Entrevista

Hen Avigdori, con nueve familiares secuestrados: "Las muertes de civiles en Gaza son culpa de Hamás, no de Israel ni del Ejército"

"De este momento de dolor, tristeza y conflicto podemos hacer crecer una nueva sociedad israelí más unida"

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Hen Avigdori, con su hija Noam, su esposa, Sharon, y su hijo Omer, en una fotografía familiar.

Hen Avigdori, con su hija Noam, su esposa, Sharon, y su hijo Omer, en una fotografía familiar. / CEDIDA

Andrea López-Tomàs

Andrea López-Tomàs

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Israel cambió por completo el 7 de octubre. La sociedad perdió a 1.200 de sus ciudadanos en un ataque por tierra, mar y aire por parte de la milicia palestina Hamás en las comunidades fronterizas con la Franja de Gaza. Aquellos que han perdido a sus parientes ya hace semanas que se enfrentan al trauma, pero hay 239 familias que no descansan desde ese trágico sábado. Hen Avigdori forma parte de una de ellas. Este guionista, residente en Hod Hasharon, cerca de Tel Aviv, tiene a nueve familiares cautivos en Gaza. Todos ellos fueron secuestrados en el kibbutz Beeri. Tal vez su hijo Omer, de 16 años, le salvó la vida cuando decidió a última hora que no quería unirse a la celebración familiar a la que iban su madre, Sharon, de 52, y su hermana, Noam, de 12. Ellas dos llevan 43 días cautivas en Gaza junto a otros siete miembros de la familia, que van desde los 67 a los tres años. 

¿Cómo cambió su vida el 7 de octubre?

Puso mi vida patas arriba. Por lo general, mi trabajo es escribir comedias y sátiras para la televisión israelí y, obviamente, este tipo de desastre, este tipo de masacre, este tipo de cosas horribles que le han hecho a mi gente en general y a mi familia en particular, han cambiado mi vida de todas las formas imaginable. Desde el 7 de octubre, soy un hombre en una misión. Tengo una misión que es recuperar a mis chicas, a mi hija y a mi esposa de regreso a casa, junto con todos los rehenes. Estas personas son civiles. No deberían estar en cautiverio. Y esto no es una cuestión judía. No es una cuestión israelí-palestina. Es una cuestión humanitaria. Hamás no es que sea como los nazis o que se parezca a ellos. Hamás-Estado Islámico son nazis. Ideológica y metodológicamente, son los nuevos nazis. No hay forma de considerarlos de otra manera, por lo que cuando tratamos con los nazis las reglas del juego son totalmente diferentes.

Después del 7 de octubre, durante dos semanas, su esposa y su hija estuvieron desaparecidas, nadie le había confirmado que habían sido secuestradas en Gaza. 

Fue un infierno en vida, al no saber dónde están tus seres queridos y si están vivos o no. Eran las únicas de toda la familia que se daban por desaparecidas y no secuestradas, y fue un infierno. Porque tengo un chico de 16 años aquí conmigo. Somos los dos que quedamos de nuestra familia. La llamamos nuestra familia discapacitada porque sólo somos dos de cuatro. Este limbo del sufrimiento por no saber no le deseo que le pase a nadie que conozca. Fueron dos semanas que no sabíamos si estaban vivas, si estaban muertas, dónde estaban o qué les pasó. Nada durante dos semanas enteras, y cuando llegó la confirmación sobre el secuestro, por supuesto, fue un alivio.

Las familias de los secuestrados están siendo uno de los grupos más movilizados de la sociedad israelí desde el 7 de octubre. ¿Cómo han estado actuando?

Haciendo cosas, dando entrevistas, contándole al mundo nuestras historias. Mantenemos muchas reuniones con israelíes y con el extranjero, con personas que pueden influir en su situación. Estamos en una batalla y tenemos que ir a pelear. Ha habido grandes manifestaciones y una gran caminata desde Tel Aviv hasta Jerusalén en la que participamos. Incluso nos hemos reunido con un negociador qatarí. Hacemos todo lo que está a nuestro alcance para que regresen a casa y para que regresen a casa ahora porque el tiempo es fundamental. Hay bebés allí, ancianos y niños en Gaza. Personas que cada segundo en cautiverio les puede perjudicar física, emocional y psicológicamente. No tenemos tiempo. Hay una gran discusión en Israel y en el extranjero sobre lo que debemos hacer y lo que no debemos hacer con respecto a la situación, pero la verdad, la dura y dolorosa verdad es que no tenemos que entablar una discusión. Tenemos que liberarlos ahora a cualquier precio.

A cualquier precio, ¿incluye también un intercambio de prisioneros palestinos por los cautivos israelíes?

