Enemigos vecinos

El Líbano e Israel sellan el acuerdo marítimo que les permitirá explotar gas en el Mediterráneo

Los dos países llegan a un entendimiento calificado de "histórico" a pesar de estar oficialmente en estado de guerra

El presidente del Líbano, Michel Aoun, firma el acuerdo sobre la frontera marítima con Israel.

El presidente del Líbano, Michel Aoun, firma el acuerdo sobre la frontera marítima con Israel. / DALATI NOHRA

Andrea López-Tomàs

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Acuerdo histórico en el Mediterráneo. El Líbano e Israel, dos países oficialmente en guerra, han firmado el pacto para demarcar su frontera marítima tras décadas de negociaciones mediadas por Estados Unidos. En habitaciones separadas y sin la presencia de la prensa, representantes de ambos Estados se han encontrado en Naqoura, al sur del Líbano, para firmar el acuerdo que da comienzo a "una nueva era", como ha anunciado el representante libanés. Aunque Hizbulá no ha participado directamente en las negociaciones, la milicia libanesa ha dado su visto bueno para que este entendimiento tuviera lugar. 

"Este es un logro político, no todos los días un Estado enemigo reconoce al Estado de Israel en un acuerdo escrito frente a toda la comunidad internacional", ha celebrado el primer ministro israelí, Yair Lapid, antes de una reunión del Consejo de Ministros para ratificar oficialmente el acuerdo. Tanto en Jerusalén como en Baabda, el palacio del presidente libanés, los mandatarios han aprobado el pacto que persigue la explotación de gas en el Mediterráneo. "Realmente creo y espero que esto pueda ser un punto de inflexión económico en el Líbano para una nueva era de inversión y apoyo continuo para impulsar la economía", ha afirmado Amos Hochstein, el mediador estadounidense.

Pero llegar hasta aquí no ha sido fácil. En medio de la creciente normalización de países árabes al Estado de Israel, el Líbano ha querido alejarse de esta idea que celebraba Lapid. Los actores no han firmado el mismo texto, ni las delegaciones se han encontrado en la misma sala. "El acuerdo sobre la frontera marítima adoptará la forma de dos acuerdos, uno entre el Líbano y Estados Unidos y otro entre Israel y Estados Unidos", ha explicado el portavoz del secretario general de la ONU, Stéphane Dujarric. La firma llega apenas cinco días antes de las quintas elecciones en Israel en los últimos tres años y medio.

Diamantes en el mar

El Líbano tiene grandes expectativas para el día después de este acuerdo. El país obtiene plenos derechos de exploración y explotación del yacimiento de Qana, al noreste, parte del cual se encuentra en aguas territoriales israelís. Pero "Israel será remunerado" por la empresa que explote Qana "por sus derechos sobre cualquier depósito", según el texto. Aún así, el trágico contexto económico del país con tres tercios de su población bajo el umbral de la pobreza les hace ver diamantes en el mar. Los líderes políticos han planteado el acuerdo como la solución a los problemas económicos y financieros de Líbano. 

"Nada más lejos de la verdad", declara la directora de políticas públicas de la oenegé Kulluna Irada, Sibylle Rizk, en el diario libanés L’Orient-Le Jour. "Quedan muchos pasos por dar antes de que se haga un descubrimiento de gas natural, y, si se hace tal descubrimiento, pasarán varios años antes de que el Líbano reciba su parte de los ingresos", afirma. Pero el pacto sí que es positivo para la situación de seguridad a ambos lados de la frontera. Durante el verano, tanto los estamentos militares israelís como la milicia libanesa chií Hizbulá han alertado de la posibilidad de una escalada por las desavenencias en las negociaciones.

Éxito propio, según Hizbulá

Por ello, Hizbulá no ha dudado en atribuirse el éxito de este acuerdo histórico. El grupo, nacido hace cuatro décadas para liderar la "resistencia" contra Israel, ha presumido de que sus amenazas de atacar el campo de gas de Karish en alta mar si el Líbano no obtiene sus "derechos económicos" han disuadido al "enemigo sionista". Aunque Israel ya parecía convencido de la necesidad de firmar tal acuerdo, los hombres de Hasan Nasrallah tratan de justificar así el discurso menos beligerante de la historia de la milicia contra su histórico rival. 

Finalmente, el yacimiento marítimo de Karish se queda en aguas israelís. Sin esperar siquiera a la firma, el grupo energético Energean inició el miércoles la producción de gas natural allí. El Gobierno israelí había dado la víspera el visto bueno definitivo a la empresa para iniciar la producción en el yacimiento. El Líbano ha pedido a la empresa francesa TotalEnergies que inicie los trabajos de exploración en el yacimiento de Qana. Pero aún quedan años para ver resultados. Mientras, el país se aboca a un vacío de poder entre las tensiones políticas crecientes a pocos días del fin del mandato del presidente Michel Aoun sin encontrar sucesor.