El título, por favor

Mis amigos y yo siempre seguimos la misma rutina: nos juntamos el fin de semana y entre copas nos contamos nuestra vida universitaria. Y, oye, lo de siempre: esta asignatura la llevo bien, esta me parece útil, la otra no, tengo que entregar dos proyectos y ya voy tarde... Vamos, lo normal. Y si hablamos de trabajos de fin de máster (TFM) la primera pregunta es siempre la misma: Oye, ¿sobre qué lo haces? A lo que tú respondes, directamente, con el título de tu trabajo, básicamente porque estas orgulloso de finalmente poder haberle puesto un título eficiente que resuma todo el contenido.

Así que no entiendo cómo es que nadie le ha preguntado a la señora Cifuentes el título de su trabajo de fin de grado. Así que yo, desde mi humilde rutina de universitaria estresada le pregunto, además: ¿Cuántas páginas tenía? ¿Cuántos gráficos tuvo que incluir? ¿Utilizó letra verdana o arial? Y lo más importante, ¿cómo citó la bibliografía? La verdad es que se me ocurren muchas preguntas a hacerle que me podría contestar des de su humilde experiencia como ex-estudiante de máster.

Sorprendida por todas las noticias, me pongo a pensar y llego a la conclusión de que los periodistas y los políticos se están olvidando de lo más importante. Y veo, que una vez más, no hay nadie que pueda representar a los universitarios de verdad. Que exijan su dimisión, que le pregunten por el acta de su presentación del trabajo... No nos representa. A los universitarios solo nos puede representar, ante tal noticia, el conocimiento. ¿Alguien puede preguntarle sobre la materia cursada? ¿Podemos hacerle un examen público a Cifuentes? ¿Puede alguien demostrar su conocimiento de una vez y dejarse de papeles?

Y para terminar, le doy un consejo, señora Cifuentes: la próxima vez que quiera mentir, invéntese un título original de esos que parece que hable de algo muy importante su trabajo que nadie podría entender sin tener un máster.