UN RECORDADO PRECEDENTE

El regreso de Suárez al Camp Nou (y lo que se parece al de Villa)

El goleador uruguayo, regalado al Atlético como el ‘Guaje’, se enfrenta a sus excompañeros con la oportunidad de arrebatarles la Liga pocos meses después de ser traspasado, igual que sucedió en 2014

DEPORTES  COMBO LUIS SUAREZ  DAVID VILLA

DEPORTES COMBO LUIS SUAREZ DAVID VILLA / David Aliaga / Manu Fernández

Joan Domènech

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Luis Suárez regresa a Barcelona con el Atlético meses después de dejar el Barça y reaparece en el Camp Nou con la Liga en juego. ¿Les suena? Sucedió lo mismo hace siete años. Con un delantero centro azulgrana regalado al cuadro colchonero, que era el máximo rival para el título, y… se lo llevó frente a sus excompañeros. David Villa fue el antecedente casi calcado al retorno del goleador uruguayo de este sábado.

Solo faltaba la designación de Antonio Mateu Lahoz para que la comparación se repita hasta niveles tenebrosos, aunque hay una sustancial diferencia, bastante relevante, además de la solitud de un estadio vacío. El Barça-Atlético de 2014 era la última jornada y el resultado dictaba sentencia definitiva. Sin apelación posible. El empate (1-1) sirvió a los colchoneros para que preservaran los tres puntos de ventaja. El triunfo brindaba el alirón a los azulgranas por el mejor golaveraje.

El Barça de Tata Martino empató los tres últimos partidos, dos en el Camp Nou

El equipo de Gerardo Tata Martino, en otra similitud con el de Ronald Koeman, estuvo aspirando y despidiéndose de la Liga cada semana víctima de sus errores. En las últimas siete jornadas, solo ganó dos partidos: al Athletic y al Villarreal. Perdió con el Granada antes (1-0), y empató los tres últimos en casa con el Getafe (2-2), en Elche (0-0) y ante el Atlético que, para más inri, sufrió las lesiones de Diego Costa y Arda Turan, sus hombres más peligrosos, en el primer tiempo.

Alexis adelantó al Barça con un golazo (m. 33) y Diego Godín igualó (m. 49) con un cabezazo en un córner. El cuadro azulgrana, con Xavi y Neymar de suplentes, marcó un gol que fue mal anulado por Mateu Lahoz. El VAR lo habría validado.

Villa y Messi, en el Barça-Atlético (1-1) de 2014.

Villa y Messi, en el Barça-Atlético (1-1) de 2014. / Ferran Sendra

En medio de aquellas jornadas, la plantilla se reunió como mínimo tres veces en almuerzos o cenas de despedida, creyéndose muertos antes de hora. Esta vez, solo ha habido una reunión multitudinaria. Que se sepa.

En otra similitud con 2014, el duelo vuelve a ser arbitrado por Mateu Lahoz

Negocio ruinoso

El negocio con Villa fue ruinoso. No solo por el déficit que arrojó la operación, sino por las consecuencias deportivas. El Barça lo había fichado del Valencia en el 2010, pocos días antes del Mundial de Sudáfrica por 40 millones, y extendió al delantero asturiano (Tuilla, 3 de diciembre de 1981) un contrato por cuatro temporadas y una quinta opcional.

A la tercera lo traspasó al Atlético, en una venta inexplicable, aunque venía Neymar: el máximo goleador de la selección fue traspasado por 2,1 millones. El Barça de Sandro Rosell quiso camuflar la ridiculez del precio con que cobraría 2 millones más en variables en la segunda temporada de Villa en el Atlético y uno más en la tercera.

Luis Suárez supera a su compatriota José María Giménez en el duelo de 2016.

Luis Suárez supera a su compatriota José María Giménez en el duelo de 2016. / Jordi Cotrina

Una breve llamada

Villa solo jugó una campaña de rojiblanco, antes de irse medio año al Melbourne City (2014) como paso previo a cuatro años en el New York City (2014-18) y una despedida en el Vissel Kobe de Japón (2019). Pero en esa temporada con el Atleti, Villa birló al Barça la Supercopa (con un gol) y la Liga y le eliminó de la Champions en los cuartos de final.

Villa birló al Barça la Supercopa y la Liga y le eliminó de la Champions con el Atlético

No causará tantos males Luis Suárez. Solo puede fastidiar la Liga a su exequipo, descartándole virtualmente con una distancia de cinco puntos con nueve en juego. Pero seguramente el futbolista uruguayo (Salta, 24 de enero de 1987) reaparezca en la que fue su casa más dolido en su corazón. Fue una baja señalada por la junta de Josep Maria Bartomeu, antes de ser consultada –y avalada– con Ronald Koeman. La llamada por teléfono del entrenador holandés fue protocolaria y breve. Duró lo que dura una mala noticia mal encajada. Sin adornos y sin explicaciones.

Iniesta, Messi y Villa celebran un gol al Atlético en 2011. 

Iniesta, Messi y Villa celebran un gol al Atlético en 2011.  / Lluís Gené / Afp

Messi, entre las despedidas

Por 6 millones de euros lo compró el Atlético, según anunció el Barça, con unas variables no aclaradas, en una operación tan oscura como el examen de italiano que afrontó Suárez para fichar por el Juventus. Lo aprobó tan fraudulentamente que no le permitió ir a Turín. Un mes (del 25 de agosto al 24 de septiembre) duró el proceso de la despedida entre la llamada telefónica y el adiós telemático en la sala de prensa del Camp Nou. Un mes en el que se gestó otra catástrofe.

Al día siguiente de que Suárez colgara el teléfono a Koeman, Messi mandó el burofax

Entre la despedida anunciada y la efectiva, Leo Messi envió un burofax a Bartomeu exigiendo su salida del club. Al día siguiente de que su amigo uruguayo y vecino de Castelldefels tuviera la certeza de que le querían despedir. Messi quería despedirse por sí mismo. Y la puerta abierta de Bartomeu a Suárez se cerró ante el capitán del equipo, en una crisis que hizo temblar los cimientos del Camp Nou.

Luis <Suárez aplaude al público del Camp Nou.

Luis <Suárez aplaude al público del Camp Nou. / Jordi Cotrina

El doble de goles

Villa siguió marcando goles en el Atlético (15 en 47 partidos) fiel a su promedio, del mismo modo que Suárez no ha perdido instinto ni olfato con la camiseta rojiblanca (17 goles en 32 partidos); eso sí, no ha podido corregir el síndrome de haber cumplido otra temporada (la sexta) sin marcar un gol fuera de casa en la Champions. Costó el doble (81,25 millones) y permaneció el doble de tiempo hasta situarse como el tercer goleador de la historia blaugrana.

Pero hoy Suárez, ausente en el partido de ida, confinado por el coronavirus contraído por sus compañeros de la selección charrúa (Villa jugó los cinco anteriores duelos frente a su exequipo), saldrá a llevarse la Liga para instalarla en su hogar de Madrid.

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