Conflicto de Oriente Próximo

Los líderes políticos de Hamás viven en el exilio: ¿a quién busca entonces Israel en Gaza?

Guerra de Israel en directo: última hora sobre la ayuda humanitaria a Gaza, nuevos ataques y reacciones

MULTIMEDIA | Resumen de 15 días de conflicto en Oriente Próximo

MULTIMEDIA | Israel: origen y evolución del país de la paz imposible

El jefe del buró político de Hamás, Ismail Haniya, durante un mitin en Doha el 15 de mayo de 2021.

El jefe del buró político de Hamás, Ismail Haniya, durante un mitin en Doha el 15 de mayo de 2021. / MAHMOUD HEFNAWY / DPA

Ricardo Mir de Francia

Ricardo Mir de Francia

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Poco después de que los pistoleros de Hamás lanzaran el ataque más devastador sufrido por Israel en sus 75 años de historia, que acabó dejando casi un millar de civiles atrozmente asesinados y centenares de militares y policías muertos, un vídeo grabó al líder de la rama política de Hamás, Ismail Haniyeh, contemplando con gesto de sorpresa lo que estaba pasando en la televisión y postrándose junto a varios lugartenientes para dar gracias al cielo por el ataque. Haniyeh no estaba en el mísero campo de refugiados de Al Shati, donde nació junto a la playa de Gaza después de que su familia fuera forzada a marcharse de una aldea cerca de Ascalón durante la guerra de 1948, sino en un lujoso hotel de Doha, la capital de Catar. Su historia está lejos de ser extraordinaria. Y es que mientras Israel continúa su ofensiva en Gaza "para destruir a Hamás", el grueso de sus líderes políticos ni están ni viven en el enclave.

Así ha sido casi desde el principio. El Movimiento de Resistencia Islámico, del que se deriva el acrónimo Hamás, se fundó en Gaza durante los primeros compases de la Primera Intifada a finales de 1987, con la ambición de liberar toda la Palestina histórica y, por ende, destruir a Israel. Muy pronto se estructuró en dos ramas: el llamado bureau político y el brazo militar al mando de las Brigadas Al Qassam. "El liderazgo político siempre ha estado fuera de los Territorios Ocupados Palestinos para tener espacio de maniobra", asegura la historiadora y periodista italiana Paola Caridi, autora de 'Hamás: de la resistencia al régimen'. Tanto para poder cultivar las relaciones con los países árabes, como para buscar financiación y, sobre todo, evitar que sus líderes fueran liquidados por Israel. "Han ido cambiando de país en función de las alianzas y el contexto del momento, y sabiendo que no deben interferir en los asuntos internos del país de acogida", asegura Caridi. Una existencia errante similar a la que vivió en su día la OLP de Arafat. 

En 1996 se establecieron en Amán, donde se quedaron hasta que Jordania les acusó de coordinar desde su territorio las actividades militares. De allí se marcharon a Damasco, donde estuvieron una década hasta 2011, cuando cometieron el error estratégico de aliarse con la revuelta contra el régimen de Asad esperando que diera paso a una revolución islámica. Siria los expulsó y de allí se fueron a Egipto hasta que el golpe militar de Al Sisi acabó con el Gobierno de los Hermanos Musulmanes, el mismo movimiento del que surgió Hamás. La próxima parada fue Turquía y finalmente Catar, su principal base de operaciones actualmente. 

Base de operaciones en Catar

Su presencia en el rico emirato, donde EEUU tiene su mayor base militar de la región, fue inicialmente apoyada por Washington, que la vio como una oportunidad de mantener abiertos los canales de comunicación con los radicales palestinos. Porque si bien EEUU, la UE o Israel han designado a Hamás como "organización terrorista", lo cierto es que es muchas cosas más. No solo es parte integral de la sociedad palestina y de la resistencia armada a la ocupación israelí, avalada por el derecho internacional. Es también un partido político, la fuerza que gobierna en Gaza desde 2007 y la organización más poderosa en las cárceles israelíes y los campos de refugiados de la diáspora.

En Catar vive Haniyeh, quien dirige el buró político encargado de las negociaciones, sean para un alto el fuego o para los canjes de prisioneros. También Khaled Meshal, uno de sus predecesores en el cargo. La segunda base más importante para el liderazgo político es el Líbano, donde residen dirigentes como Osama Hamdan, responsable de las relaciones con el mundo islámico, o Moussa Abu Marzouk, quien encabezó la reciente visita de los islamistas a Moscú. "La presencia en el Líbano se explica por la protección que les da Hizbulá, pero también por la fuerte presencia que Hamás tiene en los campos de refugiados del país", afirma Caridi.

Líderes militares en Gaza

Todo eso complica la misión confesa de Israel para acabar con Hamás. Aunque por motivos evidentes su prioridad no son los políticos –generalmente más pragmáticos– sino el brazo armado y las figuras que ejercen de intermediarios entre ambos mundos. Mundos que se tocan lo justo, porque el liderazgo político no tiene autoridad sobre el militar, según varias fuentes. "Los militares funcionan de forma completamente autónoma, se han separado por motivos de seguridad. Ellos deciden cómo y cuando se hacen las operaciones para evitar que sean descubiertas por la inteligencia israelí", afirma la experta italiana. Eso explicaría por qué algunos políticos de Hamás reaccionaron con aparente incredulidad al ver cómo centenares de sus milicianos rompían el bloqueo de Gaza para colarse en el sur de Israel.

El día a día de los paramilitares lo decide el Consejo General Militar, liderado, según la creencia generalizada, por Mohamed Deif, considerado también el arquitecto del ataque masivo del 7 de octubre. Deif es una sombra y un mito entre muchos palestinos. No existen fotos suyas en público y raramente habla. "Este es el día de la mayor batalla para acabar con la última ocupación de la tierra", dijo Deif en un audio aquel día fatídico. Como lugarteniente tendría a Marwan Issa, aunque la estructura de las Brigadas Al Qassam es en gran medida un misterio. 

Tan importantes como esos dos para Israel es Yahya Sinwar, considerado el líder de Hamás en Gaza. Después de muchos años en las cárceles israelíes fue liberado en 2011 a cambio Gilad Shalit, un paquete en el que entraron más de un millar de presos palestinos, no solo militantes y no solo de Hamás. "Sinwar ha ganado mucho poder en Gaza en la última década y ahora ejerce como intermediario entre la rama política y la militar, de la que procede", asegura Caridi. De momento, Israel no ha conseguido acabar con ninguno de los principales trofeos de su operación en Gaza, aunque sí ha matado a cuadros intermedios de la rama militar, como los responsables de las operaciones aéreas y navales o el de la división de cohetes antitanque, según han dicho sus portavoces militares.

Suscríbete para seguir leyendo