Guerra en Oriente Próximo

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Ataque con misiles en Idlib, Siria

Ataque con misiles en Idlib, Siria / Anas Alkharboutli / DPA / EUROPA PRESS

Adrià Rocha Cutiller

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Al menos 42 civiles —de los cuales 20 son menores de edad— han muerto en la región rebelde siria de Idleb, en el noroeste del país árabe, desde que los aviones del régimen sirio y su aliado, Rusia, han incrementado su campaña de bombardeos durante este fin de semana contra toda la región. 

Esta ola de ataques, que empezó el pasado 5 de octubre, ha ido en aumento exponencialmente desde el sábado, coincidiendo con el ataque de Hamás contra Israel y la posterior ofensiva israelí contra la franja de Gaza. Damasco y el presidente sirio, Bashar al Asad, como Hamás, es estrecha aliada de Irán, de la que recibe apoyo político, militar y financiero

"Las fuerzas del régimen sirio han lanzado artillería y misiles contra edificios de la administración pública, hospitales, mercados, escuelas, parques y espacios arqueológicos en toda la región de Idleb", asegura en una nota el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), una oenegé siria con sede en Londres pero con observadores sobre el terreno. 

Según esta organización, únicamente en los últimos cuatro días, cinco hospitales y centros sanitarios han sido bombardeados por Asad y su aliado, Moscú. Entre estos recintos está el hospital universitario de Idleb, el más grande de toda la región, la única bajo control directo rebelde en toda Siria. En la actualidad, Idleb está controlada por la milicia de Hayat Tahrir al Sham (HTS), una antigua afiliada a Al Qaeda que cortó con el grupo yihadista por haber renunciado al terrorismo internacional como forma de lucha.

Una táctica antigua

Los bombardeos contra hospitales no son nada nuevo en Siria. Rusia y Asad han sido acusados en múltiples ocasiones en el pasado de haber realizado este tipo de ataques gracias a que Moscú recibe las coordenadas de estos centros sanitarios por parte de la ONU —para evitar precisamente lo que acaba ocurriendo después—. 

Hay más: Rusia, tanto en Siria como en Ucrania, practica una técnica de bombardeo conocida como 'double tap', que es un bombardeo doble. Se trata de bombardear un mismo lugar dos veces: el segundo ataque ocurre unos minutos después del primero, cuando ya han llegado al lugar los servicios médicos y de rescate, que se convierten en objetivo.

"Este nuevo ciclo de ataques indiscriminados, que ocurren a una intensidad no vista desde 2019, solo empeorarán la ya de por sí gravísima situación humanitaria en el noroeste de Siria, donde más de cuatro millones de personas, sobre todo mujeres y menores de edad, dependen completamente de la ayuda internacional para sobrevivir", asegura en un comunicado publicado este martes la oenegé internacional CARE, que trabaja en Idleb bajo el paraguas de Naciones Unidas

"La situación humanitaria en la zona es precaria después de más de una década de conflicto, una pobreza extrema extendida, epidemias —en la región han sido declarados, en los últimos años, varios brotes de cólera—, y los devastadores terremotos de febrero de este año", continúa el comunicado de la organización.