"Tan solo la política es capaz de solucionar un problema que jamás se debió judicializar"

Si alguien quería reactivar el independentismo catalán sólo tenía que detener al 'president' Puigdemont. Llegados a este punto volvemos a la casilla de salida: todos contra el régimen que demuestra incapacidad para el diálogo. Aunque pudiera llenar el resto de este espacio con razones para compartir mi desacuerdo con la detención de Puigdemont, únicamente quiero declarar mi apoyo incondicional y mi determinación inquebrantable por la causa que nos une. Puedo estar o no de acuerdo con la idea de una Catalunya independiente. Pero de ninguna manera estoy de acuerdo con la forma en que el Estado se ha empeñado en despreciar a esta comunidad desde que se inició un proceso de reforma de sus estatutos, ingiriéndose descaradamente respecto a la formulación de los principales fundamentos que únicamente pretendían reseñar su singularidades políticas y culturales históricas ante el Estado y la comunidad internacional, algo completamente legal, como se aprecia en los estatutos de innumerables comunidades a lo largo y ancho del mundo igualmente singulares en cuanto a sus identidades propias.

Por parte de los poderes del Estado solo se han buscado formas de someter y denigrar para resolver este conflicto. Si no es a base de pegarnos con la porra cuando nos reunimos pacíficamente para consultar las voluntades es a base de despreciar los numerosos plebiscitos que demuestran tenacidad y compromiso y que se han ido dando a lo largo de este proceso indisoluble por mediación de la fuerza.

Tan solo la política es capaz de solucionar un problema que jamás se debió judicializar. Si piensan que al coger la cabeza de la serpiente el resto de su cuerpo se detiene es que no han visto en las entrañas la vida, latiendo incluso cuando los dientes de las hienas devoran su carne.