Absolutamente. A cualquier precio. Este acuerdo incluirá un precio muy alto. Yo lo sé, el Gobierno lo sabe, y el pueblo de Israel lo sabe. La gente nos apoya sabiendo el precio que tendremos que pagar. Fuimos sorprendidos y atacados el 7 de octubre, así que, como país, deberíamos pagar un precio alto para que nuestra gente regrese a casa.

¿Cree que su Gobierno está haciendo lo suficiente? 

Absolutamente no. El Gobierno no está haciendo lo suficiente y no es una cuestión de si yo lo creo o no. Es una cuestión de hechos. Tenemos cuatro personas liberadas y otra más salvada por el Ejército pero en total tenemos cinco personas que salieron. Esto no es suficiente en 43 días, así que no es cuestión de creer. Es una cuestión de resultados. La conclusión es que Israel todavía tiene 239 civiles en la Franja de Gaza. Entonces, si todavía están allí, obviamente nuestro Gobierno y la otra parte tampoco están haciendo lo suficiente para traerlos de regreso.

¿Tiene miedo de que la guerra en Gaza con constantes ataques aéreos y ataques del Ejército israelí ponga en riesgo la vida de sus familiares?

Sí, claro que creo eso. Hemos preguntado a muchas personas de alto rango en las filas israelíes si pueden asegurarnos que las personas que ya están muertas, lo están sólo a causa de los terroristas y no a causa de los ataques del Ejército. Lamento decir que no lo hemos confirmado. Entonces, si no pueden confirmar eso, es que la operación terrestre que hace dos semanas que se está llevando a cabo no está ayudando a los rehenes. No soy un político. No soy un general. No soy un estratega militar. Hago comedia. Ese es mi trabajo. Pero tal vez porque la comedia siempre trata de pensar en las cosas de manera un poco diferente, entonces tal vez puedan escucharme como una persona que ve las cosas de manera un poco diferente y comienza a pensar de manera diferente. Esa es mi esperanza.

¿Confía en el Ejército?

Estoy seguro de que está haciendo todo lo que está en su poder para obtener información sobre los rehenes y todavía son muy cuidadosos con lo que están haciendo en términos de herir a civiles y a los rehenes. No es un cliché. Sigo creyendo que el israelí es el Ejército más moral del mundo. No bombardeamos a civiles. Les pedimos que se desplacen al sur para que podamos movernos más libremente cuando sólo haya miembros de Hamás alrededor. Intentamos proteger a los civiles tanto como sea posible. Estamos tratando de evitar una crisis humanitaria. Pero esto sigue siendo una guerra. Todavía hay civiles que resultan heridos. Pero esto no es culpa del Ejército israelí. Esto es total y absolutamente culpa de Hamás: si construyes tu cuartel general dentro de hospitales, si escondes los cohetes en escuelas, jardines de infancia y hospitales. Hamás está utilizando a su propio pueblo como escudo humano. Hamás está haciendo un uso cínico y despiadado de las vidas de los civiles. Mi impresión del mundo hasta ahora es que a los líderes de Hamás y a Hamás no les importa su propio pueblo. Sólo se preocupan por ellos mismos. Se están escondiendo.

¿Cómo cree que el 7 de octubre y la guerra posterior con un Gobierno que no está abordando plenamente la cuestión de los cautivos afectarán a Israel en un largo tiempo?

Soy un hombre de esperanza. Y como manifestante, como familiar de cautivos, recibo mucho apoyo de muchos sectores de la sociedad israelí: jóvenes, ancianos, izquierda, derecha, judíos ortodoxos,... Creo que a partir de este momento de dolor, tristeza y conflicto podemos hacer crecer una nueva sociedad israelí más unida, más junta, que ponga el valor de la vida, el valor de la paz, el valor de la unidad en primer lugar. Realmente espero y estoy hablando con personas con las que nunca antes había hablado: judíos pacíficos, judíos ortodoxos, ciudadanos árabes, todo tipo de tribus en Israel. Queremos que vuelvan a casa y tal vez desde este lugar de pena y dolor podamos hacer crecer algo nuevo, algo mejor, algo más fuerte.

¿Cómo está?

Tengo esperanza, tengo rabia y tengo pena. A veces mi mente lanza una batalla con mi corazón, pero creo que mi situación es una metáfora del estado de la sociedad israelí. Estamos sufriendo. Estamos perdiendo gente. Perdimos 1.400 personas (1.200 según el último balance oficial, que corrigió la cifra a la baja) el primer día pero no nos queda otra opción. Este es nuestro lugar. Este es nuestro país. Este es nuestro sueño desde hace 2.000 años del pueblo judío: tener un país que los proteja. El país no protegió a 1.400 personas y 239 rehenes el 7 de octubre. Pero ahora podemos hacer cosas. Podemos rescatar a quien está vivo. Podemos eliminar a Hamás, deberíamos hacerlo, pero deberíamos hacerlo después de rescatar a los rehenes. Porque la vida, cualquier vida importa y la vida es lo más importante por lo que debemos luchar.

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