"No somos héroes"

Estados Unidos pide contención a Israel a la vez que el Ejército extiende su operación terrestre hacia el sur

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Kamala Harris, en la COP28

Kamala Harris, en la COP28 / Amr Alfify / Reuters

Andrea López-Tomàs

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“Los gazatís no somos héroes”, Shaza Hamad se ve forzada a recordar desde la asediada Franja. “No somos personajes de un cuento, no, solo somos humanos y me mata que tenga que decir esto”, afirma esta joven gazatí desde la sureña Rafah en una nota de audio. Su voz, firme y decepcionada, es la de miles de palestinos que languidecen en el asediado enclave a medida que el Ejército israelí amplía sus operaciones terrestres hacia el sur. Después de casi una semana de tregua, Israel bombardea el enclave por tercer día y tercera noche consecutivas con más violencia, si cabe, que antes de la pausa. Y las cifras de muertos así lo confirman ya que, según la oficina de prensa del gobierno de Gaza, en sólo 24 horas, habrían sido asesinados 700 palestinos. Mientras, el Estado hebreo afronta crecientes llamamientos de Estados Unidos a evitar los ataques contra civiles palestinos en el reinicio de su ofensiva.

Mientras las fuerzas israelís atacaban la Franja de Gaza sin dar un respiro a los miles de palestinos aún con vida después de 58 días de guerra, las advertencias desde Washington han ido en aumento. “Demasiados inocentes palestinos han muerto”, ha dicho la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, frente a los periodistas en la COP28 de Dubái. “Sinceramente, la escalada de sufrimiento entre los civiles y las imágenes y vídeos que nos llegan desde Gaza son devastadoras”, ha dicho la representante estadounidense. A su vez, el secretario de defensa, Lloyd Austin, le ha recordado a Israel que tiene la “responsabilidad moral y el imperativo estratégico” de proteger a los civiles. “Si los empujas a los brazos del enemigo [en referencia a apoyar a Hamás], entonces reemplazas una victoria táctica por una derrota estratégica”, ha afirmado en una conferencia en Simi Valley, en California.

Los mensajes que llegan desde Gaza también indican la urgencia de que los líderes políticos y militares israelís escuchen con mayor atención los plañidos de un pueblo entero. “Gracias a Dios, aún me puedo considerar una superviviente, pero no sé durante cuanto más tiempo este título me servirá”, confiesa Hamad, con la templanza que da una existencia condenada a la violencia. “No sé si veré el día en que toda esta locura termine, pero de lo que estoy totalmente segura es que todos los habitantes de Gaza, como yo por supuesto, teníamos sueños”, cuenta esta joven de 19 años, consciente de que este mensaje va más allá de una nota de voz de WhatsApp. “Tenía la esperanza de cambiar el mundo, pero desafortunadamente, el mundo no era lo suficientemente justo como para darme siquiera la oportunidad de cambiarlo”, reconoce, a la vez que confiesa su sueño de ser doctora.

15.500 palestinos asesinados

Como sus compatriotas, Shaza sabe que las palabras pronunciadas en las últimas horas podrían ser las últimas que el mundo oyera. Las posibilidades de una pausa en los combates o de una reducción de la agresión se van alejando, después de que Israel retirara a sus negociadores de Qatar el sábado y Hamás afirmara que las conversaciones sobre el intercambio de cautivos no se reanudarían hasta que termine el ataque israelí en Gaza. Por ahora, ya han muerto al menos 15.500 palestinos en la Franja de Gaza desde el 7 de octubre. Aún quedan centenares bajo los escombros que los ataques indiscriminados desde el cielo impiden salvar o, al menos, recuperar sus cuerpos. Ajeno a los reclamos de su más fiel aliado, el Ejército israelí avanza su ofensiva hacia el sur del enclave a la vez que pide a los ciudadanos de la zona de Jan Younis que evacúen sus casas. 

La población gazatí es consciente de que los bombardeos de artillería y aviación son el preludio de una ofensiva terrestre en la franja sur, lo que los encerraría en un área cada vez más pequeña y posiblemente trataría de empujarlos hacia Egipto. Este domingo el jefe del Estado Mayor del Ejército israelí, el teniente general Herzi Halevi, ha confirmado que están comenzando a operar en el sur de Gaza y ha prometido que estas operaciones terrestres serán “tan poderosas” como las que hace semanas que realizan en el norte. Mientras se sucedían las protestas en su contra en las principales ciudades del país, el primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, ha declarado este sábado que Israel estaba coordinando con EEUU y las organizaciones internacionales para definir “áreas seguras” para los civiles de Gaza. 

Pero funcionarios de Naciones Unidas y gazatíes remarcan las dificultades de publicitar las órdenes de evacuación de los militares sionistas, dado el difícil acceso a internet y la inestable conexión eléctrica que hay actualmente en Gaza tras el inicio de la ofensiva. La publicación de un mapa de lugares en el enclave donde la población puede ir a buscar refugio ha puesto de manifiesto el vasto conocimiento que posee el Ejército israelí para evitar hacer daño y que deliberadamente ignora. Desde Washington, en cambio, han celebrado el gesto. “Creemos que han sido receptivos a nuestros mensajes aquí de tratar de minimizar las víctimas civiles”, ha dicho el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de EEUU, John Kirby. “No hay muchos ejércitos modernos que harían eso, están haciendo un esfuerzo”, ha añadido. 

"Fábrica de asesinatos en masa"

Ron Dermer, ministro de Asuntos Estratégicos de Israel, ha confirmado los elogios frente a ABC News: “si quisiéramos hacerlo rápido, dañaríamos a muchos más civiles”. Pero una investigación del medio israelí independiente +972 ha puesto de manifiesto que Israel cuenta con los recursos y la inteligencia para saber el número de civiles que ocasionará cada ataque. En la “fábrica de asesinatos en masa” del enclave palestino, “nada ocurre por accidente: si una niña de tres años muere en una casa en Gaza, es porque alguien ha decidido que era un precio a pagar para destruir el objetivo”, afirma una de las fuentes citadas. 

A su paso, la guerra, el Ejército israelí han arrasado con los sueños de los gazatís. “Lo curioso de esta tragedia es que quería ser médico para poder ayudar a todos los habitantes de Gaza que sufren heridas como resultado de las guerras anteriores, y ahora no puedo ser médico debido a la guerra”, confiesa, resignada, Shaza desde Rafah. “No sé si esto podemos llamarlo comedia negra, pero es parte de mi vida como una chica de Gaza”, lamenta, decepcionada con aquellos que ignoran sus plañidos desde hace 58 días.