Cerco legal al expresidente

Trump eleva la tensión y los ataques al juez al testificar en el juicio por fraude en Nueva York

Donald Trump, contra las cuerdas de la justicia

EEUU, a un año de las elecciones de 2024

El expresidente de EEUU Donald Trump, este lunes, ante de declarar en el juicio por fraude en el Tribunal Supremo de Nueva York.

El expresidente de EEUU Donald Trump, este lunes, ante de declarar en el juicio por fraude en el Tribunal Supremo de Nueva York. / BRENDAN MCDERMID / REUTERS

Idoya Noain

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La explosiva atmósfera que rodea a Donald Trump ha estallado este lunes conforme el expresidente y favorito republicano para 2024 se ha sentado en el estrado para testificar bajo juramento en el juicio civil en Nueva York en el que el empresario y su compañía están acusados de fraude.

A lo largo de una intensa y tensa sesión que ha empezado a las 10 de la mañana y acabado aproximadamente cinco horas y media después, Trump ha lanzado insultos desde el estrado al juez que preside el caso, Arhtur Engoron, y a la fiscal general de Nueva York, la demócrata Letitia James. Ha convertido algunas de sus respuestas en algo más parecido a un discurso político, lo que le ha valido varias advertencias de Engoron. Y al salir, como cuando ha entrado, ha insistido ante la prensa de que el proceso en su contra es "un timo" tras el que ve motivaciones políticas. La fiscal, mientras, ha declarado también antes de empezar y tras la vista que "los números no mienten".

Aunque Trump enfrenta 91 cargos en otros cuatro casos penales, este civil de Nueva York va al fondo de la imagen de empresario de éxito sobre la que ha basado tanto su carrera en los negocios como en la política. Engoron ya ha determinado que durante años Trump, otros encausados y la Organización Trump cometieron fraude falsificando el valor de propiedades y activos para lograr condiciciones ventajosas de bancos y aseguradoras. Y ahora en el proceso trata de determinar las multas. La fiscalía busca 250 millones de dólares y que pierda la licencia para hacer negocios en el estado (Engoron ya dictaminó el veto para algunas de las empresas pero esa decisión esta paralizada mientras se resuelve una apelación).

"Esto no es un mitin"

En la primera hora de la sesión el juez Engoron ha instado al presidente a contestar con concisión las preguntas que le estaba planteando la fiscalía en lugar de ofrecer "discursos" y ha recordado: "esto no es un mitin político, es un tribunal". La tirantez ha seguido intensificándose hasta que el magistrado ha advertido a los abogados de Trump de que contuvieran a su cliente o lo haría él, amenazando con "excusarlo" del estrado y con sacar "conclusiones negativas" de lo sucedido y de su actitud. Esa es una posibilidad peligrosa para Trump pues el poder de Engoron está reforzado al tratarse de un juicio sin jurado (algo que Trump suele denunciar, olvidando que sus propios abogados no presentaron moción para que hubiera un jurado).

Aunque tras una pausa el expresidente ha vuelto a testificar, la tensión y el malestar no han desaparecido, ni los desvíos de Trump sobre las preguntas. Y en esa segunda parte de la sesión, así como luego tras la pausa para el almuerzo, Trump ha llegado a lanzarse contra el juez y la fiscal James, a la que ha insultado como una "agente política".

Ataques a juez y fiscal

"Dictaminó contra mí sin saber nada de mí", ha dicho Trump desde el estrado sobre Engoron, al que antes ya había acusado también de "dictaminar siempre" en su contra. "El fraude lo ha cometido el tribunal", ha dicho Trump, que ha hablado de sí mismo en tercera persona definiéndose como "el presidente de EEUU que hizo un gran trabajo" y haciendo repetidas referencias al cargo que ostentó. "Es algo terrible lo que ha hecho", ha espetado al juez. "Creyó a esa agente política de ahí atrás (en referencia a James, sentada en la sala) y es una desgracia".

Trump había llegado con su habitual espíritu combativo a la sesión de este lunes en el Tribunal del Condado de Nueva York en el bajo Manhattan, que desde el primer día ha tratado como un acto de campaña, acudiendo con frecuencia (aunque no está obligado a ello) y haciendo numerosas declaraciones a la prensa antes y después de las vistas y en las pausas. Por ahora este juicio, como todas las imputaciones, le están sirviendo de momento para reforzar su posición entre las bases republicanas y para recaudar fondos.

Este lunes ha vuelto a insistir ante la prensa en que se trata de "una persecución política" puesta en marcha por una fiscal a la que acusa de "racista" (James es negra). Ha hablado también como suele hacer de este caso como una muestra de supuesta "interferencia electoral" dado que es candidato. Y a lo largo de la jornada ha mencionado un par de encuestas de los últimos días, en las que aparece por delante de Joe Biden en varios estados que se anticipa que serán determinantes en las presidenciales de 2024.

Bajo las preguntas del fiscal Kevin Wallace, Trump ha dado largas respuestas que divergían del núcleo de las preguntas, ante lo que el juez le ha reprendido varias veces instándole a centrarse en el interrogante. El expresidente también ha dicho en otro momento que se trata de un "juicio muy injusto".

El magistrado, que en este proceso ya le ha impuesto una orden de silencio para tratar de evitar que siga en redes sociales y discursos atacando a personal del juzgado y le ha multado con 15.000 dólares por violar esa orden en al menos tres ocasiones, en otro momento le ha dicho: "Puede atacarme a mí, puede hacer lo que quiera, pero responda a la pregunta".

Una estrategia arriesgada

Algunos analistas opinan que parte de la estrategia que está desplegando Trump este lunes puede pasar por intentar sacar de quicio al juez para poder usar luego cualquier instancia en que Engoron pierda los nervios en una potencial apelación. De momento, en cualquier caso, su testimonio puede jugar en su contra.

La semana pasada dos de sus hijos, Donald Trump Jr. y Eric, ya pasaron por el estrado. El primero apeló repetidamente a no recordar detalles sobre las valoraciones fraudulentas de los bienes que se presentaron a bancos y aseguradoras. El segundo, mientras, intentó minimizar el peso de esas evaluaciones y culpar a la empresa externa que se encargaba de la contabilidad, Mazars, e incluso a los bancos y aseguradoras, asegurando que eran ellos quienes debían hacer sus propias estimaciones del valor.

Este lunes Trump ha apuntado ligeramente a los mismos argumentos que Eric, y ha asegurado que la defensa llamará "a muchos" banqueros. También, no obstante, ha dado múltiples respuestas que apuntan a que él ayudó a preparar los documentos, o los aprobó.

Trump ha reconocido, por ejemplo, que habló de las declaraciones financieras con Allen Weisselberg, que fue consejero financiero de la Organización Trump, y que hizo sugerencias. También ha admitido que decidió rebajar el valor de una de sus propiedades en el estado de Nueva York y que estuvo involucrado en las estimaciones sobre otra propiedad de un club de golf en Aberdeen (Escocia) y que no intervino en una sobre Mar-a-Lago, su club privado en Florida, pese a pensar que estaba siendo infravalorada.

El juicio proseguirá el miércoles, cuando está llamada a testificar Ivanka Trump, que no está imputada. Luego la fiscalía cerrará su caso y tras varias mociones llegará el turno de la defensa.