Elecciones en EEUU

Eric Adams, un nuevo alcalde para Nueva York lleno de planes y rodeado de incógnitas

El expolicía negro de 61 años, que se autodefine como un "camaleón político" y "el rostro del nuevo partido demócrata", dará el 1 de enero el relevo a Bill de Blasio

El "moderado pragmático" se pone al frente de una ciudad que busca recuperarse del golpe económico de la pandemia y con retos de desigualdad y percepción de inseguridad

El nuevo alcalde de Nueva York, Eric Adams, celebra su victoria junto a la gobernadora Kathy Hochul

El nuevo alcalde de Nueva York, Eric Adams, celebra su victoria junto a la gobernadora Kathy Hochul / Reuters

Idoya Noain

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Eric Adams admite que es "un camaleón político". Eso explicaría que el demócrata de 61 años elegido este martes nuevo alcalde de Nueva York en un duelo frente a un candidato republicano cuando menos excéntrico, el fundador de los patrulleros ciudadanos Guardian Angels Curtis Sliwa, haya sido a la vez abrazado y respaldado por la gente de clase trabajadora y sindicatos y por representantes empresariales y grandes fortunas. Eso explica también que haya cosechado el apoyo del tabloide 'New York Post', que recientemente su perfil en 'The New York Times' apareciera bajo el titular "¿Qué tipo de alcalde será Eric Adams? Nadie parece saberlo" o que la agencia Bloomberg planteara otro interrogante: "¿Puede ser a la vez un alcalde pro-negocios y a la vez del pueblo?".

Las respuestas no van a tardar en llegar. El 1 de enero Adams tomará el relevo de Bill de Blasio en el Ayuntamiento de la principal ciudad de Estados Unidos. Al hacerlo se convertirá en el segundo alcalde negro tras David Dinkins, que gobernó la ciudad de 1990 a 1993 antes de ser derrotado por Rudy Giuliani, bajo cuya administración Adams engrosó las filas del Partido Republicano.

Adams tomará las riendas de una megalópolis de más de ocho millones de habitantes y deberá empezar a implementar una agenda que ha sido tan generosa en propuestas, con "100 ideas para mejorar Nueva York", como vaga en datos específicos para llevarlas a cabo. Su meta fundamental es superar el golpe económico de la pandemia, que además de dejar más de 34.000 muertos ha golpeado la vida económica de la urbe, donde el nivel de paro estaba en septiembre cerca del 10%. También buscará devolver la sensación de seguridad a una ciudad donde muchos la han perdido y tendrá que combatir algunos de sus males crónicos, como la enorme desigualdad o el problema siempre irresuelto de la población sin hogar, que el virus solo ha acrecentado.

Una biografía cercana

Adams nació en el barrio de Brownsville, en Brooklyn, y creció en South Jamaica, en Queens, hijo de una madre soltera que trabajaba en limpieza. Es el primer alcalde neoyorquino salido de las escuelas públicas de la ciudad en décadas. Y usa a menudo esa biografía, a veces regada de dudas sobre la veracidad de los detalles, para ejemplificar su comprensión de los problemas de muchos de sus conciudadanos. Este martes, por ejemplo, acudía a votar con una foto enmarcada de su madre, fallecida el año pasado, y se emocionaba ante la prensa narrando su propia historia política como mensaje para el "little guy", el ciudadano corriente.

Eric Adams muestra una fotografía de su madre, Dorothy, tras votar en un colegio electoral de Brooklyn.

Eric Adams muestra una fotografía de su madre, Dorothy, tras votar en un colegio electoral de Brooklyn. / ANDREW KELLY

Adams tira igualmente de biografía (con detalles también cambiantes) para explicar cómo fue arrestado con su hermano y golpeado por la policía cuando era solo un adolescente, algo que le llevó después a entrar en la policía, donde pasó 22 años, creó un grupo buscando abordar problemas de racismo dentro del cuerpo y de donde se retiró en 2006 con rango de capitán para entrar en la vida política, primero como senador en Albany y luego como presidente de Brooklyn.

Policías y empresarios

Es en ese pasado como uniformado donde encontró uno de los cimientos más fuertes para sustentar su campaña en las disputadas y superpobladas primarias demócratas este verano, cuando ganó ajustadamente ante la tecnócrata Kathryn García tras una campaña en la que la seguridad cobró un papel central. En contra de los postulados del ala izquierda del partido que lideró en las primarias la progresista Maya Wiley, Adams fue firme en su defensa de la policía y ha prometido, por ejemplo, devolver a las calles a las patrullas de agentes de paisano que De Blasio suspendió tras las protestas contra la injusticia racial y reconvertirlas en unidades dedicadas a frenar la violencia con armas de fuego. Su reto será lograr la paz con unas fuerzas del orden que han vivido una relación tensa con De Blasio y ahora están librando un pulso por los mandatos de vacunación.

Su pasado político explica las simpatías con que le miran y le han financiado líderes empresariales y dueños de grandes fortunas en una carrera en la que no ha rehusado dinero corporativo y en la que ha conseguido más de 19 millones de dólares. Y la promesa de Adams, que ha pasado sus vacaciones en Mónaco y se codea con celebridades en los Hamptons, Martha’s Vyneyard o en el último club de moda solo para miembros del Noho es hacer de Nueva York una ciudad hospitalaria para los negocios, en contraste con lo que ha llamado la retórica "antinegocios" de De Blasio.

"Moderado pragmático"

A Adams, que desde que tuvo un coma diabético es vegano y practica meditación, no conviene encerrarlo de entrada en ninguna casilla. Él se ha definido en alguna ocasión como un "moderado pragmático" y ha logrado buenos lazos no solo con la comunidad empresarial sino también con el movimiento sindical, que también le ha dado el respaldo, y muchos votantes de clase trabajadora. Y cuando ganó las primarias en junio aseguró: "Soy el nuevo rostro del Partido Demócrata".

Adams conversa con dos agentes en un acto con policías, bomberos y trabajadores sanitarios, el pasado 7 de julio en Nueva york.

Adams conversa con dos agentes en un acto con policías, bomberos y trabajadores sanitarios, el pasado 7 de julio en Nueva york. / SPENCER PLATT

Su promesa es hacer una ciudad más segura, con servicios más accesibles y un sistema más eficiente, amigable tanto para los grandes negocios como para los pequeños o los emergentes y comprometida con la lucha contra el cambio climático. Quiere reforzar también la educación pública de la que él salió y apoyar a los estudiantes más necesitados, especialmente mejorando las opciones de enseñanza remota con mejor equipamiento y conectividad subsidiado por un "impuesto de datos" a las grandes compañías que usan y venden información personal. Ha mostrado además su rechazo al plan de su predecesor de acabar con los programas escolares para niños brillantes y apoya medidas como los chequeos tempranos de dislexia, que a él le afectó de pequeño.

Entre las pocas propuestas para las que ha marcado números concretos está la de crear 240 kilómetros de nuevos carriles para autobuses y el doble para bicicletas y completar el proyecto que planificó la construcción 15.000 unidades de vivienda subvencionada para 2025. A diferencia de De Blasio, que acometió el mayor proyecto de vivienda accesible desde la alcaldía de Ed Koch en los años 80 concentrándose en barrios de bajos ingresos, Adams propone recalificar las zonas más acaudaladas, incluyendo parte del West Side de Manhattan.

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