La nueva realidad también era esto. El impacto de la pandemia de coronavirus da hasta para un giro inesperado de la leyenda de Sant Jordi, transformándola en un ‘remake’ salpicado de contemporaneidad, con la bestia redimensionada en la fatalidad de un virus y con los escritores que dignifican la tradición abocados a salvarla encarnando el papel de héroes por accidente. La deconstrucción es tan voluble que ni respeta el rigor del santoral y empuja al ostracismo a Santa Brígida de Suecia, que ve cómo el mediático guerrero 'okupa' su casilla en el calendario. Y lo que siempre fue un festejo sin discusión se asomaba este jueves con un poso de adversidad que amenazaba con diluir su auténtica esencia.