Guerra en el este

La negociación cuesta arriba de la ONU para evitar el fin del acuerdo sobre el grano de Ucrania

Claves del vital acuerdo del grano entre Rusia y Ucrania

Moscú deja en el aire la renovación del acuerdo del grano

Plantación de cereales.

Plantación de cereales. / pixabay

Irene Savio

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Aún es una negociación en desarrollo, las posturas son rígidas y todo dependerá del desarrollo de una compleja operación de ingeniería geopolítica. Pero lo concreto es que el esfuerzo ha sido real. A días de la expiración el lunes la Iniciativa del grano del mar Negro, la mediación diplomática más exitosa de la guerra de Ucrania, la ONU ha mantenido esta semana una serie de reuniones confidenciales para evitar que ese acuerdo, que en el último año frenó las alzas de los precios de los alimentos, se convierta en papel mojado.

Las reuniones se llevaron a cabo en Bruselas después de que la ONU pusiera énfasis en que la necesidad es ahora la de “eliminar los obstáculos” que en la actualidad afectan las transacciones financieras del Banco Agrícola ruso (Rosselkhozbank), que, según Moscú, dificultan sus exportaciones de fertilizantes rusos por las sanciones occidentales. En verdad, el memorando sobre la exportación de fertilizantes, el segundo acuerdo vinculado al principal, clave para la seguridad alimentaria en países en vías de desarrollo, ha funcionado hasta ahora a trompicones. Esto afecta también “el flujo continuo de granos ucranianos a través del Mar Negro”, puntualizó el miércoles el organismo internacional.

Con este preámbulo, el secretario general de la ONU, Antònio Guterres, permaneció jueves y viernes en la ciudad belga acompañado por algunos de los más influyentes directivos de la ONU, entre ellos por la costarricense Rebeca Grynspan, secretaria general de la UNCTAD, el organismo de comercio y desarrollo de la organización. Siempre en Bruselas, Guterres también se reunió con el primer ministro belga, Alexander De Croo, y con el rey Felipe. 

La Rosselkhozbank

Ni el sitio ni los acompañantes de Guterres parecían al azar. Bélgica es el país cuya legislación reglamenta el sistema Swift, del que han sido desconectados todas las entidades rusas sancionadas. Y Grynspan es la funcionaria de la ONU que ha mantenido reuniones en el último mes con altos cargos del gobierno de Rusia, entre ellos el viceministro de Asuntos Exteriores de la Federación de Rusia, Sergey Vershinin.

No obstante, según filtraron agencias de prensa internacionales y pudo confirmar este diario, la negociación de Guterres fue en todo momento cuesta arriba. “Una exigencia clave de Moscú es la reconexión de Rosselkhozbank a Swift. La Unión Europea (UE) se la cortó en junio de 2022 por la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022”, recordó Reuters, que pudo confirmar la información con fuentes europeas. Por eso, una propuesta a Moscú fue la de "dar tiempo a la UE a conectar una filial del Rosselkhozbank a SWIFT", añadió Reuters.

Las perspectivas de unos acuerdos definitivos no son particularmente halagüeñas. Los principios con los que se mantendría en vida la operación diplomática no fueron comunicadas el viernes. Turquía, que también auspicia la Iniciativa del mar Negro, comunicó que su esperanza es que se llegue a un compromiso. Pero Rusia, Ucrania (que tiene que firmar el acuerdo sobre la exportación de granos) e incluso la ONU se mantuvieron en silencio, mientras que desde EEUU se sugirió que Moscú está chantajeando una vez más a Occidente. Guterres abandonó Bruselas en avión con esta difícil realidad. 

Ralentización

El acuerdo sobre los fertilizantes es considerado clave para África y América Latina, un continente que es altamente dependiente de estos productos para mantener a flote su agricultura. La razón es que Rusia es uno de los principales exportadores de estos productos en el mundo. En cambio, la Iniciativa de los granos del Mar Negro ha sido importante para frenar el precio de los alimentos y exportar el grano ucraniano, el 20% del cual ha ido a parar a países de renta media y baja.

No obstante, la propia ONU se ha quejado en los últimos meses por la ralentización del ritmo de las inspecciones de los buques y la exclusión del puerto de Yuzhny/Pivdennyi del acuerdo. Por ello, pidió a las partes que aceleren las operaciones y garanticen la continuidad de este acuerdo que considera "vital".

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