Catástrofe natural

Hawái se deshace entre el dolor y la rabia tras los incendios que dejan ya 93 muertos

Hawái hace frente al desastre: "No queda nada, todo se ha ido"

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En Lahaina, la antigua capital de Maui, los equipos de rescate siguen buscando entre los rescoldos a los más de 1.000 desaparecidos tras la oleada de incendios que ha asolado Hawái. Mientras, las dotaciones de bomberos siguen afanadas en la extinción de dos focos activos en la isla. El último recuento de víctimas mortales asciende a 93 y la cifra se espera que siga aumentando en los próximos días. La tragedia vivida en los últimos días divide a los habitantes del archipiélago entre el dolor y la rabia. Cada vez son más las voces críticas que denuncian que las autoridades no hicieron sonar las alarmas para avisar a la población de los crecientes indencios, dejando desprevenidos a miles de ciudadanos.

"La montaña atrás de nosotros se prendió en fuego, y ¡nadie nos avisó!", denuncia Vilma Reed, de 63 años, a la agencia France-Press. "¿Quieres saber cuándo supimos que había un incendio? Cuando llegó frente a la casa", continúa esta mujer, afincada en Lahaina, mientras observa el solar en el que antes estaba su hogar y ahora solo hay cenizas. Ante la proximidad de los incendios tuvo que huir con lo puesto y explica que ahora depende a de las donaciones y de la amabilidad de los extraños. "Esta es mi casa ahora", dice con resignación ante un coche en el que duerme con su hija, su nieta y dos gatos. 

No es la única que denuncia que los incendios les pillaron sin ningún aviso previo, en mitad de la noche. Tras la tragedia vivida en la madrugada del martes al miércoles, muchos ciudadanos recuerdan cómo hubo quienes tuvieron que saltar al agua para evitar ser engullidos por las llamas. La Guardia Costera tuvo que rescatar a más de 50 personas del mar y también sacar varios cadáveres.

La respuesta de las autoridades

En total, los incendios se han cobrado la vida de 93 personas, según la última actualización aportada por las autoridades, convirtiéndolo ya en el incendio más mortífero en Estados Unidos desde 1918, cuando 453 personas murieron en Minnesota y Wisconsin. Además, se espera que la cifra vaya incrementándose en los próximos días. "Va a seguir aumentando. Queremos preparar a la gente para eso", ha asegurado el gobernador de Hawái, Josh Green. 

Ante las críticas por la respuesta de las autoridades a la oleada de incendios y a la falta de aviso a los ciudadanos, Green ha defendido el trabajo realizado y ha alegado que la situación se complicó porque hubo varios incendios al mismo tiempo que, además, fueron atizados por fuertes vientos. "Con esa tormenta, dudamos que hubiéramos podido hacer algo más con un incendio tan voraz y rápido como ese", dijo. Por otro lado, el sistema de alerta a los móviles de los habitantes de la isla falló debido a problemas en el suministro eléctrico. Lo que también implicaría que no recibieran información por la televisión o la radio.

No obstante, los habitantes denuncian que tampoco escucharon las sirenas exteriores, más potentes y que se usan para alertar a los isleños. Green ha señalado que aún es "demasiado pronto" para afirmar que el silencio de las sirenas fuera un fallo técnico o una decisión deliberada de los operadores. "Aún no sabemos lo que realmente pasó", ha reconocido este sábado el jefe del cuerpo de bomberos de Maui, Brad Ventura.

Ante estas denuncias, el fiscal general de Hawái ha anunciado el lanzamiento de una investigación que examinará la respuesta general al devastador incendio forestal. En un comunicado, la procuradora general Anne López ha indicado que su oficina examinará las políticas y las decisiones clave de esta semana que influyeron en la respuesta al infierno mortal: "Mi departamento se compromete a comprender las decisiones que se tomaron antes y durante los incendios forestales y a compartir con el público los resultados de esta revisión".

Reconstrucción millonaria

Aunque la vista está puesta en la búsqueda incansable de posibles supervivientes, dado que hay más de 1.000 desaparecidos, se empieza a hacer también balance de los daños materiales causados por el fuego. Green ha estimado que las pérdidas materiales se acercan a los 6.000 millones de dólares (unos 5.500 millones de euros). Richard Bissen, el alcalde de Lahaina, antigua capital del archipiélago y una de las zonas más turísticas de Hawái, aseguró en la víspera que el 80 por ciento de la ciudad ha quedado completamente destruido por las llamas. En total, se calcula que 2.200 estructuras han sido destruidas o dañadas. El 86 por ciento serían residencias.