"Nos hemos equivocado, vamos a volver a empezar"

Cuando era pequeño, mi padre y yo nos enfadábamos como mínimo una vez al mes. Tenía prohibido jugar a fútbol dentro del piso, pero él no llegaba a casa hasta las ocho, con lo cual disponía de tres horas después del colegio de cierta libertad. Si no hubiera habido una ventana detrás de la portería nunca se hubiera enterado de lo que ocurría en casa. Ahora que soy capaz de mirarlo con perspectiva, ese cristal me enseñó mucho más de lo que me imaginaba…

Días, semanas, meses y años muy difíciles en Catalunya. Momentos muy tristes y excepcionales los que vivimos el 24 de marzo. Más de una docena de familias lloran y lamentan el ingreso en prisión de exconsellers y exdiputados. Trabajadores muy formados y elitistas que, por no desempeñar sus funciones correctamente, reciben el peor de los castigos. Mi corazón y mi cabeza se revuelven imaginando las dificultades que van a tener que atravesar. Sus conocidos y todos los que habíamos creído en ellos nos encontramos trastocados por las últimas decisiones judiciales.

¿Quién nos iba a decir hace cuatro meses que este sería el desenlace? Seguramente muy pocos de nosotros nos imaginábamos lo que está sucediendo actualmente. La falta de previsión, en mi opinión, sería el primer gran error. ¿Por qué nadie pudo aclarar o avisar que los actos y decisiones que iban a tomar los líderes soberanistas incurrirían en condenas de prisión? ¿Es que la Ley no lo expresa con claridad? Nos presentaron un proyecto muy atractivo, la República catalana. Emocionados y motivados le dimos apoyo y luz verde a través de las elecciones. La mayoría parlamentaria era evidente.

Se cometió un segundo error entonces, 18 meses. Era la fecha de caducidad de nuestro sueño, aunque todavía no lo sabíamos… Durante esos meses, la emoción y la fantasía de construir algo nuevo se contagió a muchos de los habitantes, pero no a todos. El tercer error está relacionado con esa parte de Catalunya que no quería salir de España y la manera en la que se les trató. El famoso ya 6 de septiembre, donde el reglamento del Parlament, el Consell de Garanties Estatutàries de Catalunya y la Constitución española fueron ninguneados. ¡Nuestras propias leyes!

La verdad es que los habitantes de Catalunya seguimos teniendo ganas de despuntar en todos los sectores como lo hemos hecho hasta ahora. Nunca había sentido tanto orgullo por ser ciudadano de Catalunya hasta que me he ido a vivir a Finlandia. La admiración que nos tienen en prácticamente todos los países deja entrever el buen trabajo que somos capaces de realizar. Es por eso que en estos momentos se requiere de una enorme madurez por parte de todos nosotros. Comprender que el proyecto que teníamos en mente no ha salido como imaginábamos, que ha llegado el momento de decir basta a las irracionalidades y que ahora más que nunca necesitamos una nueva aspiración para todos nosotros.

Equivocarnos y fracasar nos ha hecho aprender, y de ahora en adelante contamos con la ventaja de todo lo que hemos vivido para no cometer los mismos errores en un futuro. Tras este fin de semana de reflexión, el lunes me incorporaré al trabajo con más ganas que nunca de trabajar. De la misma manera que espero que todos los catalanes, diputados, consellers, parlamentarios… lo harán para hacer de esta una tierra más rica.

Ojalá todo fuera tan sencillo como cuando era pequeño, cuando con simplemente decir: "Perdón, papá", todo volvía a la normalidad. Igual sí que lo es… Igual solo hace falta decir: Nos hemos equivocado, vamos a volver a empezar...