BOMBARDEOS ISRAELÍES

Los datos del satélite Copernicus muestran cinco intensos focos de destrucción en Gaza

El mapa de las zonas afectadas refleja cómo los bombardeos israelíes se han centrado en barrios costeros de la ciudad, en la carretera y en el paso fronterizo. 16.000 viviendas han quedado inhabitables

Los datos del satélite Copernicus muestran cinco intensos focos de destrucción en Gaza.

Los datos del satélite Copernicus muestran cinco intensos focos de destrucción en Gaza. / EFE

Nacho García / Mario Saavedra

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Los bombardeos israelíes sobre Gaza han destruido unas 16.000 viviendas desde que comenzaron el pasado 7 de octubre. Además, 140.000 viviendas tienen daños menores o moderados, según datos de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), que cita al Ministerio de Infraestructuras de Gaza. Las imágenes de UNOSAT, el centro de satélites de la ONU, por su parte, muestran una "devastación enorme". “Hay barrios completos destruidos en Beit Hanoun, Beit Lahiya y Ash Shuja’iyeh, la zona entre Gaza y el campo de refugiados de Ash Shati y Abbassan Kabeera”, subraya Naciones Unidas.

La Organización Mundial de la Salud, por su parte, tiene documentados al menos 62 ataques a centros sanitarios hasta el sábado. Esto ha provocado daños en al menos 19 hospitales. “Siete hospitales de localidades del norte de Gaza y Ciudad de Gaza han tenido que cerrar por los desperfectos ocasionados, la falta de electricidad o las órdenes de evacuación”, asegura la organización en un informe de este lunes. Ha habido también disparos contra 23 ambulancias.

El daño a las infraestructuras educativas es “una preocupación creciente” para Naciones Unidas, que contabiliza 206 centros educativos atacados desde el comienzo de la ofensiva hasta el pasado sábado, entre ellos al menos 29 colegios de la UNRWA (Agencia de la ONU para refugiados palestinos, por sus siglas en inglés). Ocho de esos colegios se usaban como refugios de emergencia para los desplazados internos. Al menos uno de ellos recibió un impacto directo. Hay también ocho universidades con “daños severos”. El Centro para Rehabilitación de personas Ciegas también ha resultado afectado. Todo, según el informe más reciente sobre las hostilidades en la zona de Naciones Unidas. 

Son algunos de los principales efectos sobre las infraestructuras palestinas tras 16 días de bombardeos isarelíes sobre la Franja de Gaza. 

Los ataques aéreos se han concentrado en cinco áreas, según se puede apreciar en el mapa elaborado por ese diario con los datos del análisis de daño a través de las imágenes del Satélite Copernicus Sentinel-1 realizado por Corey Scher de la Universidad de CUNY y Jamon Van Den Hoek de la Universidad del Estado de Oregon (ambas en Estados Unidos). 

Las zonas más afectadas de Gaza son los campos de refugiados y ciudades de Ash Shati, Jabalia, Beit Lahiya y Beit Hanoun, además de los barrios orientales de Ciudad de Gaza, la capital.

Llama especialmente la atención la concentración de destrucción en los distritos más cercanos a la costa del norte de la Franja, lo que puede apuntar a un posible desembarco anfibio parejo a la ofensiva terrestre que prepara el Ejército israelí. Esa ofensiva podría entrar por el paso norte de Erez, tras el cual están los campos de refugiados de Beit Lahiya y Beit Hanoun, que han sido atacados con fuerza estos días.

Daños provocados por bombardeos israelíes contra la Franja de Gaza

Daños provocados por los bombardeos israelís en Gaza. / EP

Hay barrios de la capital que han sido totalmente borrados del mapa: no queda un edificio en pie en el área de Al-Zahr, que antes era uno de los distritos centrales y más animados de la ciudad. Las Torres Zahra, una serie de bloques altos de viviendas, fueron reducidas a escombros por los misiles israelíes.

También ha habido intensos bombardeos en la zona sur, presuntamente segura a la que Israel pidió que evacuaran los civiles, sobre todo en la ciudad de Jan Younis y Abasan al-Kabira, esta muy cercana a la frontera con Israel. 

Esta nueva ola de violencia en la región se desató el pasado 7 de octubre, tras el peor ataque de Hamás contra Israel: murieron al menos 1.400 personas, según cifras oficiales de Tel Aviv. La respuesta israelí en forma de bombardeos ha acabado con la vida de alrededor de 5.000 personas en Gaza, un cuarto de ellas, niños, según el Ministerio de Sanidad gazatí. 

Desplazados

Los bombardeos de Israel han obligado a centenares de miles de personas a abandonar sus casas. Muchas no tienen ya dónde volver. El número acumulado de desplazados internos es de 1,4 millones, según Naciones Unidas. Esta cifra incluye unos 580.000 que viven temporalmente en 150 refugios de emergencia de Naciones Unidas. Están atestados, con algunos refugios con personas tres veces por encima de su capacidad. En algunos casos hay hasta 70 personas alojadas en un aula. Sólo el refugio de Jan Younis hospeda a 21.000 personas. De hecho, advierte Naciones Unidas, los bombardeos que se producen en el sur, a pesar de la advertencia israelí, han provocado ya que miles de desplazados hayan decidido volver al norte, sin saber la suerte que les espera. 

La destrucción de infraestructuras básicas de las ciudades, como viviendas, hospitales o colegios, se le suma la falta de suministro eléctrico y de agua corriente. En el sur de Gaza se ha parado la única planta eléctrica, y la gente se abastece del suministro de generadores, que necesitan gasolina. Este fin de semana han entrado algunos camiones cisterna, pero son insuficientes para paliar la escasez. 

También las telecomunicaciones han resultado dañadas porque han sido uno de los primeros objetivos de los misiles israelíes en la contienda. El 83% de las líneas de teléfono están desconectadas, y la mitad de las conexiones de internet por fibra no están operativas por los daños de los bombardeos o falta de combustible. Dos de los tres cables de fibra óptica que salen de Gaza quedaron cortados tras el inicio de los ataques.

Las tres desalinizadoras de Gaza no funcionan. Los camiones cisterna han tenido que detener buena parte de los repartos porque las carreteras están bloqueadas por los escombros de los bombardeos o porque no hay gasolina. Todo ello provoca que se esté consumiendo agua salina de los pozos agrícolas. Las hostilidades también han provocado la detención de la mayor parte de las bombas de aguas residuales, lo que amenaza con un desbordamiento y el posible inicio de una epidemia.