo a EL PERIÓDICO en medio de la redada que ha empezado a las cuatro de la mañana y aún continúa. "Tengo miedo por mis hijos, gracias a Dios aún no han entrado en nuestra casa", añadía. A última hora de la tarde, todos los caminos que conducen al campamento siguen cerrados, lo que indica que el Ejército israelí planea ampliar su operación en un territorio donde, desde el 7 de octubre, al menos 65 palestinos han sido asesinados.