Atentado en el 2005

Cadena perpetua para el asesino del exprimer ministro libanés Rafic Hariri

El Tribunal Especial para el Líbano ha condenado a Salim Ayyash por el ataque que acabó con la vida del exmandatario y otras 21 personas

Salim Jamil Ayyash, condenado por el asesinato del presidente Hariri.

Salim Jamil Ayyash, condenado por el asesinato del presidente Hariri. / Special Tribunal for Lebanon

Andrea López-Tomàs

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El Líbano cierra un capítulo de su historia de forma agridulce. El Tribunal Especial para el Líbano. con sede en La Haya, ha condenado a Salim Ayyash a cadena perpetua por el asesinato del exprimer ministro libanés Rafic Hariri que murió en un atentado junto a otras 21 personas en el 2005. La sentencia se ha dictado en ausencia del acusado que permanece fugado bajo la protección de Hizbulá, el partido milicia chií a la que pertenece y que niega toda responsabilidad en el atentado. En Beirut, la decisión judicial se ha recibido sin grandes celebraciones ya que no llevará a nadie a la cárcel

"El señor Ayyash ha participado en un acto de terrorismo que causó muertes en masa", ha dicho el juez del caso, David Re, ante la corte apoyada por la ONU. "Su papel fue vital para el éxito del ataque", ha añadido. Ayyash, de 57 años, ha sido declarado culpable de conspiración para cometer un acto terrorista, de hacerlo usando un artefacto explosivo, además de "homicidio intencional" de Hariri y las 21 víctimas mortales, y de intento de homicidio de las 226 personas heridas. 

“Dadas las circunstancias, la sala de primera instancia está convencida de que debe imponer la pena máxima por cada uno de los cinco delitos de cadena perpetua que se cumplirán simultáneamente”, ha declarado Re en el tribunal en La Haya. Según este juez, los fiscales acordaron que cinco cadenas perpetuas simultáneas eran la "única sentencia justa y proporcionada" para Ayyash, por tratarse del “ataque terrorista más grave que ha ocurrido en suelo libanés”.

La corte internacional declaró el pasado agosto que había suficientes pruebas que situaban a Ayyash en el centro de la red de teléfonos móviles que siguieron los movimientos del exprimer ministro antes de su asesinato. Pero no había indicios suficientes para condenar al resto de acusados. Assad Sabra, Hussein Oneissi y Hasán Habib Merhi, todos supuestos miembros de Hizbulá. Tampoco pudieron demostrar el vínculo de los líderes de la milicia chií o sus aliados sirios en el atentado. 

Siria "beneficiada"

La jueza del tribunal Janet Nosworthy ha declarado este viernes que el asesinato “probablemente tuvo que involucrar a actores estatales”, y que el Estado “más beneficiado por la eliminación de Hariri posiblemente sería Siria”. El asesinato ocurrió cuando Hariri y sus aliados políticos exigían la “retirada inmediata y total de las fuerzas sirias del Líbano”. 

Precisamente las protestas masivas que provocó su asesinato y la presión internacional liderada por la ONU llevaron a la retirada de las tropas sirias del país de los cedros después de 29 años. La eliminación de Hariri conmocionó a una población que aún tenía muchas heridas abiertas después de quince años de guerra civil (1975-1990), cuyos enfrentamientos sectarios destrozaron el país. Al no participar en el conflicto, Hariri se convirtió en un líder muy querido que llevó a cabo la reconstrucción de un Líbano en ruinas. 

El Tribunal Especial para el Líbano (TEL) se constituyó en el 2007 por orden del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Esta corte se convirtió en el primer tribunal internacional para juzgar crímenes terroristas. Aunque fue inaugurado en el 2009, el juicio de Hariri no empezó hasta cinco años después con la colaboración de las autoridades judiciales libanesas. Por ahora, la corte ha supuesto un gasto de 600 millones de dólares y ha tratado solo cuatro casos, dos de ellos por desacato al tribunal por noticias con información sobre testigos confidenciales. El TEL es el primer intento para que la impunidad de la que muchos gozan en el Líbano se transforme, de alguna manera, en rendición de cuentas.