Primarias demócratas

El expolicía negro Eric Adams a un paso de ser el nuevo alcalde de Nueva York

Políticamente moderado se da por segura su victoria en las elecciones del próximo mes de noviembre

Su triunfo coincide con una inédita declaración de emergencia del gobernador por la violencia con armas de fuego

Eric Adams alcaldía de nueva york

Eric Adams alcaldía de nueva york

Idoya Noain

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Tras ocho años de mandato del progresista Bill de Blasio, determinada a recuperarse del duro golpe humano y económico de la pandemia y en medio de un aumento de la violencia con armas de fuego que ha hecho de la seguridad preocupación principal de muchos ciudadanos, Nueva York ha apostado por un demócrata moderado para tomar las riendas. Eric Adams, un expolicía de 60 años, antiguo senador estatal que hasta ahora presidía el barrio de Brooklyn, fue declarado el martes ganador de las primarias demócratas por la agencia Associated Press. En una urbe donde hay siete demócratas registrados por cada republicano, se da por seguro que será quien se imponga al republicano Curtis Sliwa en las elecciones del 2 de noviembre y de el relevo a De Blasio en el Ayuntamiento, lo que le convertiría en el segundo alcalde negro de la urbe tras David Dinkins.

Aunque faltan aún unos centenares de votos postales por contar para la certificación oficial de los resultados de las primarias que se celebraron el 22 de junio, en las que debutó un sistema de voto de orden preferencial y donde un fiasco inicial en el recuento de la junta electoral sembró el caos, Adams tiene algo más de 8.000 papeletas de ventaja sobre la segunda candidata más votada, Kathryn García. Son suficientes para garantizar su victoria y la excomisionada de Saneamiento de la ciudad ha reconocido este miércoles su derrota y ha felicitado a Adams, algo que también ha hecho la candidata del ala progresista Maya Wiley. “Esta campaña ha estado más cerca que ningún otro momento en la historia de romper el techo de cristal y elegir a la primera alcaldesa de Nueva York”, ha dicho García. “Le hemos hecho un montón de grietas y está listo para ser roto”.

La coalición

Adams, un hombre con determinadas ambiciones políticas desde hace tiempo, y que hasta 2001 estaba registrado como republicano, ha realizado su campaña presentándose como representante del ciudadano corriente y de la clase trabajadora, del que denuncia que las élites del partido se han alejado. Ha explotado su historia personal como un neoyorquino (nacido en Queens) que creció conociendo la pobreza y que fue víctima como adolescente de la brutalidad policial antes de convertirse en 1984 en agente y entrar en el Departamento de Policía, en el que abogó por reformas para minimizar la discriminación racial y alcanzó el rango de capitán con el que se retiró en 2006 para iniciar su carrera política. 

Sus credenciales como uniformado y su discurso de mano dura contra el crimen y en firme oposición al recorte de presupuestos públicos para la policía han sido vitales en una campaña en la que la seguridad se tornó en la principal preocupación de los votantes. Y su victoria llegaba precisamente el día en que el gobernador Andrew Cuomo dictaba una declaración de emergencia por violencia de armas de fuego que es la primera a nivel estatal en Estados Unidos, en cuyas urbes se ha generalizado un repunte de los tiroteos y de algunos crímenes violentos a niveles que no se veían en años, aunque aún están lejos de los de décadas negras como los 80 en Nueva York.

La base electoral de Adams, que tenía una buena infraestructura de recaudación de fondos, la ha constituido una coalición de vieja escuela que incluye el firme respaldo de sindicatos y líderes religiosos y lazos firmes con bloques de votantes determinantes, incluyendo negros y latinos. Su laguna de apoyos ha estado en Manhattan.