Deporte adaptado
El Rugby Club L’Hospitalet presenta su primer equipo inclusivo: “Estamos supermotivados"
La nueva sección del histórico club naranja y azul debuta este sábado 27 de abril en un partido amistoso en casa contra el Rugby Club Cervelló
Luis Benavides
Periodista
Los lunes por la tarde, durante dos horas, la fuerza de la inclusión se apodera del césped del campo del Rugby Club L’Hospitalet. Son personas usuarias de Tallers Bellvitge y Associació Alpi, personas de entre 20 y 60 años con discapacidad intelectual, unidas por el deporte. El equipo, formado por unos 15 jugadores, debutará el próximo 27 de abril en un partido amistoso contra el Rugby Club Cervelló coincidiendo con la celebración del 50 aniversario del club hospitalense.
La creación del equipo inclusivo arranca hace seis años de la mano de un jugador de la casa desde 1975, Agustín Peña. "Llevo jugando en el club desde los 13 años, he pasado por casi todas las categorías y ahora sigo con los veteranos; también soy educador social en Talleres Bellvitge y pensé que sería una buena idea llevarlos al campo del Rugby Club L’Hospitalet como una actividad más”, recuerda el ideólogo de la nueva sección y también entrenador.
Palabras del juego como ‘kickoff’ y 'melé' empiezan a formar parte ya de su vocabulario. “No habían jugado antes al rugby, pero poco a poco van asimilando jugadas y reglas como el pase atrás, que es básico y al principio les costaba bastante”, cuenta Peña, convencido de las bondades de un deporte que practican con unas reglas ligeramente “adaptadas” y con la ayuda de “facilitadores”, que son principalmente jugadores o exjugadores del club naranja y azul que les acompañan en los ejercicios.
En este proyecto de deporte inclusivo también participaron en una segunda fase, previa a la pandemia, estudiantes de ciclos formativos del Centre Educatiu Esclat e Institut Balmes, jóvenes sin discapacidad que entrenaban con los usuarios de los talleres ocupacionales. “Montamos el proyecto también para estimular la interrelación con la comunidad -continúa Peña-, siempre intentamos que se relacionen con otras entidades buscando su integración”.
Debut emocionante
“Estamos supermotivados”, añade Marina, de 24 años, la única chica por el momento del equipo inclusivo. “No somos buenos ni malos, a ver qué partido hacemos”, responde la joven cuando le preguntan si está nerviosa y si llegan preparados al encuentro con el combinado del Cervelló, con más experiencia en encuentros de este tipo e incluso torneos. Queda claro que el marcador es la última de las preocupaciones para una jugadora que últimamente también entrena con el equipo femenino del club para seguir mejorando, para empaparse de rugby. “Juego con ellas como una más”, subraya, feliz y orgullosa.
“Será muy emocionante verles saltar al campo con el himno sonando por megafonía"
Con todo, a partir del sábado, el equipo de rugby inclusivo dirigido por Peña dejará de ser una actividad enfocada al aprendizaje para integrarse oficialmente en la estructura del club, que ya ha tramitado las fichas federativas de todos los jugadores de cara al partido. El equipo contará, además, con un espónsor, una empresa de maquinaria para reciclaje, imprescindible para soñar con futuros retos como la organización de una liga y la organización de partidos con clubes de otras comunidades autónomas. Eso todavía queda lejos, advierten desde la entidad. Ahora solo pueden pensar en el partido, la fiesta, del sábado. “Será muy emocionante verles saltar al campo con el himno sonando por megafonía, con otros jugadores haciéndoles el pasillo...”, anticipa Peña, que invita a todos los aficionados al rugby y al deporte en general a llenar el estadio de Feixa Llarga (calle de la Residència, 22) este sábado 27 de abril a partir de las 10 de la mañana.
Entidades enraizadas en el territorio
Associació Alpi fue fundada en la calle de Campoamor en 1968 por un grupo de padres y madres de personas con discapacidad ofreciendo actividades “de tipo laboral y habilitador”. Actualmente, tiene un centro especial de trabajo ubicado en el 60 de la avenida de Can Serra, en L’Hospitalet, con cerca de medio centenar de trabajadores. Por su parte, Tallers Bellvitge abrió su primer centro de trabajo protegido en 1971 para personas con discapacidad intelectual o enfermedad mental gracias al esfuerzo de un grupo de familias. Empezaron siendo una docena y actualmente se acerca al centenar el número de usuarios empleados.
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