Adiós a la histórica Rosanbus

Moventia gestionará los autobuses de L'Hospitalet si justifica una oferta anormalmente baja

El concurso público vislumbra su resolución tras años inmerso en recursos y protestas

Reactivado el concurso para el servicio del bus urbano e interurbano de L’Hospitalet

Avanza y Monbus compiten por llevarse también las líneas de bus urbano de L'Hospitalet

Cuando una red de bus ‘pirata’ surcó las calles de L’Hospitalet

Pasajeros suben a un autobús de Rosanbus en la avenida Carmen Amaya de L'Hospitalet de Llobregat.

Pasajeros suben a un autobús de Rosanbus en la avenida Carmen Amaya de L'Hospitalet de Llobregat. / Elisenda Pons

Àlex Rebollo

Àlex Rebollo

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El servicio de autobuses urbanos e interurbanos de L'Hospitalet, El Prat y otros municipios del Baix Llobregat está a punto de tener nuevo dueño. Así, tras más de 30 años bajo las riendas de Rosanbus SL, Marfina Bus -propiedad del grupo Moventia- será el nuevo operador tras lograr la mejor puntuación en el concurso público.

Aunque hay un pero: el Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB), responsable del servicio, ha detectado que la oferta económica de Marfina Bus es anormalmente baja, es decir, que el precio ofertado es demasiado inferior al de las demás empresas postulantes según los tramos establecidos por la ley.

"Si justifica de conformidad a los parámetros fijados en los pliegos será propuesta como adjudicataria, si, por el contrario, no justifica adecuadamente, será propuesto el siguiente clasificado", explican desde el AMB. De este modo, si Moventia no logra justificar su oferta económica, el servicio de bus de L'Hospitalet se lo llevará la segunda empresa en el ránquin: Nex Continental Holdings, S.L.U (del grupo Alsa) -siempre que no haya nuevos recursos, claro-.

Se da la circunstancia de que Rosanbus había sido la empresa que había obtenido una mejor puntuación en la parte subjetiva del concurso de entre las seis empresas o uniones de empresas que se habían presentado, pero, sin embargo, este resultado no ha sido suficiente para retener el contrato. De este modo, Marfina Bus, que había quedado segunda en esta parte, ha quedado por encima de Rosanbus gracias a la valoración de la parte objetiva, que principalmente responde a los criterios económicos.

Casi 300 millones de euros

Con todo, se trata de un contrato es de siete años, a contar a partir de la fecha de inicio del servicio y que puede ser prorrogado por una única vez por una duración máxima de tres años, siempre que el plazo no haya expirado. Tiene un valor estimado de 297.186.015,00 euros, lo que supone unos 34 millones más respecto a cuando se publicó por primera vez en 2021.

Así, según datos del AMB, las líneas gestionadas por Rosanbus sumaron casi doce millones de pasajeros (11.814.938) entre el 1 de enero y el 30 noviembre de 2022. Por ponerlo en contexto, son cifras que se aproximan al total de validaciones que registraron las líneas de metros L9 y la L10 sur el año pasado.

Tres décadas de Baix Bus

El servicio que aún hoy gestiona Rosanbus SL es la última pata que le queda al grupo Baix Bus, que durante las últimas tres décadas se había hecho cargo de los tres principales contratos de buses urbanos e interurbanos en el área metropolitana sur a través de tres empresas: Rosanbus, Oliveras y Mohn.

Las concesiones del AMB en esta zona han ido caducando los últimos años y han salido a concurso. Las de Mohn caducaron hace unos años y, tras resolverse todos los concursos y recursos administrativos, a finales de 2021 empezó a prestar servicio el nuevo operador: Avanza.

También, después de muchos recursos, el 16 de julio de 2022 las concesiones de la antigua Oliveras pasaron a una Unión Temporal de Empresas (UTE) de los grupos Monbus y Julià.

Una licitación tortuosa

El 27 de diciembre de 2021, el Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB)publicó por tercera vez la licitación del servicio de bus de L'Hospitalet y El Prat. Las dos veces anteriores se tumbó porque el Tribunal Català de Contractes detectó irregularidades administrativas en los mismos. En este último concurso, pasó algo que distintas fuentes del sector definen como “histórico”: patronal y sindicatos presentaron un recurso de forma conjunta contra los pliegos reguladores de la licitación y la memoria económica.

Así, estos recursos se sumaron al que había presentado la empresa de transporte TUSGSAL, que también recurrió el anterior concurso -en esa ocasión con resultado favorable para la empresa que gestiona el servicio interurbano en el Barcelonès Nord-. El Tribunal Català de Contractes, como medida cautelar, paralizó el nuevo concurso hasta analizar las demandas de las partes y decidir si volvían ser necesarias modificaciones o no.

Finalmente, a la tercera fue la vencida para el Àrea Metropolitana de Barcelona. El Tribunal tumbó todas las alegaciones y levantó así la suspensión del procedimiento de contratación, agotando así la vía administrativa a sindicatos, patronal y empresas. Por su parte, el AMB reactivó el concurso a finales de enero.

Protestas durante meses

Por parte de los sindicatos del sector y de algunas empresas, consideran que los últimos concursos de la administración metropolitana han derivado en “una subasta a la baja” al primar en gran parte la oferta económica sobre los pliegos técnicos a la hora de determinar el operador, un hecho que dicen que tiene como consecuencia que las empresas de transporte colectivo de viajeros “ofrezcan presupuestos que rayan en la temeridad” y busquen obtener sus márgenes de beneficios “en los recortes de las condiciones laborales” y “en la baja calidad del servicio”.

De hecho, durante el último año, el servicio de bus urbano e interurbano en el Baix Llobregat ha estado plagado de polémicas y que no se han resuelto hasta hace pocos meses. En un inicio, fueran las quejas de los usuarios y los propios conductores de Avanza por el estado de los autobuses las que coparon los medios de comunicación. De hecho, el AMB llegó a sancionar a la operadora con más de 300.000 euros por estas deficiencias en el servicio.

Así, desde finales de noviembre han sido los respectivos conflictos laborales los protagonistas de la escena. Primero, los trabajadores de Rosanbus celebraron dos jornadas de paros parciales para exigir mejores condiciones. Seguidamente se fueron los de Avanza los que empezaron a organizar huelgas y paros parciales en plenas negociaciones por un nuevo convenio. Unas protestas que se alargaron hasta el pasado mes de abril.

Los trabajadores de Monbus /Julià también llegaron a protagonizar docenas de protestas, en su caso, además de para exigir mejoras laborales, por disconformidad por cómo se había llevado acabo la subrogación y las nuevas contrataciones.

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