Conflicto en Oriente Próximo

Los palestinos se vuelcan en una huelga en solidaridad con Gaza y contra las políticas de EEUU

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Negocios cerrados en la Ciudad Vieja de Jerusalén por la huelga general contra la guerra en Gaza

Negocios cerrados en la Ciudad Vieja de Jerusalén por la huelga general contra la guerra en Gaza / Joan Mas

Andrea López-Tomàs

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Las callejuelas de la Ciudad Vieja de Jerusalén sirven de eco de cada paso de los pocos turistas despistados que aún quedan por Tierra Santa. Todos los negocios, sin apenas excepción, están cerrados a cal y canto. El silencio se ve interrumpido por las carcajadas de niños que usan las calles vacías para divertirse y deslizarse sobre las milenarias baldosas. La envolvente oscuridad que se percibe a plena luz del día en aquellos tramos cubiertos refleja el ánimo de un pueblo escandalizado por los ataques constantes sobre sus hermanos en la Franja de Gaza. “Esto es una huelga en contra de las políticas de América”, denuncia John, un guía turístico desquiciado por sus ganas de trabajar. “En [el Consejo de Seguridad de] Naciones Unidas, han vetado detener la guerra, ellos en contra de todos los países libres”, señala, indignado. 

Estas calles históricas están siendo uno de los escenarios de la huelga convocada por la Unión Internacional de Académicos Musulmanes. A lo largo de toda la Cisjordania ocupada y de otros países árabes, como el Líbano o Jordania, miles de personas se han unido a esta muestra de solidaridad ante los implacables ataques israelís que ha incluido “todos los aspectos de la vida pública”. Además, el llamamiento se ha extendido al mundo entero con el objetivo de que no se retire el foco sobre las agresiones que están sufriendo más de dos millones de gazatís y que ya se han cobrado casi 18.000 vidas. “Los civiles están pagando con su sangre el apoyo estadounidense a Israel; con sus armas, su maquinaria y sus aviones están matando a los niños” de Gaza, dice John, un palestino cristiano de Jerusalén, a EL PERIÓDICO por los miles de niños asesinados en los dos meses de ofensiva israelí.

Visita del Consejo de Seguridad

“Nos unimos a la huelga porque estamos en contra de la guerra, queremos paz”, denuncia Abish, que ha aprovechado la tranquila jornada en su ciudad para sentarse a ver a la gente pasar con una buena amiga. “Ya basta, ha habido décadas de guerra contra nosotros”, se queja Clemenceau, una cristiana palestina. “Este movimiento internacional se opone al genocidio abierto en Gaza, la limpieza étnica y los asentamientos coloniales en Cisjordania”, firmó la coalición, integrada por un amplio abanico de facciones palestinas, en un comunicado. “La huelga también se opone a los intentos de socavar la justa causa nacional del pueblo palestino”, añadió. La participación en el paro mundial incluye abstenerse de ir al trabajo, a las escuelas y universidades, abrir tiendas en centros comerciales, utilizar vehículos, realizar compras o utilizar tarjetas bancarias para pagar las compras.

Muchos sienten que eso es lo único que pueden hacer mientras sus hermanos en Gaza están siendo masacrados, y el mundo se queda de brazos cruzados tras 66 días de agresiones. Especialmente Estados Unidos que el pasado viernes vetó una resolución en el Consejo de Seguridad de la ONU que urgía a un alto el fuego humanitaria inmediato para el enclave palestino. Este lunes una docena de enviados de este organismo han visitado la zona de Rafah y la frontera entre Egipto y la Franja de Gaza, en una gira organizada por funcionarios de los Emiratos Árabes Unidos, para comprobar cuales son las necesidades humanitarias. Ni Estados Unidos ni Francia han enviado a sus representantes. Sí que lo ha hecho el Reino Unido que se abstuvo de votar el pasado viernes en el Consejo de Seguridad.

Negocios cerrados en la Ciudad Vieja de Jerusalén por la huelga general contra la guerra en Gaza

Negocios cerrados en la Ciudad Vieja de Jerusalén por la huelga general contra la guerra en Gaza / Joan Mas

Muchos sienten que eso es lo único que pueden hacer mientras sus hermanos en Gaza están siendo masacrados, y el mundo se queda de brazos cruzados tras 66 días de agresiones. Especialmente Estados Unidos que el pasado viernes vetó una resolución en el Consejo de Seguridad de la ONU que urgía a un alto el fuego humanitaria inmediato para el enclave palestino. Este lunes una docena de enviados de este organismo han visitado la zona de Rafah y la frontera entre Egipto y la Franja de Gaza, en una gira organizada por funcionarios de los Emiratos Árabes Unidos, para comprobar cuales son las necesidades humanitarias. Ni Estados Unidos ni Francia han enviado a sus representantes. Sí que lo ha hecho el Reino Unido que se abstuvo de votar el pasado viernes en el Consejo de Seguridad.

"Sistema de salud completamente colapsado"

A la vez que el silencio tomaba las calles palestinas, las bombas israelís seguían rugiendo sobre la Franja de Gaza. En el campo de refugiados de Maghazi, al sur del enclave, los ataques aéreos han causado al menos 23 muertos. Cada vez más personas están siendo forzadas a evacuar a la región fronteriza con Egipto a medida que aumentan las operaciones terrestres en el sur del territorio. También, en el sur del sur, en Rafah, los bombardeos siguen causando destrucción y muertes. Desde el centro de la Franja, Marie-Aure Perreaut, coordinadora de emergencias de Médicos Sin Fronteras, ha dicho a Al Jazeera que “el sistema de salud está completamente colapsado en este momento” y que “es difícil para nosotros hacer frente al constante flujo de heridos”.

Los habitantes de la Franja, obligados a huir de sus hogares, describieron reiterados ataques israelíes contra camiones de ayuda humanitaria, precios altísimos y aseguraron que la población empieza a morir de hambre y frío, a medida que el invierno se va haciendo presente en el enclave mediterráneo. Al borde de la hambruna, las preocupaciones por un quiebre del orden público se van convirtiendo en una realidad sobre el terreno, donde el 85% de la población, unos 1,9 millones de palestinos, han sido desplazados. “Prevemos que el orden público se derrumbe pronto por completo, lo que podría dar pie a una situación aún peor, con la aparición de enfermedades epidémicas y una mayor presión para el desplazamiento masivo a Egipto”, ha denunciado este domingo el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.

Mientras crecen las acusaciones a Israel de querer expulsar a los palestinos de Gaza a Egipto, el Ejército israelí lamenta sus propias pérdidas militares después de dos meses de conflicto. Sus tropas ya han sobrepasado el centenar de soldados caídos con 104 de ellos muertos desde el inicio de la ofensiva. Unos 582 han resultado heridos por ahora. Además, un ataque israelí cerca de Damasco ha matado a dos milicianos de Hizbulá y dos de sus compañeros sirios la madrugada del lunes. En el Líbano, donde comercios e instituciones públicas se han volcado en la huelga general, la población del sur ve como sus propias aldeas se convierten en escombros bajo las constantes agresiones israelís, como si de Gaza se tratara.